16. Medianoche en el Bar del Bien y el Mal
Me arreglaba nerviosa sin dejar de pensar en la cita que iba a tener con Harper. No dejaba de darle vueltas al hecho de que él le había cancelado a Molly para salir conmigo. ¿Qué significaba eso? Será que Harper siente lo mismo que yo estoy sintiendo.
Quiero creer que si.
Al mirarme en el espejo, tanto entusiasmo en mi rostro me hizo recordar aquellas ocasiones en las que solía acomodarme el cabello y ponerme un poco de maquillaje para impresionar a Nathan. Quería que él me notara. Pensaba que si me arreglaba un poco, él se daría cuenta de que yo estaba ahí, y no solamente porque era evidentemente claro que ahí estaba, por mi gordura, sino porque debajo de todos esos kilos de grasa, se escondía una niña enamorada, deseosa de estar en los brazos de un muchacho, que soñaba en que un día, llegaría un príncipe azul, a quien no le iba a importar la belleza física, y se iba a atrever a mirar hacia el interior de un espejo que no estaba reflejando todo el potencial de lo que había dentro.
Me miré al reaccionar.
Esos recuerdos de lo que alguna vez fui se borraron de mi mente. Me acomodé el cabello y seguí poniéndome un poco de maquillaje. Me miraba una y otra vez tratando de asegurarme que estuviera no hermosa, sino más que eso. Esta noche tenía que ser muy especial para nosotros.
- Me da tanto gusto verte feliz.
- ¡Tía! No te escuché.
Reí sin dejar de mirarme en el espejo.
Buscaba en el cofre que estaba sobre mi tocador unos aretes sencillos que combinaran con mi atuendo.
- Te ves muy hermosa. Mucho. Dijo mi tía de nuevo.
- Tía, es que tu me ves con ojos de amor.
- ¡Claro que no! Eres mi más grande orgullo y sabes que te quiero mucho. Para mi no eres solamente mi sobrina, eres mi hija, aunque parezcamos hermanas.
Ambas nos echamos a reír.
- ¿A dónde irás?
- Voy a salir por ahí. Le contesté con misterio.
- ¿Vas a salir con alguien especial verdad?
Mi tía me conocía tan bien, que estaba segura que este interrogatorio era porque ya imaginaba que iba a salir con alguien.
- Solo saldré con un amigo. Es todo.
- Ok. Te voy a creer pero lo dudo tanto. Ahora que eres una modelo famosa y estás en todas partes, te van a empezar a llover invitaciones de miles de hombres que se morirán porque les des aunque sea el saludo.
- ¿Tu crees? Tía es algo normal. Además, no soy todavía famosa. Soy una novata en esto.
- Sophie. ¡Hasta crees! Algunas de mis alumnas en la clase de yoga te reconocieron. Saben que tu eres mi sobrina. Si ellas te reconocieron, será obvio que la gran manzana lo hará. Yo solo me pregunto que pasará cuando se entere tu madre.
"Mamá".
No había pensado en ello hasta que mi tía lo sacó a colación.
Tengo algún tiempo de no hablar con ella.
En casa solamente saben que estoy trabajando y que he hecho algunos cuantos trabajos como modelo.
Mamá y mi hermana se burlaron de mi cuando les dije que empezaría a trabajar como modelo porque pensaron que yo seguía siendo la misma gorda que se fue del pueblo años atrás. Claro, hasta que me vieron hace tres navidades y se quedaron con la boca abierta pues había bajado mucho de peso, e incluso, estaba en mucho mejor condición que mi hermana, quien no dejó de comer en toda la noche ante la impresión de saber que su hermana la gorda, estaba delgada y se veía igual o más hermosa que ella.
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Memorias de una Ex-Gorda
RomanceLa suerte de Sophie cambia por completo, cuando un día, se convierte en modelo para la marca de lencería más famosa del mundo. De ser una sombra entre los rascacielos, el tráfico y el caos de NY, pasa a convertirse en una top model, it girl, e inf...