"Zoe Gagliardi"
Entré al restaurante portando mi mejor vestido, tela importada de Milán con pedrería incrustada a mano, mi presentación hoy era impecable y todo porque "esta noche lo ameritaba", destacaría la belleza del fino restaurante al que estaba asistiendo, como sus detalles de mármol negro cristalino, o tal vez el acuario que poseía animales marinos exóticos o alguna otra de esas boberías que solía impresionarme cuando no estaba completamente amargada, ahora solo podía pensar en mi juventud, solo siento que la he desperdiciado toda en este hombre, y eso me provoca tanta amargura que solo calmo durmiendo por días, o bebiendo hasta no poder recordar ni mi nombre mismo.- Bienvenidos Señores Gagliardi, para nosotros es un honor poder recibirlos esta noche- nos saludo con cortesía el recepcionista del restaurante, luego nos guió a nuestra mesa y tomamos asiento en silencio.
El hombre se retiró mientras Eros y yo mirábamos el menú, mis ojos me ardían de tanto llorar las noches anteriores, ni con todo el maquillaje del mundo puedo disimular mi rostro cansado, cuando me miraba en el espejo solo veía a un deprimente rostro sin vida, al toparme con mis ojos en el espejo me provocaba lastima a mi misma ya que estos solo reflejaban la tristeza que llevaba dentro, ¿como pude permitirme terminar así?.
- ¿Que quieres comer?- pregunto sin mirarme.
- No lo sé- conteste con amargura en mi voz.
- ¿Seguirás molesta?- levantó sus dos cejas por fin dignándose a mirarme.
- ¿Y que esperabas, que te reciba con los brazos abiertos?.
El no contesto, me ignoro como solía hacerlo cuando sabía que yo tenía razón, nos quedamos unos minutos en silencio, ya no me quedaban lágrimas que derramar.
- Escucha yo...
- Ocho meses, ocho malditos meses me dejaste en esa enorme casa, sin saber nada sobre ti, donde estabas o que estabas haciendo, solo te fuiste y dijiste "volveré pronto"- lo imite molesta- luego no volviste, te espere cada noche, cada noche sin exagerar, como una idiota, pensaba que me estabas engañando, que estabas trabajando en tus porquerías, que tenías otra familia, yo sólo intentaba encontrar una razón, solo una maldita razón que justifique que me hayas dejado sin más, sin contestar mis llamadas o por lo menos hacerme saber que no estabas muerto.
- Así es mi trabajo Zoe, ya es hora de que te acostumbres a él, mientras menos sepas más segura estarás.
- Estoy cansada, desde que estoy casada contigo me siento sola todo el tiempo, aun en tu presencia, estoy sola, es como si hablara con un maldito cubo de hielo, frió y sin corazón, ¿sabes? hasta un maldito cubo es menos frió que tu, desperdicie toda una vida, toda mi juventud y potencial para vivir un romance contigo, como una niña tan estúpida me deje cegar de ti.
- ¡¿Que quieres que haga?!, te lo doy todo, desde las mejores joyas, hasta los mejores viajes, tienes una puta isla con tu nombre en el.
- Quiero amor Eros, no quiero una isla, ¿para que mierda quiero una isla?, solo quiero sentirme amada y acompañada, esta soledad solo hace que quiera morir, siento que no tengo una razón para vivir, me siento vacía por dentro.
- Yo te amo Zoe, sabes que es así.
- Demuéstralo, siempre estás ocupado, jamás te veo, no puedo hablar con nadie porque es "peligroso", tu sabes que odio tu trabajo, me repugna, y me dejas 8 meses sin poder salir, con tus simios mutantes cuidando cada maldita ventana, no soy un maldito animal para tenerme encerrado de esa manera.
- ¿Entonces por que carajos aceptaste casarte conmigo?- alzo la voz, su rostro me decía que estabas enfurecido, se levantó de su asiento dispuesto a irse.
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Jord City
RandomLos Williams, una "familia perfecta"ante los ojos de la sociedad, esta adinerada familia decide mudarse a la pequeña ciudad de Jord City en busca de paz o eso era lo que el señor Williams decía. Lastimosamente sus planes son interrumpidos por una...