Daerys.
Camino por los fríos pasillos del castillo Stark, el clima esta igual de inclemente que en la noche. Me detuve en la puerta de Namerys, iremos temprano al refugio y ya deben estar esperando.
Toco pero no responde, espero unos minutos antes de tomarme el atrevimiento de entrar, ella siempre hacia lo mismo en Dragonstone.
Me adentro al lugar y mis ojos no pueden creer lo que observan.
-En mi defensa, dijiste la noche y vine de dia, no te he fallado.-defiende Aegon alzando sus manos, con su camisa en una de ellas.
Estaba a medio vestir igual que Namerys. Sujeto el puente de mi nariz indignada.
«No me voy a enojar, no me voy a enojar.»
« Uno es mi tío y la otra mi amiga. No los puedo matar».
Medito para mi misma, es muy temprano para enojarme y ellos no arruinaran mi día.
-Vístete y salgan, los Stark nos esperan -digo dando la vuelta para regresar por donde vine.-Y Aegon por favor, cierra bien tu estúpido pantalón, antes de bajar.
Doy un portazo maldiciendo a los dos idiotas que me acompañaron. Bajo de las habitaciones en busca de Harry. Desde la cena no lo he visto y debido a que es mi guardia designado no debería alejarse.
Fuera en el patio están Rickard y Harry charlando amenamente, al parecer le esta dando unas indicaciones a Harry que sale disparado al verme. Ambos hombres han creado una sólida amistad al parecer.
-Buenos días.-saluda Rickard contento.
-Solo días por favor.-suelto divertida.
-Espero haya pasado una buena noche, escuche rumores de que hubo un alboroto cerca de sus habitaciones ¿Todo bien.
-Ah, fue una rata.-digo ocultando lo que en realidad paso.-Logre sacarla en la noche, pero la maldita se coló en la mañana a los aposentos de Namerys.
-No sabia que en Winterfell hubieran ratas -confiesa asombrado.
-Pues si, pero tranquilo fue solo una.-me designo a caminar y Rickard va a mi lado, no aventure mucho los lados del castillo y si este seria mi último día, me gustaría verlo.
Comenzamos a andar por el jardín trasero, en silencio, mientras admiro sus peculiares árboles que adornan el paisaje.
-Daerys.-el grito de Aegon me toma por supresa, miro encima de mi hombro para verle corriendo hacia nosotros.-No se vayan sin mí.-Suelta sin aire acercándose a nosotros.
-¿Ocurre algo Aegon?. -pregunto mirándolo extrañada.
-No, solo que Aemond me pidió que no me apartara de tu lado y eso hare.-dice de sus rodillas recuperando el aire. ¿A donde vamos hoy?
-Primero que nada, tu no vienes Aegon-declaro tajante.-Mejor ve con Namerys ayer no te querías separar de su lado.
-Hoy quiero convivir con mi hermosa sobrina. Hay muchos perros al asecho-insinúa observando descaradamente a Rickard que se reí ante el apodo.
-Conmigo no corre ningún peligro, príncipe.-Aegon lo mira con burla.
-Casi te casas con ella, ¿Y dices que no hay peligro?.-cuestiona con ironía- Si yo fuera tu mantengo mis manos quietas y lejos de ella. A un metro de distancia -abre sus brazos a sus lado separándolos.
-Puedo defenderme sola.-refuto ante su estupidez, Aegon bufa frustrado.
-Si te dejo sola Aemond me asesina.
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Fuego de Dragones. [Aemond Targaryen].
Fiksi PenggemarPara evitar el comienzo de la guerra por el trono de hierro, se solicito la unión de las casas Targaryen y Hightower a través del matrimonio entre Dareys y Aegon Targaryen, con la unión de estos se esperaba preservar la paz en el reino o eso se creí...