Con Harper el tiempo pasaba muy rápido. Era algo que ocurría desde que salía con él como amigos.
Era tan ocurrente, tan extremo a veces. Pasaba de las ideas más comunes a las extravagantes en segundos y siempre, siempre, cargaba con su cámara para todos lados. No pasaba ni un instante antes de ya existiera un momento guardado en su cámara.
- Voy a salir a caminar un poco.
- No quieres que te acompañe.
- No. Porque no te quedas y juegas un poco con Pat.
- Quiero ir a buscarle algo para su cumpleaños.
Estas paredes me estaban asfixiando porque nos habíamos quedado encerrados en el ático porque no quería verle la cara a Marcia, y muchos menos a mamá.
Las llaves del auto de papá estaban en el garaje donde seguramente estaba de necio haciendo algún trabajo de mecánica o carpintería. No sabía estar quieto.
Mi teléfono empieza a timbrar dentro de mi bolsa.
- ¡Amiga!
Es la voz de Jackie.
- Me tienes muy abandonada y tuve que enterarme de todo lo que ocurrió en la fiesta por Frida y Fernanda.
Todo pasó tan rápido ese día que me olvidé por completo de contarle a Jackie que Harper me declaró su amor pero eso no era lo que ella quería saber.
- ¿Cómo te fue con Samuel?
Ya ni siquiera me acordaba de ese penoso incidente.
- Bien.
- Así, nada más.
- Si.
- Está demasiado hot. Hablé con él y me dijo que lo flechaste. ¿Dónde estás?
- En mi pueblo. Papá se puso un poco mal y vine a visitarlo.
- Entiendo. ¿Cómo está él?
- Bien. Ya mucho mejor. Tu, ¿Dónde estás?
- En Cancún.
- ¿La playa?
- Se me había olvidado contarte pero una revista mexicana me invitó a ser la portada de enero. Las locaciones son en una playa de aquí.
- ¿Cuándo regresas?
- En unos días más. Espero verte pronto.
- Si. Yo también. Jackie. Debo dejarte. Voy a manejar.
Antes de colgar Jackie me mandó un abrazo.
Espero verla a m regreso en NY.
Entré al garaje. Ahí estaba papá arreglando una silla de madera.
- Papá, aún estás convaleciente.
- Ya me siento bien.
- Deberías descansar. Deja eso.
- No. Tu viejo no está tan viejo.
- Está bien. Como quieras. Voy a salir a comprar unas cosas. Puedes prestarme tu auto.
- Te acuerdas que cuando eras pequeña siempre me dijiste que cuando fueras grande mi carro iba a ser el tuyo.
Ni siquiera me acordaba de eso. Hay tantos recuerdos de mi infancia y adolescencia que borré de mi cabeza cuando llegué a NY porque me lastimaban.
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Memorias de una Ex-Gorda
RomanceLa suerte de Sophie cambia por completo, cuando un día, se convierte en modelo para la marca de lencería más famosa del mundo. De ser una sombra entre los rascacielos, el tráfico y el caos de NY, pasa a convertirse en una top model, it girl, e inf...