No Mercy - [Jenlisa] [HaruKyu]

cap. 46: dos caras

— Erase una vez, hace más de 20 años había una niña pequeña, tan dulce como tú, Junkyu, e igual de linda también. Una joven que llegaba a Corea desde Tailandia para aprender sobre modelaje. Había obtenido una beca en el mejor instituto de todo Seúl, ¿sabes cuál es, Junkyu?

Lisa arrastró una nota hacia él. Era su instituto.

El más joven asintió.

— Yo tenía 15... tu "mamita" tenía 18 cuando nos conocimos. Me dio la bienvenida más linda posible, invitándome a unirme al club de porristas.

...

22 años atrás...

— Me encantaría que fuéramos amigas, Lisa, ¿por qu no te nos unes?

— Lo siento. No es lo mío, realmente. Amo bailar, pero me gustaría enfocarme en algún taller de diseño o algo así. — respondió la más joven, sin poder dejar de ver a su mayor y lo linda que era.

Para todos fue más que evidente que Jennie llamó su atención desde el primer momento y, la verdad es que Jennie no se qurdaba atrás. Algo había en esa chica que la cautivo al instante, pero claro ¿cómo iba a fijarse en una becaria cuya madre apenas podía pagar la renta en un cuarto de quinta categoría?

Cuando Jennie era literalmente una princesa. Su padre, el maspoderoso abogado, dueño de 3 bufetes reconocidos incluso en el extranjero, y una madre actriz y modelo, deseada por cada marca.

— ¿Y a ti qué te pasa? — preguntó una de las amigas de Jennie. — Apenas llegó esa chica y no dejaste de verla.

— No me digas que te gustó la becada. — burló otra de sus amigas.

— ¿Qué tonterías dicen? — se defendió de inmediato, mostrando desprecio ante lo dicho. — ¿Que me gusta esa mugrosa?

— Fea no es. — respondió otra más. — Y se ve que al menos tú sí le gustaste. ¿Por qué no nos divertimos con ella un rato?

— Es tu especialidad, Jennie.

Esta sonrió ante lo dicho mientras veia hacia donde Lisa, que platicaba con algunos más que le daban la bienvenida.

...

— Tu mami empezó a hablarme. Fue raro, ¿sabes? De un día a otro resultó que yo le agradaba y que quería hablar conmigo.

Junkyu desvió la mirada ante lo dicho.

— Igual que Haruto... — susurró.

— Así es. — respondió. — Al igual que tú, tampoco me importó mucho lo raro que era que de repente Jennie me hablara tanto, yo estaba feliz.

Junkyu tragó duro mientras la escuchaba. Le dolía porque la entendía. Fue lo mismo que sintió cuando Haruto comenzó a hablar con él.

— Lisa... eramos muy jóvenes, yo no...

— Jennie, no me hagas darle otro susto a tu hijo ahora que está tan feliz escuchando mi historia.

— ¡Junkyu no quiere escuchar eso! — respondió para después ver a su hijo. — Pastelito. Te prometo que después...

— Todo lo que Haruto me hizo a mí, — habló Junkyu sin dirigirle mirada. — tú lo hiciste antes... ¿cómo pudiste?