18. 50 Sombras de una Ex-Gorda

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Su humillación me había dolido. Tanto. Mucho más que hacía años.

Sabía mejor que nadie que por un momento, actuaba como el más lindo y tierno de los corderito, pero que debajo de esa piel, se escondía el más feroz de los lobos. Porque esa era la verdadera naturaleza de Nathan. El que es lobo en una manada, lo es en cualquier otra. Creo que Nathan nunca cambió. Por un segundo me pasó por la cabeza que él había cambiado pero no sé porque dejé que su encanto me hipnotizara. Fui muy tonta. Tal vez fue el alcohol el que me convenció de querer besarlo, pero también es cierto que desde que lo vi, tuve ganas de hacerlo.

Todo se me facilitó en bandeja de plata. Lo tenía ahí para aprovecharme pero las cosas no salieron como yo pensé. Pero, ¿Quería jugar con él? O solo estaba aprovechando mi "belleza" para poder estar cerca del chico que me rompió el corazón.

- Tengo que irme.

- ¿Por qué? Termina tu café. Espérame un poco y te prometo que yo te acompañaré a tu casa.

- ¿Para qué?

- Porque no voy a dejar que te vayas sola. Una "flor" no se puede ir sola a su casa.

- Gracias. Pero, así está bien.

Tomé el último sorbo de café. Lo miré por última vez. No tenía nada que estar haciendo aquí. Tenía tantas ganas de golpearlo en la cara. Estoy segura de que tantos años de rencor podrían hasta romperle la nariz. Se lo merece.

- Sophie.

Sentí su mano deslizándose sobre la mía. Estaba detrás de mi. Mi cuerpo se pegó al suyo. Pude oler su loción.

- Perdóname.

Giré frente a él.

Sentí la proximidad con su piel. Estábamos frente a frente.

- ¿Por qué habría de perdonarte?

- Porque no pude besarte.

Al escucharlo, me quedé en blanco.

Por qué estaba diciéndome eso. Ya no importaba que se negara a besarme. No tenía caso mencionarlo porque yo estaba humillada y él, satisfecho por hacerse el interesante con una más de sus conquistas.Nathan debe estar acostumbrado a llevarse a miles de mujeres a la cama porque se nota que disfruta de eso. Siempre fue así. Una mujer tras otra desde que éramos adolescentes. Pero si es así, por qué sigue con Tatyana. Como es que hay hombres que juegan con los sentimientos de las mujeres y se llevan a otras a la cama. Esos hombres no deberían estar comprometidos, o casados. Que se queden solteros y ya.

- Olvídalo.

No alcancé a dar ni medio paso porque Nathan me llevó de nuevo hacia él.

Vi como acercó sus labios.

Los pies empezaron a temblarme y mi mente se paralizó esperando volver a sentir esos labios que alguna vez me marcaron. La cabeza me dio vueltas. Muchas. Bastó un segundo para que todo saliera de mi boca. Y lo peor, fue haberlo dejado caer sobre sus zapatos. Vómito. Creo que el alcohol y yo no nos llevamos bien.

* * *

Estaba en ese bar. Con el mismo atuendo. Harper estaba frente a mi en la mesa pero estaba burlándose se de mi al igual que todos los que estaban a mi alrededor. Nathan me miraba con asco y no entendía la razón.

Tomé un sorbo de uno de los tantos martinis que estaban en la mesa. Los meseros seguían llegando y con disgusto seguían atendiéndome. El servicio no paraba pero me miraban con asco, tanto, que me intimidaba. 

Memorias de una Ex-GordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora