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Capítulo 59

Tan pronto como New se fue, la sala del laboratorio se oscureció, quedando unas pocas luces de emergencia encendidas.

Parecía que New había diseñado este lugar con reservas de energía en mente. 

Gun miró a su alrededor, pensando en los posibles circuitos y de repente vio a Bright caminando hacia una esquina para recoger la pistola que había tirado.

Caminó hacia atrás, sin atreverse a mirarlo y bajó la cabeza mientras intentaba apuntar con el arma a la cadena de acero en la mano de Gun.

— ¿Qué estás haciendo?

New no se llevó el arma cuando se fue, con su inteligencia no debería haberla olvidado, debería haberse asegurado de que Bright no rompiera las esposas, o quizás pensó que lo primero que haría después de liberarse sería estrangular al doctor con sus propias manos, por lo que prefirió dejarlo pasar.

— El Doctor New me mostró los hallazgos preliminares sobre la vacuna — susurró mientras tiraba de la cadena — Y me dijo que necesitaba tu sangre para implementar ese conjunto de ideas sobre el virus y así obtener una vacuna... Le aconsejé que te preguntará directamente y consiguiera tu cooperación...

Bright apuntó torpemente con el arma,

— Pero se negó. Dijo que tu ya sabías que tenías los anticuerpos cuando te mordieron por primera vez, pero no dijiste nada. Entonces, tuvo serias dudas sobre tu voluntad para donar sangre... Me dijo que debería confiar menos en el Capitán Jumpol, que obstinadamente quería ir con el gobierno. La gente de esta base envió innumerables llamadas de socorro desde la estación, pero el gobierno no apareció, por lo que estabas destinado a morir en el océano antes de encontrar la base inexistente. De esa forma, se cortaría la única esperanza de desarrollar una vacuna...

Gun repitió de nuevo: 

— ¿Qué estás haciendo?

Bright, sudando profusamente, apretó los dientes: 

— ¡No te muevas hasta que rompa las esposas!

Gun señalo con frialdad: 

— Me lastimaras la mano antes de romper la cadena — apretó los dientes y tiro de la cadena. 

El dorso de su mano izquierda estaba magullado, pero la cadena de acero crujió.

Bright estaba estupefacto como si hubiera visto un monstruo. Después de unos largos segundos, todo lo que se pudo escuchar fue un clic.

El reposabrazos de la silla se rompió repentinamente y la mitad salió volando.

La muñeca izquierda de Gun quedó atrapada en la cadena que contenía la otra mitad del reposabrazos. Su piel estaba agrietada y la sangre rezumaba. 

Sin embargo, lamió la sangre sin preocuparse, le arrebató el arma al estupefacto doctor y disparo.

Cuatro disparos a quemarropa y sus manos y pies fueron liberados

— Tú...

— ¿Qué? — dijo con indiferencia y casualmente le arrojó el arma vacía — No tengo que dar explicaciones.

El doctor agacho la cabeza, suspirando suavemente, su voz era tan baja que apenas era audible para nadie más que para él mismo, 

— Lo siento.

Lo que no esperaba era que una voz no muy lejana contestara: 

— No importa.

Bright miró hacia arriba con atención, solo para ver a Gun caminando hacia el banco de pruebas sin mirarlo, abriendo casualmente las notas de New y hojeándolas,