Capitulo 22:

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Aemond.

—¿Que sucedió en Winterfell Aegon?.—le pregunto  jugando con una daga entre mis dedos, al peliblanco con cara de hastió frente a mi.

Había vivido todo un infierno estos días, Daerys se fue y habíamos terminado en malos términos, mi cabeza me jugaba en contra.

A penas vi Aegon cruzar las puertas del castillo corrí hacia el para traerlo a mi habitación en busca de información.

Daerys había seguido con ambos dragones a pozo dragón y seguramente partiría a Dragonstone, estaba enojada conmigo no había manera de que viniera al castillo. Necesitaba saber que había sucedió en su estadía en Winterfell.

—Nada, lo normal. —espeta aburrido.—El lobo detrás de ella, Daerys queriendo ser la nueva Aegon el conquistador y matar a mucha gente, según escuche en una junta. —mueve su mano con desdén restándole importancia —Tu conoces a tu loca mejor que yo, hizo lo normal que es para ella.

—Te envié para que me diera detalles Aegon.—objeto observándolo con desaprobación— No para que pasaras los dos dias bebiendo o enterrando la cabeza en las faldas de alguna mujer.

Aegon curvo la comisura de sus labios en una sonrisa ladina.

—Solo hice una de esas cosas, y también traje información, date por bien servido hermano.—palmea mi hombro al levantarse.—Arriesgue mi vida, por ti. Tu loca quería asesinarme.

—Y lo hubiera hecho, de haber confirmado que solo eras un espía.—la suave voz de mi arañita se hace presente en la habitación, Aegon cierra la boca y ambos nos giramos a verle apoyada en la puerta.

Le dije al imbécil que la cerrara.
Tenia sus ojos acusadores sobre nosotros y creo que no  extrañe tanto esos grandes ojos violetas como lo hice en estos dos días

—¿Entonces Aemond?.—inquiere amenazante—¿Crees que necesito a alguien para cuidarme?.—pregunta a la defensiva. Acercándose a nuestro sitio.

—Mejor me voy.—habla Aegon intentando huir de Daerys, pero lo detiene tomándolo del brazo

—Te quedas.—demanda empujandolo hacia mí.

—Tengo que ir al baño.—objeta, haciendo el amago pasar por el lado de Daerys y ella lo empuja de vuelta al sillon.

—Te meas aquí, si es necesario.—brama cruzada de brazos haciendo a Aegon sentarse rápido en un sillón obedeciendo.—Responde Aemond.

¿Que iba a decirle?

Si arañita, envié al idiota de Aegon a que te cuidara porque me enferma verte cerca del lobo, porque en el fondo me vuelve loco la idea de que me dejes.

—No se de que hablas.—Escupo enterrando la daga en la mesa.

—Celoso de mierda.—musita entre dientes.—Aegon varias veces justifico que solo fue porque querías que me cuidaras, pero dejando claro que era de Rickard.

Mi mirada viaja rápidamente a Aegon quien se encoge de brazos.

—Seguro el frio le hizo daño.—comente con desdén. —Por lo visto también a ti te ha afectado.—Mi mirada recorre todo su cuerpo y observo como se tensa.—Te ha vuelto fría, tal vez necesitas avivar tu fuego.

—Si, claro que si. Lo puedo hacer matándolos a los dos, quizás eso me devuelva la calentura.—comenta irónica.

Aegon la mira de forma divertida malinterpretado sus palabras y trato de ocultar mi diversión también, pero es inútil. Ella nos mira confundida para luego percatarse de lo que ha dicho.

Fuego de Dragones. [Aemond Targaryen].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora