Capítulo 33

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-_____. – le gritó Kuro desde el primer piso, ella se quejó bajo las sábanas, pero el chico abrió la puerta de su cuarto, así que solo se limitó a mirarlo mal por despertarla; estaba segura que aún no era medio día, no tenía pro qué levantarse tan temprano. – Te llegó correspondencia.

-¿No puedes recibirla tú? – el chico solo negó con la cabeza y se fue. ____ se amarró el pelo y se puso su bata para bajar al primer piso mientras se restregaba los ojos somnolientamente. – Buenos días, qué frío para estar despiertos tan temprano ¿no?

-Feliz víspera de navidad. – dijo el hombre frente a ella con una sonrisa, sorprendiéndola. El sujeto de la gorra le entregó entonces unas flores a la chica y le señaló un espacio en el papel que traía en la mano. – Usted es Kuro ____ ¿verdad? Firme aquí, por favor.

-Ah, claro. – dijo la chica firmando donde le había indicado el hombre, luego él se despidió haciendo un ademán con la cabeza y se fue con su camioneta. Ella cerró la puerta confundida y leyó la tarjeta que venía con las flores.

"Feliz navidad, _____. Espero que no haya llegado tan temprano para que no estés de mal humor el resto del día. Pasaré por ti a las cuatro, intenta estar lista. Con amor, Akaashi Keiji".

-Este sujeto... - dijo ella soltando una pequeña sonrisa, luego miró a Kuro, quien la miraba emocionado desde la base de la escalera, ella solo soltó una risa divertida. – Y tú que me ves.

-Que lindo novio tienes. – dijo el chico y ella asintió con la cabeza. – Me alegro de que tengas planes, pero no te olvides de volver a las ocho, tenemos la cena de la familia ¿si?

-De acuerdo. – dijo ella con una sonrisa mirando la hora, si era medio día. Ella le dio un abrazo su hermano para subir las escaleras. – Feliz navidad, Tetsu.

-Feliz navidad, ____. – dijo el chico viéndola subir emocionada. Ella entró a bañarse emocionada por su cita navideña, nunca había tenido una cita en navidad que no implicara sesiones de lujuria eterna en la casa de su mejor amigo, así que era algo nuevo para la chica. Tenía un novio en navidad por primera vez, y hasta el momento, se estaba sintiendo genial.

-¿Y bien? Cómo comenzó tu víspera de navidad. – dijo Suna al otro lado de la línea, ____ le acababa de contestar el teléfono mientras se vestía y lo dejaba en la alta voz. – Hace tiempo que no me dedico a mi familia en víspera de navidad, es agotador ¿sabes?

-Que terrible, te compadezco, a mi Akaashi me envió flores. – dijo ella con una sonrisa mientras se abrochaba sus zapatillas, Suna sonrió al otro lado de la línea mientras la escuchaba desde la cocina de su abuela, sosteniendo el teléfono con su hombre derecho y usando sus manos para sacar las galletas del horno. – Y ahora me estoy arreglando para ir a una cita.

-A dónde irán.

-No lo sé. – dijo ella soltando un suspiro sonriente. – Pero de seguro será una cafetería, a él le gustan mucho y hace frío para estar afuera.

-Deberías ir abrigada de todas formas. – dijo el chico y ella pensó un segundo que abrigo se vería bien con el color del conjunto que se había puesto. – Oye ¿estás segura de querer darle ese regalo? Es como... un poco precipitado ¿no crees?

-A mi me gusta. – dijo ella con una sonrisa mirando la pequeña caja de regalo que tenía sobre su tocador, la chica se sentó frente a él y se miró en el espejo para comenzar a maquillarse. – Suna ¿puedes creerlo? Tendré una cita de navidad, nunca tuve una de verdad.

-Me siento ofendido.

-Ya sabes a lo que me refiero. – dijo ella haciendo a su amigo reír al otro lado de la línea. – Haremos cosas que hacen las parejas, me enviaron flores por la mañana y ahora... no lo sé, estoy eufórica ¿sabes? No puedo creerlo, siento que solo fue ayer que iba a tu casa cada semana.

-Eso ya pasó hace un buen tiempo. – dijo el chico mirando a su alrededor y tomando el teléfono con su mano mientras se apoyaba en el mueble cocina, dándose un respiro de sus labores de cocinería. – Además, deberías poder creerlo. No fue fácil para ti dejar todo atrás y finalmente comenzar una relación, que era a lo que le temías tanto; dejaste a Kenma atrás y trabajaste para estar bien con ello, contigo y con Akaashi. Créelo, es tu trabajo dando frutos.

-Suna ¿te he dicho que eres el mejor del mundo?

-Si, un montón de veces, solías gritármelo desnuda.

-Eres un idiota ¿ves como no puedo hablar enserio contigo? – dijo la chica soltando un suspiro mientras reía un par de segundos. – Bien, tengo que colgar, almorzaré con mi hermano y luego saldré ¿te parece si te llamo durante la noche?

-Está bien, estarás con tu familia ¿no? – dijo el chico soltando un suspiro. – Yo también estaré en ello, tengo que limpiar todo, mi madre me está cobrando sentimiento por no venir las navidades pasadas.

-Me disculpo por ello.

-Deberías venir tu a lavar los trastes, todo esto es culpa tuya. – dijo el chico riendo y haciendo a la chica reír. Luego soltó un suspiro. – Bien, suerte en tu cita.

-Suerte con tu familia. – dijo ella antes de colgar y levantarse de donde estaba para ir a comer con su hermano. Suna se quedó con el teléfono en la mano un rato más y soltó un suspiro antes de meterse a su galería de fotos, la cual le recordaba que hace un año estaba en su habitación comiendo pastel con _____ mientras ella vestía solo una de sus sudaderas y tenía el cabello despeinado, de ella abriendo su regalo de navidad, un llavero que hasta el día de hoy utilizaba, o las uñetas coleccionables que ella le daba en las navidades. Fotos de ellos en la nieve y de ella tomando café mientras escuchaban música compartiendo sus audífonos.

Suna tenía completamente claro cuál era su lugar en esa historia. Sabía que desde un principio ambos habían acordado no desarrollar sentimientos por el otro, pero ¿era algo que realmente pudiera acordarse? Al principio solía ser así, pero cuando ella iba a su casa había mucho más que solo sexo, había juegos, risas y recuerdos, había fotografías y música de por medio, había regalos y siestas abrazados al otro. Suna sabía perfectamente que para _____ sus días en su cuarto no eran más que solo lujuria, él se había dado el tiempo de dejárselo claro también, lo habían conversado en varias ocasiones; nunca pensó que todo eso se acabaría de un momento para el otro, nunca pensó que ella perdiera el miedo y quisiera intentar algo, y mucho menos que sería con otra persona y no con él.

Pero ella era feliz con Akaashi y no pensaba interrumpir algo así. Quizás le gustaba, algo, quizás podría ser que en el fondo de su ser sintiera una especie de afecto romántico por ella, pero después de todo, él sabía cuales eran las condiciones de su contrato, y planeaba respetarlas. Ella no necesitaba más complicaciones, no necesitaba a otro amigo confesándose, no necesitaba que las cosas se pusieran extrañas; y Suna no necesitaba que por hablar de más tuviera que alejarse todavía más de su querida amiga. Porque eso eran, antes de cualquier cosa, ____ era su mejor amiga.

Suna miró por la ventana un par de segundos y luego guardó su teléfono en el bolsillo izquierdo de su pantalón para salir a fumarse un cigarrillo al porche de la casa de su abuela. El chico no alcanzó a encenderlo cuando una ráfaga de viento se lo arrebató de las manos, sin embargo, calló sobre un arbusto sin nieve. Un milagro increíble que no se hubiese arruinado. Se acercó a buscar el cigarrillo, en el arbusto junto a la cerca y se levantó.

En la casa del vecino había una chica, nunca la había visto. Tenía el cabello desordenado y ondulado, castaño, ella usaba anteojos y estaba con un gato en la mano.

-Pelusa, te dije que no salieras... – dijo ella soltando un suspiro y luego se dio cuenta de la presencia del chico, quien la miraba confundido. – Um... hola.

-Hola.

-Hola

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