Cap. 4: Deja Vu

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Desde que la vio seguía en shock. Su mente vagaba en esos recuerdos sin poder pensar otra cosa o poder calmarse.

Lisa regresó a su casa y para su fortuna su esposa ya se había ido, así que estaba sola. Salió del auto mal estacionado en la cochera y entró a su casa sin cerrar la puerta. Ya dentro lanzó su maletín del trabajo a la mesilla en la sala, tirando el florero y algunas cosas más. Intentaba calmarse a sí misma, pero era inútil, tenía que desahogarse de alguna manera. Tomó las llaves en su maletín tirado y abierto, y caminó directo a su despacho.

Desde el día en que Haruto la había encontrado con esas fotos y de esa manera, había jurado jamás volver a ver esa caja. Pero ahora no le importaba lo que hubiera prometido o no, estaba cansada de que la desgracia de su vida la siguiera atormentando.

Todo estaba tan bien cuando llegó a Corea, ¿por qué tuvo que conocerla? Estaría tan feliz ahora si ella jamás se hubiera atravesado en su camino.

Entró a su despacho y soltó su bolso en la entrada, haciendo que se salieran algunas de sus cosas, pero lo ignoró por completo. Entró dejando la puerta abierta y se dirigió a la vitrina sacando una botella de licor. La destapó sin más y bebió más de la mitad mientras se acercaba a un viejo cuadro con una pintura.

Sacó de su bolsillo un labial rojo y en los labios de la mujer en la pintura colocó aquel labial. Delineando los labios y dándoles la firma de los mismos malditos labios a los que alguna vez necesitó tanto.

Tomó una pluma de su escritorio y sobre la mujer del cuadro plasmó otra silueta.

Conocía a la perfección y cada detalle de la mujer que alguna vez amó tanto. Conocía su figura, cada rincón de su cuerpo estaba grabado en su memoria.

Al terminar soltó la pluma y se alejó un poco para verla directamente.

Ella era tan peligrosa como hermosa.

¿Quién pudiera alguna vez creer que alguien tan hermosa podría tener el corazón tan podrido?

Kim Jennie era como la lepra.

Alzó uno de sus tacones y acercó su mano al nuevo retrato. Con sus dedos tocó esos labios, esos malditos labios venenosos, tan deseosos y apasionados, pero llenos de crueldad de esa maldita mentirosa.

Y entonces empezó a apuñalar el cuatro con su tacón. Lo golpeó repentinas veces hasta destrozarlo. Desgarró el lienzo con sus propias manos y después lo quitó de la pared para arrojarlo al suelo.

Sacó la misma caja detrás de este y vació todo su contenido sobre su escritorio. Algunos papeles se cayeron al suelo y otros permanecieron sobre la mesa.

Y como si el tiempo regresara atrás, Lisa alzó la mirada al escuchar un par de pasos y después a alguien agacharse.

— ¿Mamá?

.

— Mis padres aún deben de tener unas cuantas cosas sobre el juicio con Jisoo. — comentó Hyunsuk. — Te los puedo dar. Cualquier cosa sirve.

— Gracias, pero sólo quiero saber datos personales de ella. — respondió Haruto. — Envíalo de todas maneras, tal vez me de una pista o algo.

No Mercy - [Jenlisa] [HaruKyu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora