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SELINE

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SELINE

Estresada.

Esa era la palabra para describir el como me sentia, habia pasado alrededor de un mes y medio desde que firmamos tal contrato y la Sra. Rostova, bueno Catalina, por que ahora me habia pedido que la llamara por su nombre, no habia dejado de atormentarme con los preparativos para la boda que no se si podia ser mas obvio que no queria.

Basicamente ella era quien habia estado preparando todo, pero me dio la oportunidad de ser quien da la última palabra, desde los centros de mesa hasta el color de los manteles. Si estuviera en una situación completamente diferente yo misma tomaría el dominio de todo, por la simple razón de que me encantaban este tipo de cosas.

Pero no, este escenario no era ni cerca de ser algo por lo cual irradiar felicidad.

Hoy era el dia mas esperado por parte de Catalina, el dia que escogería mi vestido de novia y el de las damas, aunque en realidad yo no tenia muchas damas por escoger, la unica persona que queria tener a mi lado era Camile que por cierto estaba igual de feliz que Catalina por los preparativos, aunque Camile sabia la razón en la que me comprometi, no le quitaba la emoción por dicha boda.

Al final de una platica con Catalina, no tuvo objeción con mi petición de solo tener a Camile a mi lado ese dia. Solo necesitaba a mi mejor amiga.

La boda seria en una elegante y antigua iglesia del centro de Italia y la recepción al aire libre en una especie de inmenso jardín, por las fotos lucia lindo y caro, pero la verdad no me interesaba demasiado.

Desde el dia que vinieron los Rostov a casa no habia vuelto a ver a Dominick y siempre que habia una oportunidad de verlo en su casa, lo evitaba o inventaba una excusa para irme, queria tener el menor contacto posible con el, pero gracias a Catalina casi siempre pedia que nos vieramos en su casa para escoger las cosas para la boda y me lo hacía tan difícil.

Una ves recuerdo como subi las escaleras de ese enorme lugar hecho para perderte, solo por que Catalina me dijo que los baños de abajo estaban fuera de servicio por remodelación, aunque si lo pienso bien, tal vez esa solo fue una jugada esperando que me encontrara con su hijo. El recuerdo llego, iluminando mi mente.

Dios mio, este lugar es enorme.

Estaba por tomar la puerta de la que según yo parecía tener mas pinta de ser la de un baño. Mi mano quedo pegada en el pomo de la puerta cuando escuche la voz de un hombre.

-¡¿Quién carajos eres?!.

Seguía de espaldas hacia la voz que reconocí al instante, Elijah.

Me gire comenzando a soltar una pequeña sonrisa apenada.

-Joder Seline, pense que eras una loca que se habia metido a la casa.

Linaje de PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora