34: en donde todo comenzó.

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Antes de darse cuenta la hora del almuerzo había llegado, por supuesto que no había podido evitar que los profesores se acercaran a decirle que lamentaban su perdida, tampoco podía detener a sus compañeros de clase de mirarlo con lástima, fue incómodo, no podía negarlo, pero al menos sentía que el día estaba avanzando un poco rápido, hasta el momento tampoco habían mencionado nada respecto al evento en memoria de el comandante, pero sabía que tenía que estarlo esperando.

Se encontraba perdiendo el tiempo en el baño, sabía que ir a la cafetería no era una buena opción, estar en el baño era deprimente, pero al menos tenía algo de espacio y privacidad, sin duda preferiría estar con Warren, pero tampoco quería que se quedara sin desayunar solo por un capricho suyo; por supuesto que la calma no era algo que le durara demasiado pues a los pocos minutos casi dio un brinco hasta el techo cuando golpearon la puerta del cubículo.

—¿Vas a salir de ahí o decidiste que el mejor lugar para almorzar es encima de la taza del baño?

¿Jeremiah?

—¿Cómo me encontraste?

—Porque eres demasiado cliché —hizo una pausa, dando unos pasos hacia atrás, probablemente recargándose en la pared— y porque eres el único idiota al que he visto usar unos tenis tan espantosos —remató, Will podía jurar que lo veía sonreír a través de la puerta, se levantó de la taza y salió del cubículo.

—¿Por qué te importa que esté aquí?

—No me importa que hagas con tu tiempo libre, pero no voy a soportar otro minuto más en esa mesa sin ti o Warren, voy a terminar ahorcando a todos tus amigos —se quejó mientras cruzaba los brazos sobre su pecho— ¿Qué haces aquí?

—¿Warren no está en la cafetería?

—Por supuesto, eso es todo en lo que piensas ahora ¿Verdad? —le dedicó una sonrisa burlona antes de negar con la cabeza—, creo que también fue a buscarte.

—Oh —apretó sus labios—, solo no tengo humor de, bueno, ya sabes, toda esta situación.

Jeremiah asintió con la cabeza, no era difícil asumir a que se refería, él también estaría harto de ser el centro de atención debido a que su padre estaba muerto, por supuesto que, sus motivos eran completamente opuestos a los de Will, pero eso daba igual.

—¿Sabías que van a rendirle homenaje después de la hora del almuerzo?

—¿Quién te dijo? ¡Dios! llevo todo el día esperando a que alguien me diga algo sobre eso, no quiero tener que estar de pie una hora escuchando discursos sobre el hombre admirable que era.

—Que horror, quiero decir, ni siquiera tiene sentido ¿Para qué hacer toda esa mierda? no es como si se le fuera a quitar lo muerto —Jeremiah dice eso con tanta seriedad que Will debe contener las ganas de reír— ¿Qué? ¡No son mentiras! —negó con la cabeza una vez más—, de cualquier forma, tú tienes suerte.

—¿La tengo? —preguntó con una mirada que obviaba su confusión.

—¡Obvio! quiero decir, muy terrible lo de tu papá y todo pero todos te tienen demasiada compasión por eso ahora —golpeó ligeramente su cabeza contra la pared—, solo tienes que decir que no quieres estar ahí y te dejarán en paz.

—¿De verdad lo crees? —Una amplia sonrisa apareció en sus labios, no tardó más de dos segundos en saber cómo podía aprovechar esa situación.

—Seguro, solo dile a la directora, ella te mirara con lástima y te dará la razón.

Will en realidad estaba sorprendido de que el consejo de Jeremiah funcionaría, la directora Powers realmente le había permitido faltar al evento en memoria de Steve ¡De su propio padre! no era que quisiera aprovecharse de la situación —en realidad si quería—, pero quizás podría usar este truco un par de veces más en la semana antes de que perdiera su efecto. Pudo ver a todo el resto del alumnado dirigiéndose al gimnasio mientras él subía las escaleras que daban a la azotea, sintió una pizca de remordimiento pero no fue algo más que una emoción momentánea; siguió subiendo las escaleras y abrió la puerta asegurándose de que nadie lo viera ahí, sonrió de inmediato cuando notó que Warren ya lo estaba esperando, así que rápidamente se acercó a él para poder sentarse a su lado.

—Perdón por tardar.

—Está bien, tampoco llevo demasiado tiempo aquí, Boomer casi me descubre mientras me escabullía —comentó dirigiéndole la mirada.

—¿Crees que te hubiese mandado de un grito al gimnasio?

Warren ahogó una risa ante la imagen mental tan estúpida, pero no del todo imposible, ese sujeto solo sabía gritar, de manera bastante literal. Notó a Will bastante pensativo, había estado así desde que se enteró de la noticia, entendía que a pesar de todo, incluso si la muerte de ese hombre le daba igual, de cualquier forma estaba afectando su vida y desde hace tiempo Will no había tenido un descanso, empezando el año escolar con su "falta de poderes" no podía imaginar el dolor que debió sentir cuando tuvo que decírselo a Steve, eso si es que llegó a decírselo, después toda la presión de estar a su sombra, huir de casa, creer que ya no podría volver a su hogar ni a la escuela, entonces llegó esa noticia como una especie de bomba y todo parecía empezar a sanar, pero era un proceso difícil; deslizó su mano para tomar la de Will, entrelazando sus dedos, quería que él supiera que siempre estaría a su lado para acompañarlo.

—¿Cuánto crees que dure todo esto?

—¿Un mes? quizás dos meses, no lo sé, Will, era un héroe importante.

—Lo sé...

—No tienes que pensar en eso si no quieres —Envolvió la mano de Will colocando la suya encima.

—Es más sencillo decirlo que hacerlo ¿En qué otra cosa puedo pensar? —preguntó levantando su mirada que se había concentrado en el agarre de Warren, lo hacía sentir que no tenía que preocuparse por nada, como si todos los problemas tuviesen solución.

Warren se movió unos centímetros para cerrar la distancia entre ambos, sus piernas ahora estaban chocando, en ningún momento dejaron de sostener sus manos, apoyándolas sobre el muslo de Will para que no estorbaran demasiado.

—Tengo algunas ideas en mente —respondió antes de inclinarse lo suficiente para unir sus labios en un beso.

Will apretó la mano de Warren con fuerza, más de la necesaria quizás, no suficiente para romperle los huesos, pero si más de lo que habría deseado, fue imposible controlarse, estaba demasiado emocionado como para tener cuidado con sus poderes; se concentró en seguir el beso, sin duda eso le ayudaba bastante bien a despejar la mente, se separaron por unos segundos permitiendo que sus miradas se encontraran, él estaba sonriendo y Warren se estaba esforzando por evitarle la mirada, asumió que él tampoco se había acostumbrado todavía al hecho de que eran novios y que estaba bien que hicieran esa clase de cosas.

—Perdón ¿Fue demasiado?

—No, creo que jamás tendré suficiente de esto —murmuró siendo él quien inició el beso en esa ocasión.

LOST BOY | will x warrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora