EUFORIA [CLIMAX 2]

El mismísimo Diablo

Nora sale corriendo de la habitación del hospital, saca el teléfono del bolsillo de la chaqueta, lo desbloquea con rapidez, se choca con Laurent, al cual le cambia la cara al ver a su amiga tan nerviosa y con el rostro pálido. Nora mira al móvil, busca el número de Judith y la llama. La joven camina por el pasillo, hacia la salida. Un tono. Nora se aproxima a la salida. Segundo tono. Sale por la puerta principal, inspira aire fresco con fuerza y los expulsa, está nerviosa aunque lucha por intentar tranquilizarse. Tercer tono. Laurent sale del hospital y se queda junto a ella, nervioso, con la cara descompuesta y preocupado.
—Dime Nora —contesta Judith al otro lado del teléfono.
—¿Dónde está tu madre?
—En mi casa o trabajando, no sé, ¿por?
—Por Marcus, creo que intentará llegar hasta ella.
—¡Qué dices! —vocifera Judith.
—Tal vez, la use para salir de la ciudad.
—Le diré Mikel o a Darío que me lleven a casa.
—Manténme informada —susurra Nora.
­—Nora —masculla Laurent y señala a la ambulancia que tienen detrás y observan como los paramédicos bajan la camilla con un chico joven, de su misma edad, con una herida por bala, acompañado por una chica también de su edad. —Es Tyler —masculla Laurent.
Los paramédicos entran con rapidez, gritando al paciente que traen y dándole toda la información al médico pelirrojo y la enfermera que le acompaña que serán el personal responsable que atenderá a Tyler. La joven que le acompañaba se queda en la calle, con las manos ensangrentadas, mete una de sus manos en el bolso y saca un paquete de tabaco y un mechero, las manos le tiemblan, es incapaz de colocarse el pitillo entre los labios, cierra los ojos y al fin lo consigue, lo enciende. Da una fuerte calada y exhala aún más fuerte, como si así estuviese soltando todos los problemas y las emociones que la abrumaban.
—¿Estás bien? —se atreve a decir Nora preocupada por la chica.
—Solo estoy agobiada, ese chico ha dependido de mi durante demasiado tiempo.
—Ha llegado vivo —le dice Nora—. Si consigue sobrevivir, será gracias a ti.
—¿Y si no lo consigue? —los ojos de Sylvie se tornan vidriosos.
Las puertas se deslizan hacia los lados y sale Connor, el rostro de la joven cambia por completo, se vuelve relajado y aliviado, además aparece una sonrisa de calma tras ver salir a Connor King del hospital. Sylvie se acerca a él y le abraza con fuerza, sin tocarle, no quiere mancharle de sangre.
—¿Qué ha pasado? —le pregunta Connor preocupado.
—Una larga historia —dice arrojando el pitillo al suelo y pisándolo.
—Menos mal que estás bien.
—¿Cómo está Tyler?
—El Dr.Halley dice que está estable, le han hecho varias pruebas y lo han llevado a quirófano para extraerle la bala antes de que le perfore un pulmón.
—¿Quién está en quirófano?
—La Dra.Weeller —hace una pausa—. Mamá —añade y Sylvie respira aliviada.
—Perdona —interrumpe Nora—. ¿Hay algún herido más?
—Somos amigos de Tyler —añade Laurent.
—No, que yo sepa —responde Sylvie—. Aunque Vincent y Emma aún no me han escrito.
—¿Vincent y Emma? —repite Nora.
—Sí, salieron detrás del padre de Tyler que este iba persiguiendo a Marcus.
—¿Sabes a dónde fueron?
—No, me quedé ayudando a Tyler.
Un coche se detiene y aparca al lado del parque, la puerta del conductor se abre y sale un joven con una sudadera violeta, unos vaqueros pitillo y unas Converse negras. El joven corre hacia los jóvenes y se detiene al lado de Sylvie; es Sean.
—Hey, ¿estás bien? He venido en cuanto he visto tu mensaje.
Sylvie le rodea con sus brazos, lo achucha con cariño y le da un par de besos en la mejilla. Sean saluda al resto de los jóvenes con un gesto con la mano y la cabeza a la par.
—Gracias por venir, cari —susurra aliviada.
—¿Ha habido algún herido más?
—No, que sepamos —responde Sylvie.
El iPhone de Nora suena y ella da un respingo. Lo saca del interior del bolsillo de la chaqueta, la pantalla se ilumina y muestra el nombre de: Judith. Nora se aparta del grupo y coge la llamada.
—Mi madre no está en casa —dice y puede notarse en su voz que está nerviosa y llorando. —He llamado a mi hermano y tampoco sabe dónde está.
—¿Y en el trabajo?
—No puedo contactar con nadie de allí, tendría que ir a la empresa de Marcus.
—¿Hay alguien contigo?
—Mikel —responde Judith con voz temblorosa.
—¿Vaís a ir a la empresa?
—Tengo que ir, necesito saber dónde está mi madre.
—Judith, si Marcus llamara a tu madre pidiéndole ayuda, ¿le ayudaría?
—No, se lo contamos todo. De hecho me dijo que le sentó mal a Marcus tantas preguntas.
—Entonces Marcus sabe que tu madre nos ayudó.
—Es posible.
—Id a la empresa, pero tened cuidado.
Nora cuelga y vuelve con el resto, los jóvenes entran de nuevo al hospital, uno de los doctores avisa a Nora de que Sharpay ha despertado. La joven camina por el pasillo hacia la habitación de la mujer.