Un verano de mierda

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Christian mira sorprendido a Will. Sin saber que decir, ni hacer, le deja entrar.
—¿Cómo me has encontrado?
—Estuvimos saliendo, ¿recuerdas? Sabía que volverías aquí.
—¿A qué has venido?
—¿Por qué te has ido así? —Will le mira extrañado—. Estamos todos preocupados.
—¿Tú también? Pensaba que me odiabas.
—No te odio, bueno te odiaba —Christian suelta un bufido—. ¡Me dejaste tirado!
—¡No lo hice! —Christian coge aire—. Fui a ese hotel, me recorrí la ciudad corriendo, pero al llegar, te habías ido.
Will esboza una risita.
—No te estoy mintiendo Will. Te avisé de que llegaría tarde, estuve días, semanas hablándote, pidiéndote perdón. Nunca me contaste.
—¡Por qué esos mensajes nunca llegaron!
—¡Yo te los envíe!
—¡Perdí el teléfono!
Christian se muerde el labio. Entra al salón, Will le sigue, Christian le entrega su móvil.
—¿Qué?
—Léelos, nunca borré la conversación... esperando una respuesta.
Will se queda pensativo. Asiente y comienza a leer los mensajes. Durante unos minutos los dos guardan silencio, Will se emociona leyendo. Le devuelve el teléfono al terminar.
—Lo siento...
—Te quería Will —susurra Christian—. Sé que la cagué y que fui un cabrón, que nunca te decía lo mucho que me importabas y lo que sentía por ti —sorbe—. Pero de verdad que te quería.
—Yo también te quería...
—Ahora que has leído los mensajes, solo espero que deje de odiarme.
—Christian... lo siento. He sido muy cruel contigo y te he tratado fatal.
—Ahora, por favor, márchate.
—Tienes que volver, están todos preocupados.
—No voy a volver, todavía no.
—¿Estarás para ir a la universidad?
—Puede —susurra.
La puerta del baño se abre, Álvaro sale.
—Oye, gracias por dejar que...
Will esboza una sonrisa.
—Con que era eso, ¿no?
Christian enarca una ceja.
—No podías follártelo con Jay en la misma habitación.
—¿Qué cojones?
—Nunca cambiarás —le espeta Will.
—¿Te crees que todos somos como tú? —le suelta Christian.
Will ahoga un grito, ofendido.
—No quiero seguir hablando contigo.
Christian acompaña a Will hasta la puerta.
—Disfruta de tu nuevo rollo.
—¡No soy su nuevo rollo! —grita Álvaro—. Mi madre no está en casa, Christian solo ha sido amable y me ha dejado entrar para no estar en la calle. He perdido las llaves en la playa.
Will se queda perplejo y avergonzado. Christian tuerce el gesto, y cierra la puerta.

******* ******* ******* *******
Hayley sale de la habitación de Mark, Nora la espera en la puerta junto a Sylvie, Recorren el pasillo hacia la salida. Hayley se detiene ante una puerta abierta.
—¿Laurent?
El joven se de la vuelta, tiene los ojos rojos, está llorando. Parece destrozado. El muchacho se pone en pie, camina hasta la puerta y la cierra en la cara de las jóvenes.
—Que brusquedad —susurra Sylvie.
—¿Qué hace aquí? —Hayley mira a Nora.
—Puedo preguntarle a Connor.
Nora le pone un mensaje a su compañero. En seguida recibe una respuesta.
—Está de guardia. Se dirige hacia la cafetería.
Las tres esperan al ascensor, suben en él y Nora pulsa el botón de la planta baja. Recorren los pasillos, hasta llegar a la cafetería. Connor les hace un gesto, ha pedido capuchinos.
—¿Qué tal el día?
—Ajetreado. ¿Qué necesitas?
—Nos hemos topado con un amigo, en la habitación trescientos diecisiete.
—Nora...
—Necesitamos saber por qué está aquí.
—En esa habitación no hay ningún chico, sino, una mujer con cáncer de mama.
Hayley se lleva ambas manos a la boca. Sylvie se queda muda.
—Creo que acaba de morir —masculla Nora, con la voz rota.
Un pitido agudo suena en el aparato de Connor.
—Tengo que irme.
Las tres chicas asienten.
—¿Será su madre? —murmura Sylvie.
—¿Por qué no nos lo ha contado?
—Con todo lo que ha estado pasando —susurra Nora—. Supongo que no quería preocupar a nadie.
—Pero llevar esto solo... ha tenido que sufrir mucho.
—Ahora podemos entender su humor de los últimos días...
Connor entra corriendo en la cafetería, se acerca a las chicas.
—¿Qué pasa?
Las jóvenes se ponen en pie.
—Es Madison, Está de parto.
—¡Qué! Le faltaba un mes.
—¿En qué habitación está?
—Está en la cafetería Paradise con Kyle —responde Connor.
—¡Tenemos que ir! —exclama Sylvie.
Una mujer de piel oscura entra en la cafetería.
—¡Accidente múltiple de tráfico! ¡Preparados todos!
—Tenéis que ir con Madison.
—¿Nosotras?
—Vais a ser brillantes, llevaos lo que necesitéis. Mandaré una ambulancia de camino.
—¡Es una locura!
—Os mandaré ayuda, os lo prometo.
Las tres jóvenes salen corriendo del hospital. Se encuentran con Judith, que está fumando en la calle.
—¡Vamos! ¡Al coche de Hayley!
—¿Qué pasa?
—¡Madison está de parto! ¡En Paradise!
—¡Mierda! —Judith tira el cigarro.

******* ******* *******
Álvaro está en el sofá de terciopelo, el iPhone de Christian empieza a vibrar llegando varios mensajes. Pausa la serie que está de fondo en la televisión. Coge el móvil y lee los mensajes.
—¡Christian!
El muchacho aparece con palomitas y bebida.
—¿Qué pasa?
—Tienes mensajes, muchos.
—Ponlo en silencio o apágalo.
—Creo que es importante.
Christian deja las cosas en la pequeña mesa del centro.
—¿Qué ocurre?
—Una tal Madison, está de parto.
—¿Qué?
Álvaro le entrega el teléfono.
—Mierda, mierda, mierda, Tengo que irme, he de volver.
—Voy contigo.
Christian coge las llaves del coche y sale corriendo del piso. Álvaro corre detrás de él. Suben al coche. Christian introduce la llave y lo arranca.
—Busca el número de Lisa y llámala.
Álvaro asiente.

******* ******* *******
Lisa corre por los pasillos de la residencia de Linston, Jay la espera en la puerta principal.
—¿Te has enterado?
—Claro —asiente—. ¿Sabes dónde está Emma? No me coge el teléfono.
—No, ¿has hablado con Vincent o Tyler?
—Vincent no sabe nada y Tyler no me coge el teléfono.
—¿Quieres que subamos a su habitación?
—No hace falta, quiero estar allí para Madison.
Jay abre la puerta, Lisa cruza, la sigue. Bajan las escaleras con rapidez. El teléfono de Lisa suena.
—¿Emma?
—No... soy Sean.
—Perdón. Lo he cogido sin mirar.
—Me he enterado de lo de Madison, ¿está bien?
—No lo sé, espero que sí. Estamos yendo hacia allí.
—Estoy saliendo de la residencia, voy para allá.
—Sean —le interrumpe Lisa.
—¿Sí?
—¿Puedes buscar a Emma?
—Claro.
—Gracias.
—Te veo luego.
—Hasta luego.
Jay y Lisa cruzan la calle. Entran al parque para cortar camino hacia Paradise. El teléfono de Lisa vuelve a sonar. La joven se detiene en seco.
—¡Es Christian!

******* ******* *******
Kyle está con Madison, la joven está tumbada. Frannie y Debbie obedecen a todas las indicaciones de Nora y Sylvie.
—Sigue empujando Madison.
—¡Qué ya empujo! ¡Coño! —grita.
—Lo estás haciendo muy bien —le dice Nora con dulzura.
—¡Sácalo ya! —vocifera desesperada y dolorida.
—¡Ya sale!
—¡Empuja!
Kyle le agarra con fuerza la mano, los dos amigos empujan a la vez. Sylvie y Nora esbozan una amplia sonrisa al ver la cabeza del pequeño. Frannie y Debbie se emocionan.
—Es precioso —murmuran entre ellas.
Sylvie acuna a la criatura entre sus brazos, Nora se encarga de cortar el cordón.
—Oye —murmura Kyle—. ¿No hay mucha sangre?
Nora y Sylvie se miran entre ellas, Madison está inconsciente.
—¡Mierda!

******* ******* ******
La ambulancia llega, los paramédicos bajan corriendo, Connor va con ellos. Jay le da con el codo a Lisa, que está hablando con Christian.
—Ya mismo llego.
—La ambulancia ya está aquí. Todo va bien...
Lisa guarda silencio.
—¿Lis? ¿Lis? ¡Qué está ocurriendo!
—Están sacando a Madison...
—¿Está bien? ¡Lisa!
—No lo sé Christian... parece inconsciente.
Un estruendo ruido suena a través del altavoz.
—¿Christian? ¡Christian!
Jay se gira al escuchar los gritos. Se acerca con paso ligero hasta Lisa.
—¿Qué pasa?
—Creo que Christian ha tenido un accidente.
Jay siente una presión en el pecho, como si le estrujasen el corazón con crueldad.

******* ******* *******
Sean deja el coche aparcado delante de la casa de Tyler. Las luces están apagadas. Vincent se acerca a su amigo.
—Gracias por avisarme.
—No hay de qué.
—Parece que no hay nadie.
—Asegurémonos.
Los dos chicos suben las escaleras de piedra pintadas de blanco. Sean llama tres veces, con fuerza y grita. Vincent hace lo mismo tras unos minutos.
—No parece que haya alguien.
—Voy a llamar a Emma —murmura Sean.
Vincent vuelve a golpear la puerta.
—Directo al buzón de voz —Sean se muerde el labio inferior.
—¿Ha habido suerte?
Sean niega con la cabeza.
—No hay nadie desde esta mañana —les dice una señora que riega su jardín.
Sean y Vincent caminan hasta ella.
—¿Ha visto salir a alguien? —pregunta Sean con amabilidad.
La mujer mayor asiente.
—Tyler iba acompañado por una joven preciosa.
—¿Cogieron el coche?
—Claro, iban con prisa. Tyler parecía encontrarse mal.
—Gracias señora.
—Y si estaban en la carretera... cuándo ocurrió el accidente.
—Vayamos al hospital —sugiere Vincent.

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Nora se acerca a sus amigos allí presentes. Todo el grupo se levanta al verla salir.
—¿Está bien?
—Hacen lo que pueden —murmura cabizbaja—. Hay muchos heridos por el accidente.
—Madison es fuerte —susurra Kyle—. Saldrá de esta.
—¿El bebé?
—Está perfectamente —asiente Nora.
—¿Qué pasa? —pregunta Lisa, nerviosa.
—Me acabo de enterar... Emma y Tyler estaban en el accidente.
—¿Qué?
Lisa se tambalea, se acerca a la silla y se deja caer sobre ella.
—No sé nada más. Lo siento.
Jay se aparta junto a Hayley.
—¿Hank te ha dicho algo?
—No sabe nada de Christian, ni del accidente. Siguen buscando.
Jay se muerde el labio, nervioso.
—¿Seguro que lo escuchasteis bien?
—Lisa fue quién lo escuchó.
—Mierda...
Jay mira el rostro compungido de Hayley, se gira y ve a Hank entrando por la puerta principal, caminando hacia ellos. Connor se acerca a Nora, le susurra algo al oído.
—Tyler... no ha sobrevivido.
—Lo siento mucho —les comunica Connor—. Hemos hecho todo lo que hemos podido.
Hank le hace un gesto a Hayley con la cabeza. Jay la acompaña.

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Nora está en la calle, tomando el aire, con un café en la mano. Sylvie se acerca a ella.
—¿Estás bien?
Nora niega con la cabeza.
—Tyler ha muerto. Madison y Emma podrían morir y, ¿de Christian sabemos algo?
—Hayley y Jay se fueron con Hank y no han vuelto.
—¿Me dejas un momento a solas?
Sylvie asiente.
Nora se termina el café. Se aproxima a la papelera y arroja el envase. La joven se gira, la culata de una pistola impacta en su sien con fuerza dejándola inconsciente. El hombre encapuchado y con chaqueta de cuero de color negra, se la lleva arrastrando hasta su coche.

Continuará en DELEITE.

EUFORIA [CLIMAX 2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora