Cap 29

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Lo último que recuerdo fue ser golpeada en la cabeza, el golpe retumbó al punto de irritar mis tímpanos, sentí como respirar se volvió un problema pesado, el dolor era inexplicable en la zona lastimada, sentí como algo húmedo empezó a chorrear, claramente era mi sangre y caí al suelo, como bolsa de papas, todo en cámara lenta, el choque de mi cuerpo contra el piso sonando repetitivamente dentro de mi hasta perder la conciencia y dominio de mi propio cuerpo, cuando todo lo vi negro, sentí que no volvería a despertar.

Y no fue así, con pesadez mis ojos se empezaron a abrir, intenté moverme pero mis manos y todo el cuerpo estaban atados a una silla, al caer en cuenta de que no me encontraba en una buena situación me obligué a abrir mis ojos alertada,  cayendo en cuenta de lo que estaba pasando a mi alrededor, toda mi familia atada de la misma manera que yo, mi hermanita estaba llorando desconsoladamente ahogándose en sus propias lágrimas, mi padre y mi hermano estaban serios, sin expresión alguna, sus miradas perdidas, mientras mi madre derramaba enormes lágrimas en silencio, mirando un punto específico de la pared, todos aterrados sin saber lo que vendrá, todos con cintas en sus bocas, menos yo.

Las puertas se abrieron dejando ver al padre de Eros con un traje negro y a tres hombres detrás de él, los cuales eran sus guardaespaldas o sicarios, el sabrá.

- La familia completa despertó- anunció con cierta emoción.

Coloco una silla frente a nuestra ronda y se sentó, guardo silencio un momento.

- Aquí todos menos la pequeña saben lo que está pasando, así que me ahorraré la introducción, he iré directo al punto. Te di oportunidades- se dirigió a mi padre- y estás son las consecuencias, no te importo llegar lejos, no te importo arriesgar a tu familia y sin duda no quiero socios con esa mentalidad, es curioso como pensaron que podrían conmigo, y ahora todos morirán- rio sádicamente.

- Emily es solo una niña, libérala por favor- supliqué.

- Odio ser interrumpido- su mandíbula se tensó, pero luego recuperó la compostura para volver a hablar- Iba a dejar lo mejor para el final, ya saben, un toque dramático, pero como me irrita escucharte intentar conseguir piedad de mi, solo te dire una cosa, no eres mejor que ninguno de ellos, eres una entrometida y...- chasqueo los dedos indicando algo- no eres especial.

Los hombres que se encontraban detrás de él abrieron las puertas dejando entrar a...

- ¿Eros?.

Esto debía tratarse de una broma.

- ¿Que significa todo esto?- pregunté.

- Solo quería cogerte, lo tomé como reto personal- se encogió los hombros, sin decir nada más.

Estaba siendo humillada frente a mi familia, lo mire a los ojos y no me transmitía nada, estaba serio, frió como los primero días en el que lo conocí, no era una respuesta lógica para mi, más bien juraba que era ensayada, no tenía lógica nada de esto.

El señor Gagliardi indicó a los guardias y ellos tomaron mi silla, la de mi hermanita,  y también la de mi hermano, llevándonos a la habitación de al lado, esta era más pequeña y oscura, Eros entro y se acercó a mi, se agachó ligeramente haciendo que  quedemos cara a cara, mi corazón imploraba una señal, solo una pequeña señal... la que sea, su mirada recorrió todo mi rostro, lo miraba suplicante, él funciona el ceño para luego pegar una cinta a mis labios, cerré los ojos dejando caer las lagrimas acumuladas en mis ojos, el se alejó, ¿acaso era verdad?,  y yo solo era parte del plan armado por él y su padre. Pero aún así no podía creerlo, solo necesitaba una señal que me indicara que el tenía un plan para sacarnos de aquí.

- No lo tomes personal- comentó el italiano sacándome de mis pensamientos- Son negocios- sonrió con egocentrismo.

Y ahora todo tenía sentido, su plan era indirectamente incitarme a llegar aquí, y terminar así, escuche como los guardias se rieron, y mi hermano lo miraba con furia, el no tenía un lado humano, solo estaba fingiendo tener uno.

Jord CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora