30. La Propuesta

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Pasé las horas atormentada por los recuerdos de una infancia infeliz, donde siempre me hicieron sentir menos. Donde sentí que no formaba parte de una familia pues en ella, siempre existió solo una hija; Mi hermana.

Era feliz cuando mi tía venía a visitarnos de vez en vez. No era tan bien recibida por mi madre y ambas se evitaban a toda costa, pero delante de nosotras, aparentaban llevarse bien.

Hoy estaba lidiando con la respuesta de esa infancia infeliz porque habían que tenido que pasar una serie de cosas para llegar a esto. Mi tía se había atrevido a hablar con la verdad acerca de mi origen. Gracias a que había venido hasta aquí era que hoy sabía que era hija de un hombre que había abandonado a mamá en este pueblo. Ella no toleraba mi presencia porque yo le recordaba a ese hombre que se había ido sin darle la cara. Por fin comprendí que ese odio y envidia de mi hermana no eran en vano, sino porque en el fondo, ella sabía que no nos unía la sangre. Papá siempre fue indiferente conmigo porque no era su hija, sino la de otro hombre. No sabía como lidiar con eso.

- Si lo sabías porque nunca me dijiste nada tía.

Era el momento de enfrentarla.

Mamá se levantó del sofá donde seguía bebiendo la botella de vino que mi hermana había abierto.

Ambas se metieron a la cocina. No les tocaba estar presentes en esta discusión. Ellas ya habían hecho bastante.

- No era fácil. Cómo iba a explicártelo. Eras muy pequeña.

- Pero crecí tía. Yo tenía derecho a saber la verdad.

- No sabes como me dolía saber que estabas en esta casa. Que eras infeliz. Que tu mamá no te quería porque le recordabas a ese hombre que la abandonó.

- Entonces, ¿Por qué no dijiste nada?

Sentía tanta rabia contra ella. Pensé que éramos sinceras, que éramos amigas. La vi siempre como una madre porque nunca tuve una verdadera.

Mi tía pensó que mamá terminaría por hablarme de la verdad tarde o temprano pero no fue así. Ambas fueron muy cobardes.

- Y ese hombre. Quiero saber quien es ese hombre.

- No puedo decírtelo.

- Michael. Se llama Michael.

- Si. Ese es su nombre.

- Si él sabe de mi porque no me buscó.

- Al principio no tenía interés en conocerte. Fue hasta muchos años después, cuando me contactó.

Cuando mi tía regresó a la ciudad, se dedicó a buscar a ese hombre. Fue gracias a FB que pudo encontrarlo y le escribió un mensaje que él tardó muchos meses en responder.

Fue hasta un día que se encontraron casualmente que mi tía se atrevió a confesarle que había tenido una hija con su hermana. Yo ya había llegado a la ciudad.

Pasó casi un año cuando Michael buscó a mi tía gracias a un investigador privado. Se apareció en nuestro apartamento porque tenía curiosidad por saber de mi.

Yo ya estaba estudiando aquí. Fue en ese tiempo cuando empecé a buscar trabajos como modelo porque Harper me había animado a hacerlo.

- Él está casado Sophie. Tiene una familia.

Michael no tenía una obligación conmigo porque nada me unía a él. Era solo el fruto de un romance que no pudo ser.

Sus verdaderas obligaciones estaban atadas a esa familia que si había reconocido.

Memorias de una Ex-GordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora