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Era el dia en el que la orden vendría a casa, para tres tristes adolescentes como nosotros volver a ver a gente del exterior sería lo mejor del verano.
-A que hora llegan?-dije impaciente- no aguanto más, la casta apesta a chocolate-miré a Regulus. Se había pasado toda la mañana cocinando postres.
-Te quejarás, luego los comes tú sola- me rebatió. Le hice una mueca.
Llegó el momento tan esperado en el que la casa se llenó de gente, los fuimos a saludar a todos. Corrí hacia Hermione y le dije lo horrible que había sido mi verano sin su compañía. Todos estábamos muy felices de volver a vernos.
-_____...-me giré y vi a un pelirrojo con la sonrisa ladeada. Me acerqué y subí mis brazos a su cuello.
-Bienvenido-le susurré. Estaba más alto y fuerte pero seguía oliendo igual que siempre.
Me contaron que Harry estaría en casa de sus tíos hasta empezar el curso y entendí que hay destinos peores que el mío.

A partir de ahi era raro que nadie estuviera por "el cuartel de la orden" entonces nosotros rara vez teníamos la casa sola. Una noche de mucha actividad, los adultos estaban hablando en la cocina mientras nosotros estábamos en la sala.
-Poned una película- insistió Fred. Que aún que tuvieran la edad no estaban interesados en entrar en esas lúgubres reuniones.
-Es muy tarde-dije yo para bostezar después.
-Da igual! Pasa el mando- George puso en la tele la película que peor pinta tenía y nadie aguantó media hora despierto.
Recuerdo haberme levantado con la cabeza en el regazo de Ron y no moverme ni un centímetro. No sabía qué hora era pero los demás parecían dormidos, volvi a cerrar los ojos. Sentí una mano posarse sobre mi cabeza y dejar pequeñas caricias en mi pelo y en mi cuello, tenía el corazón en la garganta de lo nerviosa que estaba, no podía ser otra persona que no fuera él.

Pronto llegó el final del verano, y todos nosotros estábamos esparcidos por la cocina escuchando por décimo quinta vez el plan para llevar a Harry hasta la madriguera sin ser interceptados por mortifagos. Nos convertiríamos en él con una poción multijugos y volaríamos en escoba. A mi me había tocado ir con el hermano mayor de los Weasley, Bill. Estaba segura con él, pero aún asi era una misión bastante peligrosa. No le había dicho a nadie, excepto a mi hermano y a Regulus lo de la maldición, puede que haya sido mala idea pero no podía arriesgarme a decirlo ahora.
Ya en casa de los Dursley cada falso Harry se preparó y se montó con su correspondiente.
Salimos despegados en una noche oscura hacia la madriguera, los primeros minutos fueron calmados, pero pronto nos encontraron los mortifagos y los grupos de Harrys se empezaron a dispersar.
-Bill agáchate!-teniamos a gente detrás nuestra lanzando hechizos sin parar, al ir atrás yo claramente era la más afectada.
-____,sujetate-acelero y empezó a ir de un lado a otro muy rápidamente. Intentaba mantener el equilibrio pero algo me desconcentró
-Cruccio!-mi vista fue hacia un hechizo que volaba directamente hacia mi, me giré y conseguí evitarlo perdiendo el equilibrio, y cayendo de la escoba.

Date cuenta- Ron Weasley y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora