No Mercy - [Jenlisa] [HaruKyu]

cap. 28: recuperación

Junkyu tuvo que estar un poco más de tiempo en el hospital de lo previsto, pues la dilatación en su corazón no bajaba al rango previsto para darle el alta.

Haruto fue todos los días a verlo, pero ninguno de ellos se le permitió quedarse a solas con Junkyu. Jihoon, Yoshinori o Mashiho siempre estarían ahí para evitar que estuvieran a solas, y muy probablemente no volverían a permitirlo, incluso Minjeong, aunque esta realmente no dejaba siquiera que se le acercara, si ella estaba, Haruto se quedaba sentado en el lugar más alejado.

Jeongwoo también iba diario para saber sobre su estado de salud, aunque no siempre pasaba a verlo, ya que había empezado a tomar turnos dobles en su trabajo para continuar con sus propios gastos y, comprar pequeños regalos para Junkyu que siempre hacía llegar con ayuda de Jisoo.

En cuanto a ambas madres, Jisoo sólo salía una vez al día para ir a su casa y bañarse, había tomado algunos casos, donde citaba a sus clientes en la cafetería del hospital. Trabajaba desde el hospital, en la habitación de su hijo o a veces en sala de espera. Mientras que Jennie, aunque también tomaba parte de su trabajo en el hospital, también había tenido que irse en algunas ocasiones para hacer sesiones de fotos o entrevistas, aunque siempre regresaba or las noches con la cena para su esposa y la tarjeta casi vacía por el montón de regalos con el que llegaría.

Hasta el momento, Junkyu no había recordado nada aún, no se preocupaba por ello, aunque sí le gustaría recordar como fue que bailó con Haruto aquella noche.

Aquel día sería el último en el que Junkyu estaría en el hospital. Terminarían de tomarle unas muestras para exámenes que quedarían registrados por el día de su alta y después podría irse.

Jisoo, como todas las mañanas, se encontraba limpiando la habitación, pero esta vez con especial atención, ya que sería su último día ahí. Junkyu salía del baño, se había dado una ducha y se había cambiado también, con algo de ropa que Jennie le había dado el día anterior.

— Te ves precioso, muñequito. — llamó Jennie al verlo salir. — ¿Cómo te sientes? ¿Listo para ir a casa?

— Ya quiero regresar a casa. — repasando a tomar asiento sobre la camilla. — Quiero dormir en mi propia cama y ver mis flores.

— No, jovencito. — interrumpió Jisoo. — Tú seguirás en reposo absoluto hasta que el médico lo diga.

— Mamá Jisoo, pero quiero ver a mis flores. Y aún tengo que ir a ver la cafetería.

— Pero si estás tan ocupado, ¿quién va a cuidar a tu gato? — preguntó Jisoo acercándose a la puerta de la habitación.

— ¿Gato? Yo no tengo un gato. — respondió confundido.

— Pues ahora si.

Jisoo abrió la puerta y Jeongwoo entró con un gato pequeño en manos.

— Jeongwoo me dijo que lo encontró ayer. Lo abandonaron cerca de un lago. — dijo Jisoo dejando que Jeongwoo pasara para que se lo diera.

Junkyu se levantó dando pequeños brinquitos hasta que lo tuvo en manos.

— ¿Estás diciendo que era un animal callejero? — preguntó Jennie. — Junkyu, suelta a ese animal. Quien sabe dónde ha estado. — ordenó disgustada.

— Señora Jennie, yo mismo lo bañé anoche cuando llegué a mi casa. — respondió Jeongwoo. — Descuide, no está sucio. Y lo llevé al veterinario antes de traerlo, ya tiene sus vacunas.

— Claro, dale a mi hijo algo que además de que estaba en la calle, estaba en tu casa. Dios mío, que asco. — dijo al ver a aquel minino y la manera en la que Junkyu lo acariciaba. — Junkyu, es una orden, regresa a ese animal ahora mismo.