La ambulancia recorre las calles de Yasbillon City con las sirenas encendidas y a máxima velocidad. Un hombre rubio conduce mientras una mujer con el cabello castaño y el lado derecho rapado se encarga de los cuidados de un niño.
—Ambulancia sesenta y siete, nos dirigimos al Yasbillon Med con un niño de once años en estado crítico —informa el hombre que conduce por la radio de su uniforme.
—¡Sean date prisa, vamos a perderlo! —grita la compañera desde la parte de atrás de la ambulancia.
—Estamos llegando, ya veo el Med.
La ambulancia se detiene, Sean y su compañera son ayudados por varios enfermeros y médicos, los acompañan hasta la puerta y observan como se llevan al niño desde la entrada. Una joven de cabello rubio platino corre hacia los sanitarios de la ambulancia.
—¿Estáis bien? —pregunta con un tono dulce y un café en la mano.
—¿Nora? —musita Sean sorprendido.
—¡Sean! —le abraza con cariño.
—¿Qué haces aquí todavía?
—Justo ha acabado mi turno cuando habéis llegado con la ambulancia.
—¿Preparada para la boda?
—Me gustaría poder descansar algo, pero no creo que tenga tiempo ni para eso.
—Tenemos que intentar que sea el mejor día de Emma.
—Lo será —Nora esboza una sonrisa.******* ******* *******
El chico empuja al otro contra la pared, le quita la camiseta y recorre su torso con la lengua hasta llegar al cuello donde le da varios besos y por último le besa con pasión en los labios. Comienzan andar mientras se besan hasta caer sobre la cama, uno de ellos se pone a horcajadas sobre el otro.
—Tenía muchas ganas de volver —susurra.
—Yo también lo quería —responde el otro.
El timbre suena tres veces seguidas con unos segundos de intervalo entre pitido y pitido como si fuese una especie de mensaje secreto.
—Mierda —musitan ambos entre risas.
Salen de la cama, se ponen las camisetas y caminan hacia la puerta, cuando la abren entra una mujer con una niña.
—¿Qué coño estabas haciendo Christian?
—¿Cuántas veces te he dicho que no hables así delande de Megan?
—No las suficientes.
Megan corre a los brazos de Christian mientras grita papá con su voz dulce, Christian la coge en brazos y empieza a darle besos por la cara de la niña.
—¿Has recogido el traje?
—Sí, bueno, Lisa se pasará a por él y a por su vestido.
—Es un día muy importante, nada puede salir mal.
—No es tú boda, Judith —Christian pone los ojos en blanco.
—Como si lo fuese, es la de Emma, hemos pasado tantos años juntos, nos vamos a volver a reencontrar con todos.
—La verdad que tengo ganas de volver a verlos a todos —dice el otro hombre desde la cocina.
—¡Joder! —grita Judith sobresaltada—. ¡Qué susto! ¿Qué haces ahí?
—Estoy haciendo el desayuno; ¡tortitas!
—¡Sí, bien, tortitas! —grita Megan.
—Me alegro de volver a veros juntos —murmura Judith mientras camina hacia la cocina—. Solo tú, has podido conquistar su corazón.
—¿Hasta cuándo vais a estar diciendo eso? —Christian les mira indignado.
La puerta se abre y entra Lisa, con el traje y el vestido guardadas en una funda.
—¡Vaya tenemos visita! —exclama con una sonrisa.
Lisa deja los trajes en la habitación más cercana y se acerca con rapidez a saludar a Megan. Judith se aproxima a Lisa, y se saludan con un abrazo y dos besos en las mejillas.
—¿Qué tal Lisa? —sonríe el chico desde la cocina mientras sirve las tortitas en un plato.
—¡Jay! —grita Lisa y se acerca a él corriendo.
Le abraza con fuerza, se dan dos besos en las mejillas y se vuelven a abrazar.
—¡Me alegro de verte! —dice Lisa sin dejar de sonreir—. ¿Cuándo has llegado?
—Anoche —responde mientras deja el plato de las tortitas sobre la mesa.
Christian y Judith colocan los vasos y más platos, para desayunar todos juntos.
—¿Y qué tal por París?
—¡Genial! El arte allí es increíble, es justo la fuente de inspiración que necesitaba.
—Jamás te perdonaré que no me llevaras contigo —Lisa finge una mueca de tristeza.
—Teniáis que trabajar, he estado allí solo durante meses.
—Bueno, eso de solo... —Lisa pone los ojos en blanco.
—¿Qué quieres decir? —Jay le mira desconcertado.
—Sé que Christian se las apañó para ir a verte —murmura Lisa con miedo de haberla cagado.
—Yo también lo sabía, tenemos una hija juntos, así que nos lo contamos todo.
—Me dijiste que no lo sabía nadie —Jay le mira fingiendo estar enfadado.
—Judith y Lisan, son familia —responde Christian con una sonrisa.
—¡Pero que bonito! —exclaman Judith y Lisa y le estrechan la mano con cariño.
—Tenéis que ir a París, las fotos no le hacen justicia —sonríe Christian.
—¿Y qué hicistéis? Contadnos, contadnos.
—Lisa, eres un cotilla —susurra Judith.
—Pero si tú también quieres saberlo.
—Todo fue muy romántico —musita Jay sonrojado—. Fueron los mejores días.
—Que envidia —susurra Lisa y se come un trozo de tortita con chocolate y nata.
—Todo fue muy de ensueño —añade Christian.
—¡Fue perfecto! —Jay muestra su anillo en el dedo.
—¡Hostia! ¡Qué piedrolo! —grita Lisa.
—¡Me encanta, es precioso! —exclama Judith.
—¿Pero esto significa lo que yo pienso? —Lisa mira a Christian y luego a Jay.
—¡Nos hemos comprometido!
Lisa y Judith saltan de la silla y corren hacia Christian, lo abrazan y le dan la enhorabuena y luego se dirigen hacia Jay y le abrazan también.
—¡No me lo puedo creer!
—Pero chicas, no queremos que nadie más se entere.
—Hoy es el día de Emma, no el nuestro.
—Mamá, papá, mirad la tele —Megan señala el televisor.
En las noticias muestran un gran edificio en vuelto en llamas descomunales.
—¿Vicent estará allí? —musita Lisa algo angustiada.
—Emma no puede ver las noticias, si se entera podría cancelar la boda.
—Jay y yo iremos allí, me enteraré si Vincent está en el incendio.
—Nosotras nos iremos con Megan a ver a Emma y ayudarla en lo que necesite.
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EUFORIA [CLIMAX 2]
Fiksi RemajaSecuela de CLIMAX. La historia de nuestros protagonistas continúa; nuevas amistades, nuevas parejas, más amor, más compañeros, más placer.