Seline Kozlov tiene dieciocho años y es catalogada como la mejor espía en el nivel mas alto de la Elite dentro de la agencia especial para espias encubiertos, mejor conocida como la Citadel.
Pero todo cambia a la llegada de la Familia Rostova, mas p...
La cancion forma parte de un momento crucial para la historia, espero puedan escucharla leyendo, sin mas, los dejo en lo suyo.
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SELINE
La vida te cobra lo que le debes, las personas lo hacen, la familia lo hace, todo es un circulo vicioso que parece no tener fin.
Pero puedes ponerle fin de otra forma. De la cual dependerá tu vida y futuro.
Line, mi querida muñequita de ojos de lobo, recuerda esto muy bien ya que algún día la vida te puede cobrar lo que sea y tendrás que ser lo suficientemente fuerte como para decidir con inteligencia.
Siguió escarmenando mi cabello tarareando la melodía de una canción, rei y ella me sonrió reflejando esa gran felicidad que impactaban en sus ojos y hacia ondas en su dorado cabello...
Todo se volvió borroso y confuso.
Entonces.
Abrí los ojos de golpe, todo me daba vueltas, me sentía mareada, la luz me lastimaba los ojos, sentía la boca seca y un horrible sabor amargo en la punta de la lengua. Conforme parpadeaba todo se volvía mas claro y así pude notar como había varias cosas conectadas a mi cuerpo. Estaba en un hospital. Maldición, como los odio, desesperada, trate de desconectarme la intravenosa en mi mano y me quite el aparato del dedo que me regula la presión, cuando una voz me asusto.
-¿Qué mierda crees que haces?—Dijo la voz.
Gire la cabeza todavía aturdida, tratando de arrancar la intravenosa. La vista se me desenfoco nuevamente mientras volvía a escuchar la voz.
-Deja de hacer eso, joder.
Mis ojos conectaron conectaron con el proveniente de dicha voz. Dominick, claro que si. Tenia que ser el.
-Estoy perfectamente bien, no necesito nada de esto.—Me defendí, ahora sintiendo como sus ojos me juzgaban.
Me vio con cara de ¿Estas mal de la cabeza o que?. Ya había visto esa mirada antes, de todas las personas que me rodeaban.
-Te acaban de sacar dos balas de la pierna, menos mal que dices estar bien.— Gire los ojos y suspire, no necesitaba su sarcasmo.
-¿Qué haces aquí?—Me limite a decir.
-A mi también me alegra verte.
Volví a suspirar, me sentía realmente frustrada. Sin emitir sonido alguno volví a girar mi cabeza hacia el, me miraba como si fuera un pobre perro herido pero disgustado por tener que verlo así.
