Cap 4

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Mi cerebro trataba de procesar todo lo que había leído, ¿acaso la anciana tenia demencia?.

No soy la persona ideal para situaciones complicadas o demasiado delicadas, tiendo a exagerar o sobre pensar las cosas, al punto de querer vomitar, pero en este caso, simplemente no lo podía creer, era una especia de chiste que me hizo Susan desde el más allá o algo por el estilo.

En el día me dediqué a pensar, no quería leer la otras cartas, aunque me negaba a creer que qué sucedía, no me daba para nada buena espina lo que decía la carta, me molestaba no entender la situación.

- Creo que es suficiente pastel de frutas por hoy Zoe- me dijo Amanda sacándome de mis pensamientos.

- Estoy de acuerdo, te comiste más de cinco rebanadas en una tarde- dijo  Richard con un noto de reproche.

Cuando pienso no mido mis cantidades de alimento.

- Nunca es suficiente pastel- dije para luego levantarme, tomar la charola de pastel y retirarme mientras ellos me regañaban con la mirada.

Estaba algo alterada ¿bien?, una mujer antes de morir me había escrito una serie de cartas, y la primera ya decía que iba a morir así que no podían juzgarme.

Al llegar a mi habitación dejé el pastel encima de la mesita, me agaché al suelo y saque la caja de madera que se encontraba debajo de mi cama.
Solo una carta más.

                                     #1
                     20 de diciembre, 1997
Ese lugar desde que lo vi por primera vez me empezó a asustar, desde kilómetros se percibe el peligro, era una noche muy helada, no sabía en qué me estaba metiendo, no puedo usar la típica excusa  de: "era joven y no sabia lo que hacía" , lo admito ya soy una mujer madura, la soledad y curiosidad me metieron en esto, no debería de haber seguido a esa camioneta blanca en primer lugar, todos los lunes y domingos a eso de las 4:45 de la madrugada, una camioneta blanca se dirigía a una carretera hacía el bosque, la curiosidad no me dejaba dormir, cada noche me preguntaba ¿A donde van?¿que es lo que hace o hacen?, un domingo, en una de esas noches frías ya no pude con la curiosidad y decidí seguirlos, encontré una casa antigua, pero no era descuidada, veía a personas con máscaras blancas entrar, todos de clase alta,  jamás logre entrar, cada noche lo intentaba, las ventanas estaban selladas, las puertas estaban resguardadas por tres hombres con máscaras negras, todos armados, lo intenté por meses, se que traman algo, no son personas que inspiren confianza, lucen peligrosas, lucen siniestras y no pienso rendirme tan fácilmente.

Por favor, está carta es de 1997 , estamos en pleno 2021, es ridiculo, no voy a meterme en esto, yo simplemente voy a quedarme aquí y voy a hacer absolutamente nada al respecto, tal vez y Susan padecía de esquizofrenia, creaba estas historias en su cabeza para olvidar la soledad que sentía, todo esto era producto de su mente.

1:30 de la madrugada.

No puedo dormir.

2:45 de la madrugada.

Voy a prepararme un bocadillo.

3:50 de la madrugada.

Solo vine a la cocina por más pastel...

4:00 de la madrugada.

Maldita vieja loca, no la soporto, pienso poniéndome mi sudadera negra, en parte es mi culpa, no podía estar feliz con mi aburrida y deprimente vida, nooo Zoe Williams necesitaba que su vecina muerta la meta en algo peligroso para darse cuenta de que su vida no era del todo un asco.

Jord CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora