20: una llamada inesperada

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Layla se sentía agotada, persiguiendo a su hermana de arriba abajo porque no quería sentarse a ver las caricaturas por unos minutos, solo quería algo de descanso en ese momento, pero había sido su turno para cuidarlos y estaba segura que ni Rachel, ni Jeremy querrían dejar su fin de semana a cambio de ayudarla un par de horas; desearía que su padre no tuviera que ocuparse tanto con las misiones de héroe o que su madre tuviera más tiempo libre del trabajo, pero tampoco cargaba con esa suerte.

—¡Sam cuidado con eso! —dijo con rapidez mientras se acercaba con cuidado extendiendo sus manos para que le diera la pelota con la que jugaba, era difícil mantener la calma pero debía hacerlo porque ella no tenía la culpa, aunque en primer lugar ella no tendría por qué cuidar de sus hermanos— ¿Qué te parece si mejor vamos a jugar a fuera? así nadie sale herido o tenemos más espacio para divertirnos ¿Suena bien?

—¡Sí! ¿Vamos al parque?

—Bueno, no podemos ir al parque hasta que Ethan termine con sus tareas, así que jugaremos en el jardín ¿Qué te parece?

—¿Pero podemos ir al parque después?

—Solo si Ethan termina pronto, porque no está bien irnos sin él ¿Cierto? ¿O a ti te gustaría que fuéramos sin ti al parque?

—Uhmm... No —respondió haciendo un pequeño puchero.

—Bien, entonces juguemos a fuera un ratito y luego podemos ver caricaturas.

Sam se mostró muy emocionada porque casi de inmediato salió disparada hacia la puerta, deteniéndose al instante que la abrió porque alguien le impedía pasar, retrocedió un paso antes de saludar a la señora Stronghold con una gran sonrisa en su rostro.

—Buenas tardes, Sam ¿Se encuentra tu hermana?

Al escuchar la voz de Josie, Layla no tardó en acercarse para ver que sucedía, porque esperaba que preguntara por alguno de sus padres pero no por ella, asumiendo que era ella a quien se refería porque dudaba que preguntara por Rachel.

—Buenas tardes, señora Stronghold —Le entregó la pelota a Sam diciéndole que fuera al patio y que ella la acompañaría en un momento— ¿En qué puedo ayudarla?

La sonrisa en su rostro se desvaneció con lentitud al notar la preocupación que reflejaba el rostro de la mujer, miró por sobre su hombro asegurándose de que Sam no estuviera escuchando la conversación.

—¿Ocurrió algo grave?

—No tengo la más mínima idea, quería preguntarte si Will se encuentra aquí, por favor, dime la verdad, si te pidió que me mintieras, no lo hagas.

—¿Will? no lo he visto desde el viernes en la escuela, ni siquiera he tenido tiempo de llamarlo —su mifada comenzó a viajar de un lado a otro—. Oh Dios ¿Acaso él...?

—No lo sé —respondió apretando sus labios, conteniendo sus lágrimas y todas las palabras que tenía para decir porque no era correcto dejar caer ese peso sobre una niña de 14 años—. Él se fue de casa el viernes y he estado llamandolo todo el día de ayer, Steve dijo que regresaría pero no puedo arriesgarme a que se encuentre en peligro.

—No creo que tenga que preocuparse por eso —intentó calmarla porque incluso si estaba procurando no romperse delante de Layla, no era difícil darse cuenta de lo mal que se encontraba—, él debe estar bien, lo llamaré, tal vez esté en casa de alguno de nuestros otros amigos.

—Dios, espero que así sea, si tienes cualquier noticia suya ¿Podrías decírmelo? incluso si te pide que no me digas nada, necesito saber que se encuentra bien.

—Lo haré, señora Stronghold, estoy segura que Will debe tener una razón para no responder —Hizo una pausa para volver a revisar que Sam estuviera bien—, tal vez tiene miedo de recibir un regaño.

—... Sí, tienes razón, debe ser eso —Apartó la cabeza cuando una lágrima resbaló por su mejilla—, quiero creer que es eso —La limpió con uno de sus dedos antes de dirigir su mirada a su casa—, tengo que regresar ¿Si? cualquier cosa que sepas de él, por favor avísame.

Layla volvió a asegurar que lo haría y Josie se fue después de eso, le pidió a Sam que se metiera a la casa por un momento, teniendo que tolerar unas cuantas quejas pero consiguiendo que accediera luego de un par de minutos, la dejó viendo las caricaturas para subir a su habitación tan rápido como le fue posible y casi en el instante que tomó su celular este comenzó a sonar haciéndola sentir un gran alivio al ver el nombre de Will en la pantalla, no tardó más de dos segundos en responder.

—¿Will? ¿Eres tú?

—Hola, Layla —pudo escuchar su tono nervioso e inconfundible lo cual la hizo respirar con más tranquilidad—, lamento llamarte ahora, seguro debes estar ocupada.

—Dios no te disculpes, justo estapa por hacerlo yo.

—Oh.

—¿Hay algo que quieras decirme? —preguntó haciendo algunas pausas entre las palabras.

—... Huí de casa y estoy bien, no debes preocuparte, uhm, si mis padres te preguntan por mí —el silencio fue duradero en esta ocasión—, si mi madre te pregunta por mí —se corrigió—, dile aue estoy bien.

—¿Dónde estás?

—Estoy bien.

—Eso no fue lo que pregunté.

Escuchó a Will suspirar, parecía estar bastante indeciso sobre cuánta información debía proporcionar, pero ella no iba a dejar de insistir hasta tener la certeza de que su mejor amigo estuviera seguro, iría a buscarlo personalmente si hacía falta, pero no podía solo conformarse con un "estoy bien" porque, conociendo a Will, eso podría ser una mentira.

—¿Layla? —el cambio de voz fue tan repentino que consideró haber oído mal.

—¿Warren?

—Will está bien.

—¿Warren? —repitió todavía incrédula.

—Sí, escucha, Will está conmigo ahora, no le ha pasado nada malo, es solo que —hizo una larga pausa, como si pensara en cuáles eran las palabras adecuadas— ahora mismo no quiere que nadie sepa dónde está, no se lo digas a nadie ¿Si?

—Su madre vino hace unos minutos, estaba muy preocupada y casi me rogó para que le dijera todo lo que sé de Will, lo siento para ambos, pero no puedo mentirle de esa manera.

—Layla.

—Warren.

—Dicelo —el sonido de su voz apenas fue audible—, pero no le digas con quién está, Will está muy mal, no creo que esté bien que —interrumpió sus propias palabras—... Gracias, Layla, sabía que entenderías, te veo en la escuela mañana ¿Si? —Hizo resaltar esa parte dando a entender que necesitaban hablar más a fondo sobre esa situación pero ese no era el momento adecuado.

—Hablamos después.

—Sí, hasta luego.

Warren cortó la llamada antes de poder decir algo más, Layla se dejó caer sobre la cama, sería complicado mantenerse callada, pero si Warren estaba ayudando a Will tal vez las cosas eran más graves de lo que creía, esperaría unas horas, deseaba creer que iría a contarle a Josie sobre todo si es que Warren no la llamaba, pero sabía bien que no podía traicionar a Will de esa manera y si él no quería que le dijera nada a ninguno de sus padres, entonces no lo haría.

LOST BOY | will x warrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora