"Lugar Prohibido"

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Pov Callie

Callie: eso no, no fue lo que quise decir, yo (trato de explicarle y me interrumpe)
Arizona: descuida (hizo una media sonrisa, puso su mano en mi hombro y se fue)

Soy una imbécil, inconscientemente la aleje de mi, odio todo esto. Bufé, coloque la cabeza entre mis piernas y suspiré, tratando de calmarme.
Definitivamente estaba siendo un día de mierda, no puedo ni conmigo misma. Y sabía que terminaría aún peor.
Apreté mi cabeza con fuerza y llore, me recosté en el pasto y sin darme cuenta me quedé dormida.

Abrí los ojos, me di cuenta de que aún seguía en el jardín, ya no había nadie en él, mire mi celular y eran las 7pm. ¿Tanto dormí?
Me perdí dos clases, las chicas deben estar como locas buscándome y preguntándose en donde estuve, pero no podía ir a clases simplemente no quería. Mis ojos estaban súper hinchados y enrojecidos, y no quería que nadie me preguntará qué me pasaba, asíque decidí saltearme la clase e irme a mi habitación, después debería ponerme al día con las tres asignaturas.
Me dirigí a la habitación, me quite el uniforme y me acosté, no podría sentirme peor, ¿Por qué debía pasarme esto a mí?, No quería volver a recordar nada que lo que había sucedido.
Me hice un bollito en la cama y continúe llorando. Al rato volví a quedarme dormida, me desperté con la voz de Cristina, se escuchaba preocupada.

Cristina: hey callie (dijo samarreandome) ¿estás bien? (Pregunto observando mi cara hinchada y enrojecida)
Callie: Cristina, si estoy bien (respondí refregandome los ojos)
Amelia: ¿Donde te has metido en todo el día?, Te hemos buscado en los recreo, desde que te fuiste hablar con Heather no volvimos a verte. Ni siquiera te apareciste por las clases ¿Que te ocurre?, ¿Que paso con Heather? (Sonaba preocupada)
Callie: es que me sentía algo descompuesta, no me sentía muy bien así que decidí venir acostarme (mentí)
Mer: que mal, ¿Querés que te traiga algo? (Dijo amablemente)
Callie: no te preocupes, ¿Ya cenaron? (Pregunte)
Cristina: si, comimos rápido para venir a buscarte, ni siquiera pudimos avisarte. Pero si tenés hambre pido ir a buscarte algo para comer (dijo)
Callie: gracias Cristina, pero ya es tarde, además no tengo hambre (dije afligida)
Amelia: no te ves nada bien Torres, en serio puedes contar con nosotras (sonrió)
Callie: lo sé y se los agradezco a las tres, es solo que en este momento no quiero hablar, discúlpenme (me disculpé)
Mer: no te preocupes, lo entendemos (dijo sonriendo)
Callie: gracias las quiero (dije regalandoles una sonrisa)
Amelia: y nosotras a ti (sonríe) ¿En serio no queres nada? (Volvió a preguntar)
Callie: no de verdad no tengo hambre, creo que solo iré por un poco de agua (dije levantándome de la cama u colocándome mis pantuflas)
Cristina: ok te esperamos aquí (dijo acostándose)

Me coloque una bata por encima de mi pijama y fui en busca de agua.
Cuando iba de regreso a mi habitación, iba por las escaleras y recordé "el piso prohibido" dónde nunca podría subir, según Miranda.
Porque claro, allí es donde dormían muchas profesoras, preceptoras y las secretarias. Me asome en las escaleras hacia el piso de arriba y no ví a nadie en el pasillo.

Esta es mi oportunidad, pensé.

Necesitaba saber cuál era la habitación de Arizona, quería pedirle perdón por lo idiota que fui en la tarde, realmente necesitaba hablar con ella, y que me escuchará.
Sin importarme que estuviera prohibido, subí al tercer piso y comencé a buscar su habitación leyendo los letreros en las puertas. Hasta que lo encontré.

"Srta Robbins" que bien suena.

Estaba muy nerviosa ¿Y si me regañaba por ir a buscarla a su habitación?, Eso estaba prohibido realmente. Tal vez ni siquiera quería escucharme, quizás estaba muy enojada conmigo y no me dejaba explicarle nada. Dios, que tormento, mis nervios me impedían golpear la puerta, hasta que tomé valor y lo hice.
Luego de un momento, ella abrió la puerta, se sorprendió al verme allí parada, su expresión cambio de inmediato.

Arizona: Calliope ¿Que haces? No puedes estar aquí (dijo con esa seriedad en su rostro que me podía demasiado, mientras se terminaba de cubrir con su bata de dormir)
Callie: lo sé, lo sé, es que me he sentido muy mal todo el día, necesitaba venir a pedirle disculpas por como me comporte esta tarde realmente fui una imbécil (dije totalmente arrepentida)
Arizona: bueno, si es por eso ya puedes ir a descansar (dijo con su expresión endurecida)
Callie: no quiero descansar, solo quiero hablar con usted,.por favor (dijo rogándole piedad con mi rostro)
Arizona: está bien (suspiró) pasa (dijo invitandome a entrar)

Con extrema timidez pasé, era una habitación muy hermosa en verdad. Súper prolija y ordenada, buena decoración, perfumada y bastante moderna.
Logré ver la cama medio abrir, con unas gafas y un libro sobre ella, creo que interrumpí su lectura.

Arizona: siéntate (dijo indicándome la silla junto al tocador)

Ella se sentó sobre la cama, se cruzó de piernas, por lo que su bata entreabierta dejo ver gran parte de su muslo izquierdo, eso me quito el aliento y me saco de contexto de inmediato.

Ay no, no otra vez

Arizona: bien, que querías decirme (continuaba muy seria)
Callie: pedirle perdón, solo eso, por comportarme como una estúpida allá en el jardín, por hacerle creer que no confío en usted, en fin por todo (dije con la mirada gacha)
Arizona: está bien, de todas maneras no es tu culpa, sino la mía, a veces tomo confianza con las alumnas del colegio y me olvidó que hay cosas donde simplemente no debo meterme, solo quería aclararte que me preocupé, como lo haría por cualquier alumna de la institución si la veo llorando (dijo firmemente, no sabía si su seriedad me haría llorar o me haría lanzarme encima y comerle la boca.
Callie: lo sé, pero créame que mi intención no fue esa, es solo que ( otra vez este maldito nudo en la garganta me dificultaba el habla, dios, agache la mirada ni siquiera podía hablar) no estoy bien (dije como pude con la voz en un hilo) hoy tuve una discusión con alguien del colegio, que me trajo muchos disgustos y sumado a eso mi mente elije el momento más oportuno para volver a tortunarme con cosas del pasado que no quiero recordar y (ya no podía más, por más que intentara calmar el llanto que brotaba de mi garganta cualquier intento fue fallido) lo siento (y luego de esa última palabra rompí en llanto, no podía contenerlo más)

Me sentía avergonzada, ya que no acostumbro a llorar en frente a las personas. Así que agache la cabeza y tape mi rostro como pude.
Ella se levantó de la cama, se arrodillo frente a mí, alzó mi cara y me dijo.

Arizona: tranquila, llora todo lo que necesites (dijo agregando una de sus sonrisas, de esas con las que me cura el alma)

Yo solo la observé con los ojos empapados y sin pensarlo me agarre a ella fuertemente, necesitaba de un abrazo, sentía que su calor me sanaba por dentro, apoye mi cabeza entre su cuello y llore, llore como nunca antes. Mientras ella me sostenía, acariciándome la espalda en forma de calma.

Callie: lo siento (dije entre llanto, mientras seguía en su cuello)
Arizona: no tienes que disculparte por llorar, eres muy valiente en hacerlo (dijo sonriendo)

Yo me mantuve ahí, aferrada a ella, era la primera vez en toda mi vida que me sentía tan segura en indefensa a la vez. Quería quedarme toda la vida entre sus brazos, entre el contacto de su piel, a partir de ese momento, sabía que solo ella encontraría la calma a mis angustias.
Me quedé un largo rato allí, abrazada a ella, sintiendo los latidos de su corazón al compás de los míos, sintiendo su aroma, el calor de su piel, de sus dedos entrelazados a mi espalda, era un momento que jamás iba a olvidar.

Cuando de pronto ella para de abrazarme, eso hace que yo me levanté de su cuello, levanté de la vista y me quedé así a centímetros de su boca, solo nos dividía nuestros alientos.
Comencé a desear su boca, era la mismísima perfección, labios finos rosados y pulposos.
Ella queda mirándome fijamente, nuestros alientos se mezclaban, sus ojos eran dos estrellas en medio de la noche en el desierto, brillaban como nunca, debía alejarse de mí en este momento o la besaría.

Arizona necesito de tus besos..




Adelantoo: se vienee el beso?

Cuando Amarte no sea PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora