9: no sabes lo que me haces

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Era la cuarta o quinta vez en el mes que Jeremiah le pedía quedarse a dormir en su casa, no era algo que sobrepensara demasiadl y jamás hacía preguntas, pero no podía evitar sentirse un tanto extrañado, no quería hacerse ideas en la cabeza, en especial porque no tenía en mente sacar a relucir ese tema, a menos que, él quisiera hablarlo. Abrió la puerta dejando que él entrara primero y caminó detrás suyo, escuchando la voz de su madre recibiendolos casi en el instante que pusieron un pie en la sala.

Como era su costumbre recibió a Warren con un abrazo, Jeremiah se limitó a saludarla con la mano mostrando una sonrisa de amabilidad, seguía sintiéndose extraño recibir esa hospitalidad en ocasiones, por otro lado, para Warren no era nada más que su día a día.

—Iré a cambiarme —comentó señalando su habitación con la cabeza.

—Ah, sí, te espero aquí.

Warren todavía no se acostumbraba a la idea de dejar a Jeremiah solo con su madre, principalmente por su manera de expresarse, aunque parecía contener bastante su vocabulario cuando hablaba con ella, lo cual era un alivio porque de no ser así era obvio que su madre no reaccionaría de la mejor manera, era bueno saber que no era del todo un sinvergüenza. No tardó demasiado en cambiarse, la realidad era que hubiese ocupado menos tiempo, si no fuera porque el recuerdo de la charla que él y Will habían tenido en el restaurante se había vuelto algo recurrente y eso desencadenaba en otros pensamientos que se resumían a la preocupación que sentía por el bienestar de Will, si su yo de hace un par de semanas se escuchara a si mismo probablemente pondría la mueca de asco y confuso más notoria que pudiese haber visto ¿Él preocupándose por un Stronghold? una completa locura, pero estaba ocurriendo.

Regresó a la sala para encontrarse a su madre hablando con Jeremiah, no dejaba de sorprenderle el cambio drástico de actitud que había entre él en su casa y él en la escuela, o en general cualquier lugar fuera de su casa.

—Bueno, ya no los distraigo más, será mejor que vayan a dormir porque mañana hay que levantarse temprano —señaló Adeline cortando la conversación cuando miró a Warren llegar—. Siéntete como en casa, Jeremiah.

—Muchas gracias, señora Peace, que descanse.

Luego de eso ambos chicos se dirigieron a la habitación de Warren, las visitas de Jeremiah se habían vuelto algo recurrente, aunque no del día a día, pero por si acaso había mantenido la colchoneta, las almohadas extra y la cobija en su habitación, indicándole que se encontraban en el armario para que hiciera el tendido en el suelo; él se sentó sobre la cama, aún no la idea de Will en mente, detestaba tener que dormir, porque eso significaba alejar todos los pensamientos para poder descansar, pero, si no fue capaz de alejar a Will de su mente casi en ningún momento ¿Era capaz de hacerlo ahora que no tenía algo más en lo que ocupar su mente?

La respuesta la obtuvo cuando una hora después de apagar las luces, seguía dando vueltas en la cama, tratando de alejar todas esas ideas absurdas que se hacían presentes en su cabeza; una vez más giró en la cama, tratando de convencerse que el problema era la posición en la que se encontraba recostado, como si eso hiciera algún cambio real.

—Muy bien —escuchó la voz de Jeremiah pocos segundos después antes de que se levantara del suelo y encendiera las luces de la habitación— ¿Vas a decirme qué te traes o vamos a dormir?

Warren soltó una queja de molestia, cubriendo su rostro con su brazo para que la luz no lastimara sus ojos ¿Qué tan ruidoso estaba siendo como para no dejar a Jeremiah dormir?

—Lo siento.

—Es tu cuarto, Warren, no te disculpes —suspiró recostandose contra la puerta—, pero no puedo simplemente ignorar que no dejas de dar vueltas en la cama.

—¿Porque te gusta el chisme o porque en realidad te preocupas?

—Eeeh —ladeó la cabeza de un lado a otro— ¿Realmente quieres saber la respuesta?

—No.

Jeremiah soltó una ligera risa.

—Ambas —levantó la mirada en dirección al techo y chaqueó la lengua— ¿Entonces? ¿Me cuentas o volvemos a dormir?

Warren se quedó en silencio por unos segundos, justo cuando Jeremiah estaba por apagar la luz se atrevió a hablar.

—Tú que tienes novio.

—No es mi novio.

—Lo que sea, a ti que te gusta alguien —se corrigió con una ligera molestia, no sabía ni por qué estaba hablando de esto, pero quizás si obtenía el punto de vista de alguien más podría terminar de aceptarlo— ¿Cómo supiste que te gustaba?

—Es lindo, Warren —respondió como si fuera obvio—. Está bien, eso es vacío, pero hay más claramente, es lindo, amable, se preocupa por mí y con lo imbéciles que son en la escuela, creo que eso es mucho pedir.

—No estás ayudando.

—Pues lo siento ¿Qué quieres que diga? cuéntame tú ¿Por qué te gusta...

—No me gusta, o bueno, no sé si me gusta.

Jeremiah volvió a suspirar, alejándose de la puerta para sentarse en el suelo, recostando su espalda contra la cama, jamás había sido bueno con los consejos, mucho menos con el amor, pero había sido su decisión tocar este tema y ahora debía tragarse las consecuencias.

—En ese caso, cuéntame, podemos averiguar si te gusta o no.

Warren dudó demasiado, había altas probabilidades de que se diera cuenta que hablaba de Will y sabía que Jeremiah se iba a reír en su cara de ser así, lo que menos necesitaba era sentirse más avergonzado; así que se centró en lo que él le hacía sentir y no en los momentos que habían pasado juntos, tratando de no extenderse demasiado, porque detestaba sentir que era demasiado cursi, esa debió ser una señal pero decidió ignorarla. Jeremiah no era capaz de creer tosas las cursilerias que estaba escuchando en ese momento y Warren no creía que esas palabras estuvieran saliendo de su boca.

—¿Es en serio? Warren ¿No sabes si te gusta o simplemente no quieres aceptar que te gusta? porque suena a que tienes tus sentimientos bastante claros —señaló cuando sintió que ya no podía soportar más las palabras dulces.

—Si lo acepto no hay vuelta atrás.

—Eres un miedoso.

—Gracias por tus palabras de aliento.

Jeremiah volvió a suspirar, masajeando el puente de su nariz, sabía que tenía que elegir mejor sus palabras, pero era difícil no reaccionar de esa manera luego de lo que fue obligado a escuchar, se sintió como una especie de tortura.

—Lo siento ¿Si? es solo, te gusta, Warren, dices que te sientes bien estando con él, que te hace feliz verlo feliz, que cuando están a solas es como si solo fueran ustedes dos en el mundo.

—Yo no dije eso —reclamó levantándose de golpe de la cama con el rostro ardiendo en vergüenza.

—Bueno, casi lo haces —Rodó los ojos y negó con la cabeza—, el punto es, solo te faltó decirme que quieres besarlo —Lo miró al instante en el que dijo eso—... Oooh, claro que quieres hacerlo.

—Vayamos a dormir.

—Perfecto, no me gusta perder horas de sueño —se levantó del suelo para apagar la luz—, pero, Warren, acepta esos sentimientos de una vez, no haces más que lastimarte a ti mismo.

—Finalmente das un buen consejo.

—Gracias, ver películas de romance tiene que servir de algo.

Warren sonrió un poco ante ese último comentario, debió suponer que no se trataban de palabras de Jeremiah, volvió a recostarse mirando fijamente el techo ¿Aceptar que gustaba de Will? sí que sonaba a una tarea difícil, pero cuando esas palabras aparecieron en su mente con total claridad, todo se sintió más ligero, esperaba que ahora que lo estaba admitiendo fuera más fácil superarlo; en el fondo era obvio que lo que en realidad esperaba era tener una oportunidad.

LOST BOY | will x warrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora