— Bajen sus armas — Off enfatizó cada palabra, pero su rifle apuntó a Lee.
Earn sangraba profusamente y rodaba por el suelo.
En cuanto a los otros tres soldados, cada uno tenía una ametralladora apuntando a un guardaespaldas, y el seguro de todas estaba abierto.
— Contaré hasta tres. Bajen sus armas y nadie morirá — los ojos de Off recorrieron los rostros de los guardaespaldas y habló lentamente — Sin embargo, si alguien de ustedes dispara no van a salir vivos de aquí, lo garantizo... Uno... Dos...
Antes de que pudiera decir tres, un guardaespaldas en el frente tembló cuando colocó su arma en el suelo.
La pequeña pistola, en comparación con las ametralladoras que podían disparar 900 rondas por minuto, parecía mucho menos significativa.
No había necesidad de mencionar el tamaño del arma, ya que era casi la mitad de la altura de un humano. Esta letalidad colosal era extremadamente abrumadora.Cuando uno tomaba la delantera, otros lo seguían. Los otros dos guardaespaldas también se rindieron, poniendo las armas a sus pies con manos temblorosas.
— Patealas — ordenó Off.
Las tres personas patearon sus armas hacia el área central.
Off miró hacia atrás:
— Pim.
La chica se echó la ametralladora al hombro antes de avanzar para recoger las armas. Luego descargó las balas en el bolsillo de su uniforme.
El ambiente tenso y explosivo finalmente desapareció. Los hombres del salón, con gran temor, abrieron las puertas y las mujeres también se asomaron, observando nerviosamente la situación.
Las armas de Mond y First todavía apuntaban al grupo de Lee.
Sin embargo, Off había dejado caer el rifle y levantando ambas manos en alto, se giró hacia los ciudadanos comunes, su fría mirada recorriendo cada rostro temeroso.
— Mañana... — habló con su voz resonando en el espacio — Saldremos de la fábrica y llevaremos a todos al sur, al refugio principal en Nanhai. Antes de la catástrofe, nosotros, el Sexto Escuadrón de la Unidad 118, vinimos de la Zona Militar B a la Ciudad T para una operación encubierta. Debido a los objetivos de la misión, a todos nos inyectaron drogas para controlar nuestras feromonas. Después de la catástrofe, llevábamos a todos al norte en nuestro vuelo y no hubo posibilidad, ni necesidad de explicar nuestro origen, hasta hoy. Sin embargo, lo que espero que entiendan es que trataremos a todos en este grupo por igual, ya sean hombres, mujeres, viejos o jóvenes... Desde que comenzó la catástrofe, las leyes y regulaciones ya no existen y ahora hemos descendido a una sociedad oscura, donde solo cuenta la ley de la selva. Pero, en este grupo, donde hay menos de cuarenta, aún defenderemos las leyes, deberes y derechos de la sociedad humana. Durante el viaje hacia el sur, encontraremos aún más sobrevivientes: hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, débiles y discapacitados. Habrá alfas e incluso puede haber omegas... — hizo una breve pausa — Pero no importa cuánto más se expanda el grupo, seguiremos teniendo el mismo punto de vista, que es brindar protección mutua, ayuda, apoyo y dejar que la llama de nuestra supervivencia continúe.
Miró las diversas expresiones frente a él y señaló las ametralladoras que llevaban Mond y el resto:
— Estás armas están aquí para proteger. Siempre apuntarán hacia afuera y espero que todos puedan ser testigos de eso.
Hubo un largo silencio.
Finalmente, alguien comenzó a aplaudir.
Los sobrevivientes comenzaron a responder. Todos aplaudieron y los aplausos se hicieron más fuertes.

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118
General FictionEn el 2019, un virus estalló y barrió rápidamente el mundo en unos pocos meses. Las comunicaciones se interrumpieron, el agua y la electricidad cesaron, las fábricas de productos químicos tuvieron fugas, las plantas de energía nuclear explotaron y l...