No Mercy - [Jenlisa] [HaruKyu]

Cap. 8: Tareas

Durante el camino a dejar a Junkyu en el instituto, el camino era bastante callado. Junkyu iba haciendo unas cartitas con dibujitos que pegaba en bolsitas de galletas que había preparado para sus amigos... Y una especial para Haruto.

Jisoo miraba de reojo sin despegar la vista del camino e intentando no verse tan obvia.

Jennie miraba sin discreción alguna y sonreía al ver esa sonrisita involuntaria en su rostro. Le recordaba tanto a ella la primera vez que se enamoró... No exactamente de Jisoo.

— Agregaste un corazón de más. — interrumpió Jisoo.

Junkyu alzó la mirada.

— Todos tienen 3 corazones y ese tiene 4... — repitió echando otro vistazo. Y de repente frenó de golpe al leer un "eres una persona muy especial para mí" en la cartita de este último. — ¿Quién es "Haruto" y por qué escribiste eso?

Jennie se reincorporó acomodando su cabello, pues con aquel frenado, se había ido contra la guantera.

— Es el chico del que te hablé. — respondió el otro sobando su rodilla por el golpe. — ¡Ayer me llevó a casa y me compró un helado!

— ¡Te dije que ese no era Jihoon! — acusó Jisoo hacia su esposa.

— ¡Es mejor aún! Nuestro Junkyu tuvo su primera cita... Cariñito, no sabes lo felices que estamos por ti.

— ¿"Estamos"?

Junkyu se acercó y las abrazó a ambas con una gran sonrisa en el rostro.

— Las amo a las dos. Son las mejores mamás que cualquiera pudiera tener. — dijo el menor con una gran sonrisa.

— Y tú eres el mejor hijo que hubiéramos podido tener. — dijo Jennie envolviendo a ambos en sus brazos.

— Si, pero quitale un corazón. — dijo Jisoo señalando el dibujito.

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— ¿Puedo saber por qué estás tan feliz? Los dos. Los dos están muy felices y eso extraño. — dijo Rosé mirando atentamente a su hijo y esposa. — ¿Qué hicieron ahora?

— Nada, linda, todo bien. — respondió Lisa tomando un poco de mermelada para su panqueque.

— ¿No podemos estar felices sin haber echo algo? — preguntó Haruto tomando más fruta del tazón.

Rosé los miró a ambos nuevamente. Era raro que estuvieran de tan buen humor repentinamente, sobre todo Lisa, apenas hace unos días había caído en crisis por el mismo asunto desde su adolescencia ¿y de la nada estaba tan feliz?

— No es nada. Mamá Lisa y yo nos desvelamos jugando videojuegos otra vez. — respondió Haruto restandole importancia al asunto. — Sólo eso.

Rosé no estaba nada convencida con la respuesta, pero por otra parte decidió no preguntar más. Ambos eran muy unidos y probablemente tenían algunos planes juntos. Tal vez Lisa lo llevaría a alguna parte o sobre el próximo juego de Haruto.

Decidió no darle importancia al asunto, pero tampoco podía evitar tener un mal sabor de boca con el asunto.

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Aquel día todos los estudiantes estaban reunidos en el auditorio del instituto. Hace un par de días atrás se habían dado a conocer los resultados de algunas olimpiadas escolares; matemáticas, literatura, ciencias, sociales, deportes, ajedrez y otras cuantas. Por esto, ahora los participantes serían premiados por su representación a la escuela, para aquellos que habían quedado en un buen lugar o pasar a la siguiente etapa, iban a recibir su respectivo premio.