cap. 45: una historia que contar

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Lisa ajustó bien las sogas en los tobillos de Jennie. Esta seguía con su postura, negándose a intentar cualquier cosa, pues su hijo estaba justo frente a ella, soltando pequeños sollozos. Al terminar, se levantó y la miró con una sonrisa.

— Ya me tienes aquí... — habló Jennie. — Te lo suplico... déjalo ir...

Lisa negó con una sonrisa.

Se acercó a Junkyu, quien estaba atado a una silla.

Le fue retirado el trapo que cubría su boca y el que traía dentro también, haciéndolo respirar con apresuro y urgencia, así como toser por lo seca que estaba su garganta.

— Ya está tu madre aquí contigo, Junkyu, ¿no era eso lo que querías?

— Mamá... — llamó entre sollozos.

— Junkyu... te prometo que todo va a estar bien... — dijo con gran temor. — Por favor... ¡déjalo ir!

— ¿Pero por qué lo haría? — preguntó con falsa ofensa mientras se sentaba al lado de Junkyu, abrazándolo y apretando sus mejillas. — Si todos estamos muy felices aquí. Además...Mi Junkyu, ya es la hora del cuento que te prometí.

Lisa se levantó nuevamente y dejó sobre la mesa una caja con varias notas de periódico.

— ¿Quieres comenzar, Jennie?

Eran todas referentes a todo lo sucedido.

Junkyu las leía, sin entender de lo que hablaban todas esas notas.

— Mamá... — llamó desde su lugar. — ¿Qué es esto?

Jennie negaba mientras leía cada titular. Volteaba constantemente hacia su hijo, quien estaba exactamente igual que ella, sobre todo estaba confundido, entonces, ¿su madre conocía a esa mujer?

— Díselo...

— Lisa, te lo suplico... ¡No puedo hacer esto! — gritó desesperada.

Lisa jaló la cabellera de Junkyu hacia atrás.

— ¡Suéltalo! — gritó intentando levantarse. — ¡Déjalo en paz, esto es entre tú y yo!

— ¡Esto dejó de ser entre nosotras cuando hiciste que mi madre muriera! — respondió cargando su arma contra el menor.

— ¡El corazón de mi hijo está muy delicado, por favor!

— Eso a mí no me importa.

Lisa acarició su mejilla con la punta de su arma. Junkyu cerraba los ojos sollozando, lleno de temor sentía cada horrible caricia.

— Lisa, te lo suplico...

Lisa soltó un disparo que casi le rozó la oreja. Junkyu soltó un grito mientras se encorbaba.

Cada momento que pasaba, el estrés que sufría empezaba a perjudicar más a su ya frágil corazón.

Jennie sabía que cualquier acción que sucediera desde este punto, afectaría a su hijo de igual manera, pero con la única diferencia de que podía ganar tiempo si hablaba.

— ¡Lo haré, lo haré! — gritó.

Lisa sonrió, soltando una risa mientras acariciaba la cabellera de Junkyu.

— ¿Escuchaste eso, panquesito? — dijo, dejando un beso sobre su cabellera. — Mamá Jennie nos va a contar un cuento, ¿no estás emocionado?

Junkyu negó lleno de miedo y sintiendo pulsaciones dolorosas en su pecho. Tenía que tranquilizarse, pero el miedo que sentía lo hacía imposible.

.

Jisoo llegó al hospital, dirigiéndose directamente a recepción para preguntar por Haruto.

— Jisoo... — llamó Rosé. — Que bueno que la veo, tengo que hablar con usted.

— ¿En dónde está su hijo? ¿Dónde está su esposa? ¡¿Usted la está encubriendo?!

— Jisoo, por favor, calmese. — pidió Rosé. — Mi hijo me acaba de contar todo... pero él no sabe dónde podría estar. Lisa tiene muchos escondites, una casa a las afueras de Seúl, rentaba un piso en un edificio para dejar material de sus casos...

La caja fuerte con las fotos de Jennie, los regalos que creía de una amante... El vestido... era el mismo vestido que utilizaba el día de la graduación cuando la dejó plantada.

Rosé se dio la vuelta y empezó a caminar a toda prisa a la habitación donde su hijo descansaba.

— ¡Haruto! — llamó abriendo la puerta.

Pero Haruto ya no estaba.

.

— Mi niño... — habló Jennie. — por favor... perdóname por todo lo que te voy a decir... pero yo no soy la persona intachable que siempre presumiste de mí...

— Mamá...

— Hay muchas cosas que jamás te dije a ti o a tu madre por cobarde... — tragó duro con la mirada baja, intentando tomar coraje. Es difícil cuando te revelan ante el mundo, pero revelarte por tu cuenta es el doble de difícil. — bebé... pastelito...

— ¡Maldita sea, habla de una vez! — gritó tirándole una cachetada.

Jennie levantó la cabeza con la nariz sangrando. Vio directamente a su hijo, quien estaba más que aterrado con todo lo que estaba pasando.

— No puedo.... por favor, te daré lo que quieras, pero por favor no me hagas hacer esto...

— Esto es lo que quiero Jennie. Te quiero escuchar decirle todo.

Lisa se sentó junto a Junkyu y empezó a acariciar su cabellera.

— Pero está bien. Se lo voy a contar yo... tu tía Lisa te va a contar un cuento, panquecito~

— ¡Lisa, no, por favor,te lo suplico! — gritó Jennie agachando la cabeza.

Lisa pasó su mano por los hombros del menor, que ya se encontraba algo débil, sintiendo a su corazón sufrir con cada latido.

— Erase una vez, hace más de 20 años...

No Mercy - [Jenlisa] [HaruKyu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora