Christian se acerca Lisa, está asustada y nerviosa. Tres disparos retumban alrededor de la piscina. La joven ahoga un grito.
—Christian...
—Tranquila, todo va a ir bien —susurra—. Sigue hablando con Sean.
—¿Qué está ocurriendo? —pregunta Sean al otro lado del teléfono.
—Tengo que ir a buscar al resto.
—¿Qué? ¡No te vayas por favor! ¡No me dejes sola!
—Estarás con Sean, dile que avise a la policía. Envíale la ubicación.
—Christian...
—Enviaré a los que encuentre hacia aquí.
Los neones con la palabra Pride se caen al suelo, haciéndose añicos y manchándose de sangre.
—No te muevas de aquí Lis, por favor.
—Vuelve pronto —solloza.Christian camina agachado, escondiéndose entre la oscuridad. Las luces titilan, no ve al agresor o agresores. Sigue su camino, escondido. Hay sangre en el suelo, pasa por dos cuerpos de dos jóvenes, tienen los ojos abiertos... sin vida. Christian se muerde el puño, sus ojos brillan vidriosos. Les cierra los ojos a ambos chicos.
—No os merecíais esto... —suspira.
El muchacho continúa avanzando a gatas. Se topa con más sangre, gente herida.
—¡Qué os follen putos maricones!
—¡Maricones de mierda!
Christian alza la vista, parece que son dos, aunque se les acerca otra persona. Son tres, parecen chicos. Los ve como salen por la salida de atrás, la de emergencias. Christian se pone a correr hacia el centro del recinto.
—¡Christian!
Tarek corre hacia él, ambos se abrazan. Están cubiertos de sangre, pero no es de ellos.
—¡Joder! ¿Estás bien? —Christian le mira por todo el cuerpo.
—Si, sí, estoy bien.
—¿Y Troy?
—No lo sé —Tarek se rompe a llorar.
—Le encontraremos —susurra.
La mayoría de las personas están heridas. Se ayudan las unas a las otras. Llaman a emergencias y a la policía. Tarek le tira a Christian del brazo, señala a un joven que camina perdido, sin rumbo.
—¡Will! ¡Will!
El muchacho reacciona al nombre.
—¡Christian! —solloza—. ¡Christian!
Se abrazan con fuerza, Will no se separa de él, rompe a llorar escondido en su cuello. Tiene sangre en la camisa y está empapado.
—¿Estás herido?
—No, pero están muertos... Christian, están muertos.
El corazón de Christian se contrae, tiene miedo de saber la respuesta.
—No los conozco —solloza—. Estaba en la piscina... están ahí flotando. Les intente ayudar...
—Tranquilo —Christian le vuelve abrazar.
Lisa corre hacia ellos, abraza a Tarek. Se reúne con Christian y Will.
—Tenemos que ayudar a los heridos —sugiere Tarek.
—Vosotros buscad al resto —murmura Lisa.
Christian y Tarek se alejan del centro del recinto. Hay personas llorando encima de cuerpos serán sus amigos, hermanos o parejas. La escena es atroz, desgarradora. Christian se detiene.
—Es duro...
—Tengo ganas de vomitar —masculla Christian.
—El olor de la sangre...
—Tenemos que seguir.
Troy corre hacia ellos y se lanza sobre sus brazos. Los tres lloran emocionados de ver que están bien. Troy abraza a Tarek y le dice que lo quiere. Tarek le mira el corte en la sien, Troy no le da importancia.
—Tenéis que venir. Necesito ayuda.
Christian y Tarek siguen a Troy, lo lleva hacia una mesa y un sofá. Hay un joven, está apoyado en contra el sofá. Tiene un disparo en el muslo y el brazo izquierdo dislocado.
—La gente presa del pánico... por eso tiene el brazo así —Troy hace una pausa—. Intenté ayudarlo y así fue como me hice el corte en la sien.
—Tenéis que hacerme un torniquete y colocarme el hombro.
—Ahora quiero vomitar yo —murmura Tarek.
Christian se pone de rodillas ante el muchacho.
—Dime que tengo que hacer —susurra.
—Primero usa tú cinturón en la pierna, aprieta con fuerza.
—Te diría que no va a doler...
—Lo sé...
Christian aprieta el cinturón con todas sus fuerzas, el muchacho grita.
—Gracias —susurra con la respiración acelerada—. Ahora a por el hombro.
Christian suelta un suspiro.
—Lo estás haciendo genial —le anima el desconocido.
Christian asiente. El joven le explica cómo tiene que hacerlo.
—¿Listo?
—Cuando tu digas —masculla Christian.
El chico asiente, Christian realiza los pasos que le explicó. El hombro cruje y el joven grita.
—Joder —masculla Tarek.
—¿Está bien? —Troy se muestra preocupado.
—Creo que se ha desmayado —responde Christian.
—Me quedaré con él —susurra Troy.
—Y yo contigo.
—Buscaré a los demás.
Christian se dirige al otro lado del recinto, cerca de los baños. Hayley corre hacia él, tira de su brazo y lo lleva hacia una chica que está ahogándose con su sangre. Christian con rapidez, presiona la herida. Le habla calmado y con un tono de voz dulce, ambos saben que no va a lograrlo. La joven le esboza una sonrisa y pronuncia una palabra antes de morir.
—Gracias —repite Christian—. Me ha dicho gracias —coge aire y lanza un grito desgarrador.
Hayley que está de rodillas a su lado, lo abraza por la espalda.
—Esto es un infierno —susurra—. Que esto acabe ya —solloza.
—Tenemos que buscar a los demás.
Christian observa el recinto, en el centro han reunido a los heridos, los están poniendo cómodos con los cojines de los sofás. Les llevan agua. Todos se ayudan unos a otros, forman parte del mismo colectivo, son una familia. El odio hacia el colectivo, solo los hace más fuertes, nunca dejarán de luchar porque el amor siempre gana.
—¡Christian! —le llama Jay.
Los dos corren hacia el otro, Christian coge a Jay entre sus brazos y le besa. Lo abraza con fuerza, ambos lloran en los brazos del otro.
—¿Estás bien?
—Tienes que ayudarme, ¡es Laurent!
Jay echa a correr, Christian y Hayley le siguen. Laurent está atrapado entre unas estanterías.
—¿Está herido?
—No —responde Laurent apretando los dientes.
—Hayley ve a pedir ayuda.
Christian se acerca a las estanterías, Jay se pone al otro lado. Ambos intentan levantarla, pero pesa demasiado. Hayley regresa con ayuda, la mayoría son desconocidos salvo Tarek. Cada uno se pone alrededor de la estantería y se desprende de ella, luego la siguiente y la última.
—Gracias —masculla Laurent.
—¿Estás bien?
—Sí, eso creo. Solo me duele la pierna.
—¿Escucháis eso? ¡Son sirenas!
—¡La ayuda está aquí!
Todos corren hacia el centro, gritando y emocionados, haciendo saber a todos que la ayuda está aquí. Christian camina hacia el centro, Jay va delante ayudando a Laurent. Hayley se acerca a él y le coge de la mano.
—Eres increíble —susurra.
—Tienen que coger a esos cabrones. Tienen que pagar por lo que han hecho.
—¡Christian! —grita Lisa.
Está manchada de sangre y llorando. Christian y Hayley corren hacia ella, asustados.
En el suelo se encuentra Mark herido, tiene un disparo de bajo del pecho. Sylvie está encargándose de él. Christian retrocede, se aleja, no puede ver así a su amigo y no poder hacer nada para ayudarle. Hayley, Tarek, Lisa y Judith caminan hacia él. Christian da vueltas, mirando a su alrededor. Agobiado, desesperado, asustado.
—Christian —le llama Lisa.
El muchacho se detiene. Mira a sus amigos, a los heridos, a los cadáveres. Dirige su mirada hacia el centro, dónde están los heridos. Un chico se coloca en el centro, lleva una botella de agua, se la va a entregar a una chica, ella tiene un tiro en el brazo. Christian sale corriendo.
—¡Christian! —grita Hayley.
Christian embiste contra el muchacho. Las puertas son echadas a bajo, la ayuda entra con pasos acelerados. Los dos forcejean en el suelo, un arma se desliza por el suelo. El agresor golpea a Christian, corre hacia el arma, éste vuelve a embestirle, caen al suelo. Christian le asesta un puñetazo en la cara, seguido de otro, y uno más, otro más. La sangre mancha su puño y salpica el rostro de Christian. El atacante esboza una sonrisa ensangrentada. Christian se detiene.
—¡Eres un hijo de puta! —le grita
Varios agentes de policía toman posiciones, le gritan a Christian que se aparte del joven.
—¡No! —grita Hayley—. ¡Dejadle en paz!
—¡Qué estáis haciendo! —vocifera Judith.
—¡Apártese! —ordena un agente.
—¡Él no ha hecho nada!
Christian se pone de pie, alza las manos, el atacante se reincorpora con agilidad, la pistola brilla bajo las luces blancas que titilan. Un disparo retumba por el recinto.
—¡Christian! —grita Lisa detrás de los agentes.
Hayley se abraza a ella, Tarek y Judith se a las dos. Los agentes empiezan a dispersarse. Christian está en suelo, sentado con las manos cubiertas de sangre. A su lado el cuerpo inerte del agresor.
—¡Christian! —gritan los cuatro al unísono y corre hacia él.
—Pensé que iban a dispararte...
—Yo creía que lo confundirían con el agresor golpeando a una víctima...
—Estoy bien —susurra exhausto.
Los cinco se funden en un abrazo grupal.
—Gracias —dice Christian a un agente.
—No tienes que darlas —responde Mikel.
—Lisa —murmura Christian y desvía la mirada hacia la entrada principal.
Sean acaba de entrar, está mirando el teléfono, buscando el número de ella para llamarla. Lisa sale corriendo, su móvil empieza a sonar, Sean reacciona al sonido del teléfono, la busca y cuando la encuentra sale corriendo hacia ella. Se funden en un intenso abrazo cargado de emociones.
El resto del grupo camina hacia ellos, se saludan cabizbajos. El grupo se reúne, todos están bien, por suerte. Sylvie llega, sus manos están cubiertas de sangre, probablemente de Mark. Todos se quedan callados, angustiados. Esperando a que diga algo.
—Está estable, se pondrá bien.
El grupo respira aliviado. Christian rompe a llorar. Camina hasta Sylvie y la abraza.
—Gracias, gracias, gracias —murmura entre sollozos.
Una mujer, con el uniforme de sanitaria se acerca al grupo.
—Disculpa —se dirige a Sylvie.
—¿Qué ocurre? —la mira preocupada.
—Deberías dedicarte a esto, hoy has salvado muchas vidas. Sobre todo, la de ese chico.
—Gracias —masculla y las lágrimas brotan de la emoción.
—La policía vendrá a hacernos preguntas —susurra Hayley—. Hank está aquí
—Esperemos fuera de este lugar —sugiere Christian.
El grupo sale del recinto, la policía empieza a precintar el lugar. Los cadáveres van saliendo en bolsas. El grupo se sienta en un pequeño borde de piedras. Las luces de los coches patrullas iluminan la trágica noche de la que han sido testigos.
—Encontraremos a eso hijos de puta —les dice Hank—. Y pagarán por ello.
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EUFORIA [CLIMAX 2]
Teen FictionSecuela de CLIMAX. La historia de nuestros protagonistas continúa; nuevas amistades, nuevas parejas, más amor, más compañeros, más placer.