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Ronald y yo, por parte de ambos, habíamos dejado de dirigirnos palabra. Tomé su silencio como un rechazo y supongo que hasta aquí nuestra historia. Estaba en la biblioteca con Hermione al día siguiente contándole lo ocurrido
-Y???-preguntó cuando acabé.
-Y nada más-le dije mientras cogía un libro de la estantería
-Como que nada más-hizo que la mirase
-Nada más-las lágrimas amenazaban con salir otra vez- no me contestó.
Los días pasaron lentos en el castillo, intentaba faltar a todas las clases de pociones que pudiese pero a todas era imposible.
Nos encontrábamos preparando una poción sanadora en parejas, usando un beozar de cabra. Obviamente yo la preparaba mientras Ronald miraba. Estaba de pie detrás del caldero y Ron sentado a mi lado, en un momento noté sus ojos clavados en mí y le miré de reojo de vuelta, apartó rápido la mirada. Me pareció muy mono.
Ese mismo día por la noche me tocaba hacer guardia de prefecta por las mazmorras, estaba acabando cuando unas voces familiares sonaron a mi espalda.
-_____!-me llamó Harry.
-Qué hacéis aquí? Os puedo sancionar-les dije riñéndoles.
-Romilda? Es ella Harry?-Ron parecía borracho- Ohh Romilda Vane, es el amor de mi vida.
-Qué coño está diciendo?-mire a Harry negra de ira.
-Se ha comido unos bombones encantados que eran para mi-negó Harry, me tranquilicé-Vamos al despacho de Slughorn para ver si puede...arreglarlo.
Me despedí de ellos y volví a mi sala común, parecía que se estaba haciendo rutina encontrarme con Draco. Esta vez se había quedado dormido en el sofá, lo más probable es que sin querer. En otras circunstancias lo habría despertado pero ahora decidí ponerle una manta por encima, me arrodillé a la altura de su cara y dejé un par de caricias en su cara.
-Descansa-le susurré.

Golpes, golpes, más golpes.
-FUERA!-grité desde mi cama. Alguien estaba llamando bruscamente a mi puerta y a penas eran las 8. Debió de abrir la puerta con magia, Regulus se plantó delante de mi cama y tiró de las mantas abajo.
-Ron está en la enfermería ___
A penas un minuto después estaba andando lo más rápido que podia hacia la enfermería, con las primeras zapatillas que encontré y la bata de casa. Regulus me estaba explicando que había bebido hidromiel envenenado en el despacho de Slughorn. Llegamos y mis amigos ya estaban ahí.
-Como está?-pregunté sentándome a su lado.
-Dormido todavia- dijo Hermione- pero fuera de peligro.
Me hice una trenza rápida y me lavé la cara en el baño, al salir mi mejor amiga Lavender estaba molestando a toda la sala.
-Mi Ro-Ro, cómo estas amor? Qué te han hecho? Ha sido esa slytherin?
-Perdona?-me acerqué a ella y Harry me puso un brazo en el hombro. Lavender me miró como si fuera basura y por un momento me hundió. Unos leves gruñidos salieron de la camilla y eso hizo que cesara la pelea de gatas.
-mhm...__....-no se distinguia nada
-Si Ronnie estoy aquí-le decía Lavender
-_____-la sala se quedó en silencio. Lavender empezó a soltar pequeños gruñidos de enfado.
-Yo soy su novia! Me tiene que querer a mi!-en verdad parecía triste, se marchó de la enfermería.
Me volví a sentar al lado de Ron y me atreví a cogerle la mano.
Nos pasamos el dia entrando y saliendo para vigilar si se despertaba. Ya más aseada, estaba sentada en una silla mientras leía cuando empecé a notar movimiento en la camilla.

Date cuenta- Ron Weasley y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora