Cuando Amarte no sea Pecado

Conflictos

Pov Arizona

Eran las 10 AM del día sábado, y yo recién estaba despertando. Apenas comencé a abrir los ojos vino a mí mente toda la noche anterior como si fueran flashes y solo lo hubiese soñado, pero no, no era un sueño. Realmente todo aquello había ocurrido.
La verdad es que en este preciso momento no puedo decir que estoy arrepentida de lo que sucedió, porque sí... lo he disfrutado y mucho, a pesar de ser bastante nueva e inexperta en ésto. Pero sí estoy muy nerviosa y asustada, ya no se qué sucederá de ahora en adelante. Sigo casada con Owen y aún lo sigo amando, o eso creo, la verdad es que en este momento no tengo nada claro. Solo más y más confusión.
Creo que solo queda esperar lo mejor, y no hacer sufrir a nadie, solo eso.

Me incorporé sobre la cama y me di cuenta que Calliope no estaba a mí lado. ¿Se ha ido y me ha dejado así como si nada hubiese ocurrido? Estoy desnuda en la cama, con tan solo una sábana, y se ha ido así, dejándome aquí como si fuera una...

Calma Arizona, calma.

Me enrollé la sábana como pude, fui al baño y no estaba allí, luego fui al living y tampoco, por último fui a la cocina y allí estaba, con la bata de Owen puesta. Esto es... Demasiado extraño.

Callie: buenos días (dijo con una sonrisa mientras ¿Cocinaba?)
Arizona: buenos días (respondí algo sorprendida) pensé... Pensé que... (Me quedé en silencio mientras tomaba con firmeza la sábana que aún seguía cubriendo mí cuerpo, estaba incomodándome ya que no me sacaba la mirada de encima)
Callie: ¿Que me iría sin despedirme? Claro que no (dijo dando una última ojeada a mí cuerpo mientras sonreía pícara y se volteaba a continuar con lo que estaba haciendo) ve a cambiarte, el desayuno pronto estará listo (dijo sin más)

Me quedé observándola algo sorprendida por su actitud tan liberal y despreocupada, y yo ni siquiera podía hacer contacto visual con ella durante más de cinco segundos.

Odio ser tan intensa...

Volví hacía mi habitación, me dí una ducha rápida y me cambié con ropa cómoda, mis pantuflas no podían faltar.
Me cepille el cabello y me dirigí a la cocina. Al llegar me encontré con la mesa lista y callie sirviendo el desayuno.

Callie: ¿Café? (Pregunto sonriente)
Arizona: por favor (dije observándola mientras me sentaba en la esquina de la mesa)
Callie: siento haber tomado tu bata, es que... quería estar cómoda y fue lo primero que encontré (dijo mientras servía el café)
Arizona: de hecho... es la bata de Owen (dije bebiendo un poco de jugo de naranja y agachando la mirada)
Callie: mierda, lo siento (dijo avergonzada, su cara había enrojecido cómo un tomate)
Arizona: no te preocupes, tiene otras para usar (dije tratando de aliviarla)
Callie: está bien, cuando termine de desayunar la devuelvo a su lugar (dijo sentándose)

Comenzamos a desayunar, pero un extraño e incómodo silencio reinaba en la mesa. Y sí, ya ni siquiera podía mirarla.

Callie: ¿ocurre algo? (Pregunto observándome)
Arizona: no, ¿Por qué preguntas? (Dije sin mirarla)
Callie: no me miras, no has podido mirarme por más de cinco segundos desde que has despertado (dijo tensa)
Arizona: no es así, claro que lo he hecho (dije desmintiéndola, aunque sabía que tenía razón)

No puedo contra mí "yo" interno...

Callie: está bien, si tú lo dices (dijo, luego bebió de su café)

El desayuno continúo así, en completo silencio, y es que no me animaba a pronunciar palabra.
No es que esté arrepentida, pero de verdad no sé qué se hace en momentos como éste, no sé hacerlo, no estoy acostumbrada.

En ese momento sonó un celular, era el de Calliope. Ella contestó, era su madre, quizás ella ni siquiera sabía dónde estaba. Odio sentirme cómplice de eso. Al terminar cortó y dejó el móvil sobre la mesa.
Dio un último sorbo a su café y se levantó de la mesa para ir camino a mí habitación.