Capítulo 41

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Harry no supo cómo reaccionar cuando un par de bestias enjauladas le fueron presentadas como una especie de regalo. Actualmente estaban dentro de una de las salas de práctica, excepto que las ventanas estaban tapadas con las cortinas.

- ¿Cómo los capturaste? -preguntó Harry salvajemente, girándose hacia Louis, quien lo estaba observando.

Louis parecía casi reacio.

- Yo, eh. Yo no fui. Benedict lo tenía todo arreglado e hizo que sus hombres los encontraran. Fui yo quien se lo mencioné.

- Vaya.

Harry miró a las dos bestias mientras Louis se mordía nerviosamente el labio. Harry se giró para mirar a Louis, quien inmediatamente evitó su mirada y miró al suelo.

- No estás enojado, ¿verdad? -preguntó Louis.

Harry frunció el ceño.

- ¿Por qué lo estaría?

- Porque odias a Benedict y le pedí ayuda por ti, lo que técnicamente haría que le debas algo, y tal vez no quieras su ayuda. -dijo Louis.

Harry en realidad soltó una carcajada antes de caminar hacia él y tocar su mejilla.

- Cállate, idiota. No estoy enojado. Estoy bien, de verdad, solo estoy sorprendido de que realmente haya ayudado.

Louis suspiró aliviado, asintiendo.

- Sí. Yo también estaba sorprendido.

Después de eso, Harry no perdió más tiempo y le pidió a Louis que trajera algunos viales de la cura de su habitación, junto con el botiquín médico de Harry. Louis rápidamente hizo lo que le dijeron, no queriendo dejar a Harry solo en una habitación cerrada con dos bestias por tanto tiempo. Sin embargo, cuando regresó, su nerviosismo fue reemplazado por asombro y tranquilidad.

Harry estaba sentado con las piernas cruzadas en el suelo frente a la jaula ahora vacía. Una de las bestias apoyaba la cabeza en su muslo, mientras que la otra le acariciaba el costado. Harry estaba hablando en voz baja con una pequeña sonrisa de satisfacción en su rostro mientras pasaba los dedos por su pelaje.

- Aquí tienes. -dijo Louis para anunciar su presencia, agitando la bolsa que sostenía frente a la cara de Harry.

- Gracias. -dijo Harry con una sonrisa, pero Louis no se perdió la forma en que sus labios se torcieron nerviosamente.- Hagámoslo.

Louis le dio a su hombro un apretón reconfortante.

- Voy a estar aquí, bebé. Lo vas a hacer muy bien.

Harry le dio una sonrisa tensa antes de levantarse y sacudir sus jeans. Rebuscó en la bolsa que había traído Louis y sacó una jeringa con un vial de la cura. Las bestias se arremolinaban alrededor, observándolos con curiosidad. Harry respiró temblorosamente.

- Ven aquí. -dijo Harry mientras extendía su brazo hacia una de las bestias, quien rápidamente obedeció.- Escucha, voy a inyectarte algo en tu cuerpo, ¿de acuerdo? Es... no te asustes, pero lo hice yo mismo y por favor confía en mí, tengo buenas intenciones. Quiero ayudar a curarte.

La bestia lo miró con ojos calculadores, y Louis tuvo que recordarse a sí mismo que estas criaturas realmente los entendían. O al menos una parte de ellos lo hacía.

Harry parecía aún más ansioso ahora, razón por la cual Louis tomó su mano ligeramente temblorosa y la presionó contra sus labios. Los ojos de Harry inmediatamente se iluminaron y perdieron un poco de su nerviosismo, sonriendo a Louis con gratitud. La bestia entonces comenzó a acariciar con su cabeza la pierna de Harry, lo cual, bueno, fue el mejor tipo de confirmación que pudieron obtener.

A Howl In The Night [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora