Cap 1

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En el poco tiempo que llevo en esta ciudad me tomé el tiempo de intentar conocerlo, siendo sincera no saque mucha información, al parecer todo era más aburrido de lo que esperaba, no pasaba nada interesante desde 1983, ese año se abrió la fábrica de atún en la ciudad según la anciana que vivía al lado, su nombre era Susan, una anciana con tres divorcios, la mujer dio la bienvenida a mi familia el primer día de mudanza, se quedó charlando más de media hora sobre todos los rumores del lugar, al parecer esa mujer era una completa entremetida, lo cual no fue de agrado para mi madre, una anciana chismosa y con mucho tiempo libre, y una mujer con poco tacto y con poco tiempo libre no era una muy buena idea para una tarde de chicas.

La ciudad  no era del todo interesante como les mencioné, lo único que logró llamar mi atención fue una cafetería con diseño rústico a unas cuadras de mi casa, un lugar cómodo donde tomaba mi café diario con un pastelito, en una mesa con ubicación perfecta al lado de la ventana, leyendo algún libro, las personas no solían frecuentar mucho este lugar, por esa razón lo volvía más tranquilo.

Me quité la chaqueta, ordené lo de siempre, recogí mi cabello ondulado en un moño, saqué el libro que me había prestado Richard la noche anterior, ahora me  parecía el momento perfecto para darle una oportunidad.

Luego de unas horas tomé mis cosas y me marché, de camino a casa observaba a las personas y casas del vecindario, todo aquí gritaba "ordinario", tal vez yo estaba esperando demasiado, tal vez eran demasiados libros que me hacían pensar que "puedes tener tu propia aventura" o alguna tontería de esas y pasar de vivir en Los Ángeles a una pequeña ciudad de nombre peculiar ubicado en quien sabe donde no era del todo mi idea de diversión o siquiera de mi agrado, en mi cabeza solo intentaba hacer de esto algo más interesante.

Lo que más me llamo la atención de caminí a casa fue una familia pelirroja, eran varios integrantes, se veía a varios niñitos pelirrojos corriendo y sonriendo en el jardín, una familia real, no podía evitar sentir envidia, mi familia era "perfecta" solo para las portadas de revista, ricos, atractivos y con clase, una estupida mentira, pero en cambio ellos de verdad se veían felices felices, podría jurar que se aman, ellos eran esa clase de familia perfectamente imperfecta, la cual tenía parrilladas los domingos y peleas absurdas como por el control remoto.

Todo el transcurso a casa me quede pensando en esa familia, cuando tenía 12 años me gustaba imaginar mi propia familia, una casa pequeña, una madre que se encargara únicamente del hogar y un padre que llegue a las 19:00 p.m. del trabajo para cenar con su familia, aunque suena absurdo, no todos los niños ricos soñábamos con una isla con nuestro nombre o un poni.

Llegue a casa y busque las llaves en mi bolso, lo cual era complicado con paquetes vacíos de galletas y chocolates por todos lados, al entrar suspiré al ver que mi perro le estaba ladrando a su propio reflejo.

- Tomy ese eres tu-  reí y me coloqué frente al espejo- lo ves, esa soy yo- dije apuntando a mi reflejo.

Tomy solo me miro confundido, digamos que las personas tenían algo de razón, los pugs pueden ser en realidad muy estupidos, pero adorables.

Me quité los zapatos y me recosté en el cómodo sofá blanco, un color que a mi madre le fascinaba, tomé el control remoto y encendí la tv para ver películas antiguas, para mi las mejores épocas de la cinematografía fueron los 90's, clásicos como Forrest Grump, Solo en casa, Pretty Woman, Clueless y Titanic, podía pasar horas viendo clásicos.

Mi madre entró a la sala con un sándwich en las manos.

- Quita tus sucios pies de mi costoso sofá.

Solo rodé los ojos, tomé mis zapatos y subí a mi habitación, tomé una larga ducha de agua caliente y me coloqué mi pijama rosa, no iba a discutir.

Jord CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora