Capitulo 16:

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Daerys.

Aemond no dijo nada durante el viaje de regreso, tampoco me permitió que hablara, prometió amordazarme si lo hacia. Su humor estaba de la mierda.

La noches había caído sobre poniente, y el frio helado empezaba a calarme los huesos, aun tenia el vestido de la boda. Era muy fino, y no ayudaba con el frío, ni el calor que desprendía Aemond podía apaciguar lo helado de mi piel.

—¿A dónde vamos?—pregunte aburrida el castañeo de mis dientes no dejaba de resonar.

—Ya llegaremos. No hables me desconcentras.

—Si pierdo un dedo por tu culpa y muero, juro venir de la muerte a arrastrarte hasta el infierno a Aemond—Amenazo ante su apatía.

—No estas en condiciones de amenazar mi amor, así que me haz silencio.

—Tengo frio Aemond.

—Y aun así estabas por  casarte con el señor del norte, que irónico.—Tire mi cabeza hacia atrás golpeando su barbilla.—Quédate quieta, te caerás y yo no iré a tratar de alcanzarte—Aemond me aprisiona entre sus brazos con fuerza .

—Pero si fuiste capaz de sacarme de mi boda.—replico hundiendo el ceño.

—¿Querías casarte?.

—Estaba ahí, tu dime.—era mentira pero quería molestarlo, si el iba hacer mi vida una infierno yo haría la de el un calvario.

Había dicho qué me llevaría con el y que sería su esposa, pero no precisamente porque me amara, seguro era por venganza.

—¿Por qué  no te quedaste entonces?.

—Porque me obligaste a venir contigo.

—Sigue diciendo que querías quedarte y te tirare de Vhagar, Daerys.—Advierte apegando su pecho a mi espalda.

Guarde silenció, me estaba aburriendo y quizás Aemond si podía cumplir con su amenaza. Nos acercamos a un bosque, una cabaña estaba cerca de un río, lo sabía porque Harry y yo una vez habíamos ido a uno parecido en Harrenhal en las tierras del rio.

—¿Qué es esto Aemond?.— la luna dejaba ver con claridad el rio rebosante.

—Las tierras del río.—responde antes de ordenar a Vhagar bajar.

Aemond me cargo hasta la cabaña que estaba cerca, era piedra, muy parecida a una taberna, nunca la había visto, no se porque pero siento que Harry tiene que ver en esto. Por algo estuvo con el en el salón.

La cabaña era de un tamaño pequeño, estaba amueblada y con cosas básicas, Aemond siguió camino hasta abrir una puerta, era una habitación, tenia una chimenea y una cama en el fondo también estaba un antiguo escritorio y un gran espejo.

Aemond coloco mis pies en el suelo, y le ofrecí mis manos  para que me soltase pero solo me vio con burla, las tomo y me acerco a un poste en medio de la habitación, subió mis manos y me ató a el, mis manos quedaron sobre mi cabeza.

—Suéltame Aemond—me retorcí tratando de soltar la cuerda, pero era imposible —No seas idiota

Aemond ignoro mi llamado solo tomo la silla del escritorio y se sento en ella, frente a mi observándome pensativo.

—¿Por qué diablos ibas a casarte Daerys?. Quiero la verdad —exige severo se recuesta en ls silla esperando por mi respuesta —Si me dices lo que quiero oír te soltaré.

—Debía hacerlo, por honor a mi casa.

—¿Desde cuando piensas en el bien común antes del tuyo Daerys?—cuestiona mirandome de manera inquisitiva.

Fuego de Dragones. [Aemond Targaryen].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora