35. Desde París, Con Amor. Parte 2

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Sutton me miraba sin entender lo que estaba ocurriendo.

Lo había llamado "papá"  delante de todos.

- Sophie, ¿Está todo bien?-. Preguntó.

Lo sorprendí al llamarlo "papá". Hizo esta pregunta porque no supo otra cosa que decir. Lo noté nervioso.

Dejó la cámara por un lado.

- No. No estoy bien. Tenemos que hablar-.

- ¿Me llamaste papá? Preguntó fingiendo sorpresa.

- Si. ¡Papá!

Al fondo del salón estaba Jackie, que de inmediato se puso de pie para venir conmigo. Miré a Sutton sin decirle más. Necesitaba escapar de esta verdad que me estaba aniquilando. Las miradas de todos y la hipocresía de Sutton eran algo que no sabía si podría soportar.

Caminé de un lado por el pasillo. Los tacones se clavaban a cada paso  en las puntas de mis pies. El broche apretaba mis tobillos. Sentía como la cabeza me daba vueltas.

Hervía al recordar lo que Tatyana me había dicho. Logró arruinarme el momento.

¡Sutton!

¿Dónde está Sutton?

No sé porque le dije "papá". Supongo que fue algo que simplemente salió de mi boca. Pero él no es el padre con el que yo crecí. No es ese hombre que me enseñó todo lo que sé sobre la vida; Ese hombre al que vi como un ejemplo de cobardía. El títere favorito de mamá y de Marcia. Me duele tanto darme cuenta que me faltó un verdadero padre en casa. 

Tal vez papá se comportaba así conmigo porque siempre supo que yo no era su hija; su frialdad y poco cariño ahora tenía una explicación. 

Escuché el golpeteo de la puerta.

Sutton ya estaba afuera.

- Puedes explicarme qué te pasa Sophie. En esta industria no podemos hacer esperar a nadie. Hay millones invertidos en esta campaña, en este viaje, en toda la gente que vino aquí, y esto incluye tu salario.

- ¿Mi salario? Un salario que ni siquiera merezco.

- ¿De qué hablas?

- Hablo de que ya lo sé todo. Tatyana me lo dijo.

- No te entiendo. Contestó.

Tenía que dejar que escuchara de mis labios que ya sabía la verdad; Que él es el padre que nunca supo de mi existencia... hasta ahora. Ya sé que gracias a mi tía, él se hizo cargo de algunos de mis gastos cuando empecé a vivir en NY, y que ahora, debido a sus contactos, es que me dieron un contrato como modelo. No lo conseguí por mérito propio como creí. Todo esto está arreglado. ¡Es una mentira!

- ¿Por qué es importante hablar de esto ahora?

- Porque siento que no merezco esto. Estoy aquí gracias a ti, no por mi talento como modelo o belleza.

- Sophie. Eres hermosa y lo sabes.

Pero  aunque él me lo diga, las cosas no se dieron como yo creí. Saberlo es lo que más me duele.

- Tienes el trabajo que cientos de modelos matarían por tener y te estás quejando.

- Porque lo conseguiste tú. Acaso es que esta es solo una forma de enmendar tu error.

Soné agresiva, lo sé pero tenía que enfrentarlo. Era el momento.

- ¿Error? Sophie, no seas injusta. Hasta hace unos años no estaba enterado de tu existencia.

Memorias de una Ex-GordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora