Memorias de una Ex-Gorda

2. El show debe comenzar

Capitulo 2.

El Show Debe Comenzar

Estaba tan nerviosa que apenas y había logrado dormir cuatro horas. No podía dejar de imaginar cómo sería todo lo que estaba a punto de ocurrirme. A qué otras modelos llamaron para asistir al último casting. Estoy segura de que me encontraré con algunas de las top models. 

Voy a tener que estar al pendiente de todo lo que ocurra durante este día porque seguro que estarán grabando algunas escenas para hacer los promocionales de las redes sociales y del especial de televisión. 

La cita era en las oficinas principales de la marca de El Jardín de Eva, justo a las 9:00 a.m. Llegué con un poco de maquillaje. Me habían pedido que fuera lo más natural posible pero llevaba el cabello arreglado con el mismo estilo con el cual peinaban a "las flores", las modelos embajadoras de la marca.

Una modelo novata como yo no podía darse el lujo de moverse en UBER o en taxi, tenía que caminar o tomar el metro para llegar a los castings. 

A unas cuantas cuadras de la última parada que tomé, se  asomó el rascacielos donde estaban las oficinas de la marca. Todos en esta ciudad conocían que este era el edificio de la marca porque cada año, los cristales de su fachada eran cubiertos con un panorámico de la campaña de navidad con dos de sus modelos luciendo delicadas piezas de lencería. En la campaña de este año, estas dos modelos tan perfectas estaban cubiertas de diamantes que simulaban ser pétalos de rosas.  

Había cientos de fotográfos junto con fans alrededor de la entrada al edificio. Esperaban compartir las noticias de las modelos que habían sido llamadas al casting. Algunos esperaban encontrarse con las flores  pero ellas no venían a este casting ya que su presencia en el desfile  era parte de su contrato. 

Entré nerviosa al edificio tras pasar algunos filtros de seguridad.  En el ascensor, los pies me temblaban pero la emoción fue mayor cuando vi a algunas de las  60 modelos invitadas al casting entre las que destacaban algunas novatas y las más cotizadas, consideradas por algunas de las mejores revistas del moda de mundo,  como las top del momento e it-girls.

Me dieron un gafete con mi nombre y una polaroid tomada dentro de mi agencia. Tenía que esperar mi turno para hacer al casting frente  al staff de El Jardín de Eva. 

El ambiente era tenso, hasta algo hostil. Era incómodo y a la vez intimidaba estar rodeada de hermosas mujeres. Mientras que algunas delataban su nerviosismo, otras no dejaban de tomarse selfies y escribir en sus móviles; A otras, se les escapaba el exceso de seguridad hasta por la piel.  Esas modelos  sentían que ya tenían su lugar asegurado en el desfile porque tenían un nombre en el mundo de la moda, o porque eran la musa de algún importante diseñador. Yo, por lo menos, estaba satisfecha de estar aquí. Si quedaba elegida ó  no,  había logrado lo que tantas otras no habían podido. 

Tocó mi turno después de unas horas y tras unas cuantas modelos. Me esperaban dentro de una habitación que estaba rodeada por cámaras y micrófonos. En ella hacían los castings año tras año. Siempre veía las imágenes en redes sociales. 

Había una mesa al fondo y sobre ella estaban sentados el  el director de marketing, que elegía a las modelos que él quería como embajadoras del Jardín de Eva, responsable de convertir a estas mujeres en iconos de la belleza a nivel mundial. También estaba Charlotte,  la diseñadora de la colección de lencería, el dueño del canal de televisión que pasaba el canal año con año, y por último, Russell Jones, el director de casting quien me eligió en su visita a mi agencia de modelos.

- ¿Cómo estás Sophie?

- Nerviosa. Contesté.

- ¿Es esta tu primera vez?