Edan
El despacho de papá no es tan grande. Tomo asiento frente a él y deja unas cuantas hojas frente a mí.
—Solo firma esto.
En completo silencio, me inclino para leer y firmar cada hoja mientras él me observa.
—Deja de mirarme—digo con molestia.
—Eres mi hijo—me recuerda—. Y estuviste varios años fuera de la casa.
Levanto la mirada, me tenso por completo. No soporto que sea tan sínico. Estoy a un paso de perder el control. Y sé que él espera que lo haga porque sus cejas se elevan. Lo observo fijamente sin ninguna expresión y vuelvo a lo que estaba haciendo.
Así de fácil.
—¿Por qué eres así? —pregunta con resignación—. Eres un desconocido para nosotros.
—Los seres humanos viven en constante evolución—murmuro con la voz serena. No voy a volver a perder el control, mucho menos frente a él—. Es completamente normal que las personas cambien.
«No volveré a perder lo único que yo controlo».
—Fue por tu bien, hijo —me dice con algo de incomodidad —. Solo hicimos lo que creímos correcto.
—Ya está todo listo —le digo ignorando su comentario y saliendo del lugar.
Unos minutos más tarde, Jomar me llama a mi móvil y ruedo los ojos.
—¿En serio no vas a aceptar vivir en mi mansión? —cuestiona ofendido.
—Ya tengo un lugar—le informo. Varias llamadas habían resuelto ese asunto. Tuve suerte de conseguir algo cerca de la universidad.
—Perfecto, voy en camino a ayudarte, voy a llevar a mi amiga. Ella te quiere conocer.
—Jomar —le digo con advertencia.
—Ella solo quiere un polvo, amigo —me dice en tono confidencial —. A lo mejor estás seco, ella puede ayudar.
—No necesito un polvo —le digo subiendo al auto.
Él se queja sobre siempre rechazar sus propuestas. Cuelgo la llamada, dejo el móvil en el asiento a mi lado y arranco el auto. Mi móvil vuelve a sonar y me lo llevo a la oreja al reconocer el nombre de la persona.
—Bonjour belle —le digo en voz baja. Ella suelta un suspiro. Su voz provoca que mi cuerpo se estremezca. Todo en ella me altera de formas que no logro entender.
—Edan, mon amour. Tu me manques —dice con una voz sexy que me eriza la piel. Yo también la extraño y demasiado.
Juliette es una mujer hermosa, con facciones delicadas, cabello negro hasta la cintura, curvas y piernas sexys. Exactamente el tipo de mujer que a mí me gusta. La primera vez que la vi fue en un autobús. Nos volvimos buenos amigos y después, en algo más. Estuvimos un año saliendo. Pero yo tenía que regresar a Florida y ella quería vivir en Suecia, vaya cambio el que dimos.
—¿Cómo te fue con tus padres? —pregunta.
—Me fue bien, preciosa —le digo con la voz melosa. Ella me vuelve un idiota. Es la única que conoce esta parte que no dejo a los demás ver —. ¿Qué haces?
—Solo acomodo este desorden —comienzo a manejar.
Charlamos por unos minutos hasta que de sus labios sale lo que siempre he querido escuchar, pero nunca me lo había dicho:— Je t'aime, Edan. No creí que me dolería tanto estar lejos de ti.
Mi cuerpo entero se tensa y me distraigo tanto que no me doy cuenta de que casi atropello a alguien. Parpadeo intentando entender lo que ha salido de sus labios, lo que ha pasado y el hecho de que la chica de cabello corto castaño está pateando la llanta de mi auto.
Nota: Traducción de frances al español.
<<Bonjour belle>> Hola belleza
<<Edan, mon amour. Tu me manques>> Edan, mi amor, te extraño.
<<Je t'aime>> Te amo
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Creer que sí (+18)
Romance[Historia Completa] Cuando Emil Turner se ve a punto de tener que renunciar a sus estudios, aparece una solución, pertenecer a la CEDU, es decir, Consejo Estudiantil de la Universidad. Ella no contaba con que sus planes se verían perjudicados por Ed...