Jord City

Cap 23

Me sentí tan humillada en el momento en el que Eros me confesó que fui un juego, un simple entretenimiento nocturno. Nunca me sentí tan furiosa, más que nada estaba cansada, cansada de ser solo un peón en el enfermo imperio de los Gagliardi, y una simple molestia manipulable para mi familia, decidí que esa noche cambiarían las cosas, no volvería a ser la niñita manipulable y estupida, no volvería a caer en ninguna trampa, esta noche el juego cambiaría a mi favor, sin importar el precio.

- Richard está vivo- soltó mirándome a los ojos.

Me quede mirando el suelo unos segundos  y luego empecé a reír, Max me miro confundido, su rostro expresaba entre confusión y sorpresa.

- ¿Por que papá me envió en el psiquiátrico?

- No se de que me hablas.

Estrelle el vaso que tenía en las manos contra la pared y lo mire negando con la cabeza.

- Max ya superamos esta parte, ahora yo pregunto y tú respondes, no me hagas repetir la pregunta.- intente mantener la serenidad en mi voz.

- Dios Zoe, deja este teatro- suplico negando con la cabeza.

- Teatro es lo que se formará cuando vean tu cadaver colgado en la puerta de la mansión Williams.

Me miro cansado.

- Richard planeó su muerte con ayuda de papá, creo que se lo están ocultando a los Gagliardi, Richard estaba metido en asuntos clasificados y digamos que metió la pata.

- Explícate.

- Lo escuche hablando por teléfono con Richard, es algo que papá decidió no contarme, supongo que por seguridad.

- ¿Donde está Richard ahora?,

- En realidad no tengo idea, es todo lo que se.

- ¿Que esperaban dejándome en el psiquiátrico?.

- Creímos que era mejor mantenerte lejos de todo lo que está pasando en la ciudad, pero papá quería tenerte controlada.

- ¿Quien destruyó las cartas?.

El me miro confundido

- ¿Que cartas?.

-¿Que me dices de las notas de amenaza?.

- Zoe no se de que me hablas.

No me mentía.

- ¿El animal en mi cama?

Me miró confundido.

- Es todo. Ni una palabra a papá- amenace aún sabiendo que era imposible que Max Williams no corra a los brazos de nuestro padre a contárselo todo a detalle, solo por algo de aprobación y respeto, lamentable si me lo preguntan.

Me dirigí a la salida tomando su billetera de la mesita.

- Adiós hermanito- me despedí para luego cerrar la puerta con fuerza sin dejarlo responder.

Entre al elevador y presione el botón número 1, cerré los ojos cansada, las puertas del elevador se abrieron y salí del edificio dirigiéndome al auto, necesitaba hacer una última parada antes de ir a la casa Williams.

Eran las seis de la mañana, el sol estaba más radiante que nunca, ya habían personas transitando camino a sus trabajos, estacioné frente a la casa de Luke, ni siquiera yo sabía que estaba pretendiendo en este momento, con aliento a alcohol, vestida como ramera y con el maquillaje corrido, resaltando aún más mis ojeras, con suerte no me cerraría la puerta en la cara.