Cap 30- Final

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2 meses después.
Milan- Italia..

Las cosas habían estado calmadas estos últimos tiempos, al llegar fue difícil, Dylan nos llevó a Nueva York donde Miranda tenía un conocido que nos llevaría a Italia en un vuelo de ocho horas, luego de eso un amigo antiguo de Eros nos recogió y llevo al departamento en Milán, tenía tres habitaciones una sala comedor y una pequeña cocina, lo que más amaba era el balcón, tenía una vista hermosa, el espacio era algo reducido pero estaba bien, no pudimos salir por tres días hasta que llegaron nuestros papeles, Miranda me obligó a cortarme el cabello y matar mis rizos con un producto, todo para lucir diferente en mi foto de identificación, ella se tiñó el cabello de rubio, nuestro nuevos nombres eran Sofia Rizzo en el caso de Miranda, Emily y yo nos llamábamos Isabella y Stella Rinaldi, el apellido me parecía bonito, lo más complicado fue como a Emily le abrumó el cambio luego de lo sucedido.

Además tuvimos que comprarle todo el armario de nuevo ya que llegó a la ciudad sin nada, en realidad fue difícil para ambas, pero puedo decir con sinceridad que pasamos las mejores fiestas de nuestras vidas en nuestro pequeño departamento con tres habitaciones, Luigi el dueño del lugar nos regalo un pequeño arbolito y realizamos un intercambio de regalos con un límite de gasto de cinco dólares por cada regalo, yo recibí unos pendientes y un collar con un dije que al abrirse tenía una foto de las tres, la habíamos tomado con una camarita de los 2000 que compramos en un mercado de pulgas de donde provenía casi toda la ropa de Em, ese intercambio de regalos fue muy emotivo debían verme, no podía parar de llorar.

Año Nuevo fue más "alocado", nos atragantamos con pasta y salimos a recorrer la ciudad con una botella de champán que por cierto también fue cortesía de Luigi, Milán era hermoso, y sentía como íbamos creando nuevos recuerdos aquí, veía a Miranda feliz, veía a Emily feliz y por lo tanto yo estaba feliz.

Nuestra meta para este año era conseguir un trabajo, ya no podíamos vivir de las cortesías de Luigi, y al mes siguiente se me apareció la mejor oportunidad de mi vida, era un museo escondido al norte de Milán donde mande algunas fotos de mis antiguos cuadros, en realidad no pensaba obtener respuestas, pero se interesaron y me pidieron que pinte algunos para exhibirlos, me volví algo reconocido por varios compradores, además había abierto una pequeña página en internet ofreciendo mis lienzos, tenia varias ofertas, también recibía pedidos específicos, tenía tantos pedidos que no podía tomarlos todos, aquí el arte era puramente apreciado lo cual me hacía demasiado feliz, Miranda por otra parte trabajaba en una corporación en la parte contable, nos estaba yendo increíble, inscribí a Emily a una escuela a dos cuadras del departamento y la veía mejor que nunca, tenía amigas y la veía sonreír de nuevo.

En este momento estaba pintando en un rincón de la sala el último cuadro pendiente del día, llevaba toda mi atención, cada detalle debía ser perfecto, todo iba bien hasta que el sonido de un portazo me asustó y tracé una línea mal arruinando el rostro de la escultura francesa que estaba pintando, luego Miranda llegó torpemente derramando dos potes de pintura que tenía en el suelo.

- Mierda- reclame molesta- ¿que sucede Miranda?.

- Zoe, estoy embarazada.

Mi rostro pasó de enojo a sorpresa.

- ¿Que?- abrí mi boca- ¿quien es el papá?, ¿como?, ¿Por que?, ¿Desde cuando?

- Tengo casi dos meses, soy irregular por eso no lo note, pensé que las náuseas eran por los cambios de dietas y el diferente ambiente, y el papá es... Dylan.

- ¿Piensas tenerlo?.- pregunté sin pensar.

Asintió.

- Te apoyo- sonreí aliviada- ¿piensas decirle?.

Jord CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora