Expulsados

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Christian no soporta ver a Jay destrozado, nervioso por poder ser expulsado y llorando mientras hace trabajos y se esfuerza para superar la línea roja. Algunos estudiantes conisderados como <<Los mejores>> ya empiezan a humillar y enfrentarse aquellos que están por debajo de la línea roja llamándoles <<Los perdedores>>.
Hayley le da un sorbo a su té mientras deja que Christian se desahogue, el muchacho tiene el tono de voz levantado menos mal que todavía Paradise está cerrada, son las 7.30 h de la mañana.
—¡Es una mierda! —exclama Christian mientras se prepara un capuchino—. Estoy entre los mejores estudiantes, estoy en la posición décima del ranking y ni siquiera me esfuerzo, hago los trabajos y asisto a las clases que puedo —hace una pausa—. Jay ni siquiera duerme y está por debajo de la línea roja, Nora es voluntaria en un hospital y lo compagina perfectamente con los estudios y Lisa desde que apareció Minerva no sale de la biblioteca —coge aire—. ¡Es tan injusto!
—Entiendo que estés enfadado, pero en este juego absurdo de la línea roja, lo que imporan son las calificaciones y si tú sacas buenas notas sin esforzarte no puedes hacer nada.
—No pienso dejar que Lisa o Jay pierdan su plaza y yo siga estudiando sin esforzarme.
—¿Y qué vas hacer? —Mark le da un bocado a su tostada de mermelada de arándonos.
—Haré que me expulsen —dice tajante. Hayley casi escupe su té y Mark tiene que golpearse el pecho para no atragantarse—. Si me expulsan, el muro cambia y los que están por debajo de la línea podrían subir puestos.
—Como teoría es buena pero la práctica no será tan fácil, puede ser que acabes beneficiando a otro y acabéis Jay y tú en la calle.
—Tu lógica tiene fallos, necesitas que expulsen a varios estudiantes que estén por encima para hacer que tus amigos suban —les dice Hayley.
—Nora conseguirá subir hoy, Lisa ya está rozando la línea roja, es Jay quién me preocupa —murmura Christian mientras se unta mermelada de frambuesa en el pan tostado.
—Jay se enfadará —le advierte Hayley—. Yo me enfadaría, quiero decir, le jodería el futuro a mi chico para que yo siga estudiando.
—Él quiere ser diseñador, necesita estar en Linston e incluso llegar a la universidad de Linston —le da un sorbo al café—. Yo no sé que quiero, estoy bien aquí, en Paradise.
—¿Por qué no te preparas las oposiciones conmigo? —sugiere Hayley.
—¿Yo? ¿Poli? —Christian se detiene a pensarlo—. Fui un peligro en el pasado.
—Eso podría contar como experiencia, además has madurado —Hayley le da un bocado a su gofre—. Sin arresto no hay delito —le guiña el ojo.
—Podríamos ser los tres policías —dice Mark—. ¿Os lo imagináis?
—No sé —musita Christian.
—Piénsalo, ayudaría a Jay y estoy segura de que serías un gran poli.
—Si te animas, podría dejar Linston, así ayudaríamos a Jay.
—No, Mark, no puedes hacer eso —se niega Christian.
—¡Pero si es lo que vas hacer tú! —exclama Hayley entre risas.
—Pero yo soy el que tiene ideas locas que nadie aprueba.
—Yo la aprubeo —musita Mark.
—Tenéis que pensarlo muy bien, ser policía no es algo que deba tomarse a la ligera —les advierte Hayley.
—No sé si seré poli o no, pero no pienso dejar que Jay sea expulsado.
Debbie y Frannie llegan a Paradise, las reciben entre abrazos y besos, las dos mujeres piden un café con leche y Christian empieza aprepararlos mientras Hayley hace las tostadas para ellas.

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Sylvie camina por los pasillos de su residencia hasta llegar a la habitación de Sean, entra sin llamar y se deja caer sobre la cama. Sean sale del baño, con la toalla liada en la cintura y lanza un grito agudo y ridículo al ver a Sylvie sobre la cama.
—¿Pero qué coño haces aquí?
—Mirar Twitter.
—Me refiero a en mi habitación.
—He venido porque estaba harta de esperarte fuera, hace frío y parece ser que se te ha olvidado que habíamos quedado para ir a desayunar.
—No se me ha olvidado, estaba preparándome.
—Las cosas en Linston tienen que ser un infierno, nadie habla por el grupo de <<PROUD>> ni quieren salir a tomar algo.
—He oído que tienen un tablón y muestran quienes son mejores y peores y estos últimos son expulsados, es una injusticia.
—Lisa está por debajo de la línes roja —masculla Sylvie.
Sean da un respingo y luego intenta disimular que no le importa.
—¿Quieres parar? —dice Sylvie sentándose en la cama—. Sé que te preocupas por ella, que sientes por ella, sobretodo después de haber estado quedando.
—Quedamos por Vincent y Emma, pasaron por mucho.
—Ya lo sé.
—Además, Lisa ni me mira a la cara, solo me saluda y luego creo que me vuelvo invisible o algo.
Sylvie suelta una risita.
—No tiene gracia, es muy incómodo.
El iPhone de Sean vibra, es un mensaje de Vincent que dice: <<En seguida salgo, nos vemos en la mismas cafetería de siempre>>. Sylvie le pasa el teléfono y Sean lo lee en voz alta.
—¿La chicas irán? —masculla Sylvie poniéndose en pie.
—No, solo seremos nosotros.
—Por fin voy a conocer a tu mejor amigo —dice emocionada.
—No seas muy tú.
—¿Qué quieres decir con eso? —Sylvie finge estar ofendida y aprieta los labios para no echarse a reír.
—A que no seas intensa y dramática.
—Los dos sabemos que eso no va a pasar, no puedo dejar de ser intensa y dramática.
—Está bien —asiente Sean.
Sylvie lo celebra dando pequeños saltitos, Sean la mira y ella se detiene al instante.
—En serio, no sé como te aguanto —dice poniendo los ojos en blanco.
—Pues porque me amas, somos mejores amigos —se lanza sobre él para abrazarlo.
—Quita, quita —Sean bromea con intentar apartarla de él.
En el fondo, Sean no podría vivir sin Sylvie, como ha dicho ella, son mejores amigos, siempre están el uno para el otro da igual el momento o la hora que sea. Su amistad es pura y sincera.
Vincent les espera sentado en una esquina en la terraza de la cafetería, Sean se acerca y ambos se dan un fuerte abrazo, Sylvie se presenta y le da un beso en cada mejilla. Un camarero sale del local y se acerca a ellos para tomar nota de lo que van a tomar. Sean y Vincent se piden unas tostadas y cafés mientras que Sylvie se pide un smothie de frutos del bosque y unos donuts de chocolate.
—¿Os habéis enterado de lo de Linston?
—Justo lo hemos comentado esta mañana.
—Emma lo lleva fatal, hablo todas las noches por teléfono con ella y la siento agobiada, creo que todo empieza a superarla.
—No la conozco mucho, pero por lo que oído de ella, es un chica fuerte.
—Y tiene a Lisa, las dos se apoyan en todo —añade Sean.
—¿Cuándo vas hablar con ella? —Vincent le mira preocupado.
—No quiere saber nada de mi.
—Si supiera que es mentira...
—Me mataría —masculla Sean.
—Lo hiciste por ella, solo quieres que tengan el futuro que quiere —Vincent da un sorbo al café—. Te ocultó que fue aceptada en Linston, es comprensible que no quisieras que lo mandara todo a la mierda por ti pero tenéis que estar juntos.
—Vuestra historia de amor no se puede romper por una infidelidad que no ha ocurrido —dice Sylvie y le da un bocado al donut.
—Lo último que necesita Lisa ahora es saber la verdad, tiene que centrarse en superar la línea roja —hace una pausa—. Y se le cuento la verdad, eso la desconcentrará y será expulsada por mi culpa y le joderé el futuro que es justo lo que quería evitar con esa mentira.
—Lo entiendo Sean, pero, ¿y si conoce a alguien?
—Pues ojalá sea feliz con esa persona —le da un sorbo al café.
—Ella era feliz contigo —musita Sylvie—. Y tú con ella.
—Sylvie tiene razón tío.
—Tengo que irme —dice Sean—. Quiero entrenar antes de las clases.
—Sean, no hagas esto —murmura Sylvie.
—¿Hacer qué?
—Irte —responde Vincent—. Siempre te largas cuando no quieres seguir con una conversación.
—Solo me voy al gimnasio, necesito distraerme —Sean deja un billete sobre la mesa y se va sin acabar de desayunar.
—Menudo un idiota —masculla Sylvie y pone los ojos en blanco.
—Y que lo digas.
Vincent y Sylvie terminan de desayunar. Vuelven juntos a la residencia, mientras tienen conversaciones diferentes, sobretodo sobre sus gustos como sus películas favorias la de Vincent es <<Una cuestión de tiempo>>. Sylvie le dice que la ha visto pero que su película favorita es <<El Médico>> a lo que Vincent reacciona con una risita porque ella quiere ser paramédica en el futuro. Mientras están en el metro, esta vez se preguntan sobre su serie favorita, Vincente dice <<Friends>> al instante. Sylvie se queda pensando durante unos minutos cuando finalmente dice <<Anatomía de Grey>> a lo que Vincent vuelve a reírse.
—No te rías —Sylvie le da un golpe suave en el hombro.
—Ahora entiendo tantas cosas.
—Mi madre siempre quiso ser doctora, pero no pudo, así que supongo que lo hago por ella.
—¿Por qué no pudo?
—Falleció —Sylvie mira al suelo—. Cáncer de mama —añade con ojos vidriosos.
—Lo siento mucho —Vincent le pasa el brazo por encima y la estrecha con fuerza y ternura.
Después de salir del metro, caminan por el parque mientras siguen hablando de películas, series y demás hasta llegar a la residencia. Vincent la acompaña hasta su habitación.
—Última pregunta —dice Sylvie—. ¿Cúal es tú cantente favorito o grupo favorito?
—Guns N' Roses —responde Vincent tras pensarlo unos segundos.
—Lana del Rey —Sylvie esboza una sonrisa.
—Tengo clase —murmura Vincent—. Encantado de conocerte.
—Igualmente —se despiden con dos besos.
Sylvie entra en su habitación, camina hasta el escritorio, se sienta en la silla y coge la foto que tiene con su madre, poco a poco las lágrimas aparecen y acaba derrumbándose.

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Jay entra en la habitación y cierra de un portazo, Christian deja de leer <<Juego de Tronos>> se pone en pie y Jay empieza a gritarle:
—¡¿Cómo has podido hacer eso?! —Jay se mueve de un lado a otro por la habitación.
—Jay, escúchame.
—¡No pienso escucharte! ¡Eres un gilipollas!
—Lo he hecho por...
—¡Por mi! ¡Para que no me echen!
—Jay...
—¡Vete a la mierda! —le grita—. Puedo conseguir mis metas sin tu puta ayuda Christian, no eres mi salvador ni un puto héroe ni yo soy alguien que necesite ser salvado.
—¡Jay! —grita Christian y se hace el silencio.
—No vuelvas hablarme en tu vida Christian.
—¿Qué estás diciendo? —el rostro del joven cambia por completo por primera vez en mucho tiempo, Christian tiene miedo, miedo de perder a Jay.
—Has renunciado a Linston, has hecho que te expulsen a ti y a Mark para que yo suba puestos en el muro —Jay se muerde el labio inferior—. Puedo hacerlo solo, no necesito tu ayuda, necesitaba que me apoyaras no que te expulsasen.
—Jay...
—Con esto que has hecho, me has dejado muy claro que no crees en mi y yo no quiero estar con alguien que no cree en mi —Jay le da la espalda para que no le vea llorar, luego camina hasta la puerta y la abre—. Puedes irte, supongo que esta ya no es tu habitación.
—Jay —musita Christian su rostro está cubierto de lágrimas.
—Adiós, Christian.
Christian sale de la habitación, se gira para decir algo pero Jay le cierra la puerta antes de que pueda hablar.

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Hayley abre la puerta de su apartamento, en el pasillo se encuentra Christian, totalmente empadado por la tormenta que está cayendo y con los ojos llenos de lágrimas.
—Me ha dejado —musita—. Y no tengo a dónde ir.
—Me tienes a mi —susurra Hayley y le deja pasar.
—Gracias.
Christian entra y se queda ahí de pie, Hayley le mira apenada, ella sabe que no lo ha hecho con maldad, solo quería que Jay siguiera en Linston.
—¿Puedes darme un abrazo? —solloza Christian.
—Claro que sí, cariño —susurra Hayley con la voz rota y se envuelven en un abrazo fuerte y tierno.

EUFORIA [CLIMAX 2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora