| EL CONTRATO |

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Me alegraría que pudieran escuchar todas las canciones que vienen con los capítulos del libro, como esta.
Sin mas, los dejo en buenas manos.

Sin mas, los dejo en buenas manos

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SELINE

Nunca sabemos el valor de un momento hasta que se convierte en un recuerdo, siendo ahora solo algo que no hay manera de repetir pero marca tu vida y yo era consciente de aquello.

La vida me estaba regresando el pasado de mi mamá y ahora era yo la que tenia que decidir entre vivir o huir. Solo con una pequeña diferencia de que ahora tenia una oportunidad para no escoger la segunda y el costo de mi vida significaba sacrificar mi libertad de decidir el resto de ella.

Seguía dando vueltas en círculos alrededor de toda mi habitación, con esa maraña de pensamientos que me consumian lentamente. ¡¿Aun podía decidir?!, ¡¿Realmente me prestaría para semejante locura?!.

Estaba mas que nerviosa estaba jodida, sentí mis manos temblar y rapidamente me movi hasta llegar a mi tocador donde las estrelle causando un gran estruendo, todo solo para detener el temblor.

Alce la mirada, clavándola en el espejo, me veía como yo, solo que mas cansada y vacía, hoy seria la primera vez que veria a Dominick desde el accidente y eso me aterrorizaba.

Apenas y conozco al hombre y ahora resulta que es mi futuro esposo, claro, si decido no tirarme de la ventana ahora mismo y salir huyendo.

Yo siendo la esposa de alguien, tan solo de pensarlo me hace sentir rara.

Tranquila Seline, me recalque mentalmente.

Comencé a hacer inhalaciones de aire para que mi cuerpo se relajara y mis manos dejaran de temblar, funciono hasta que oí el timbre de la puerta y corrí hacia la ventana para confirmar que eran ellos, los Rostova venían a firmar un contrato de sentencia, ¿O era un tratado?, es lo mismo, oficialmente estaba en caída libre.

Me di una ultima mirada en el espejo y repase mi ropa, llevaba unos mom jeans ajustados a la cintura, una blusa blanca de tela suave, mangas largas y pegada al cuerpo y sobre la blusa el collar en forma de sol de diamantes que me había dado papá , unas arracadas plateadas y unos anillos que eran de mama, eran realmente hermosos, uno de ellos tenia un diamante rosado en forma de ovalo y por ultimo unas botas cortas negras de tacon cuadrado, el cabello habia decidido dejarlo suelto ya que al amarrarlo los dolores de cabeza se hacían más constantes.

¿Estoy cavilando como loca?, joder, enserio estaba asustada.

Sali de mi habitación y di una ultima inhalación de aire antes de comenzar a bajar las escaleras y apretar ambos puños a mis lados para no dar indicios de nada. Conforme me acercaba mas al final de los escalones, las botas hacian un sonido mas claro, lo que hizo voltear a los cuatro espectadores de la sala.

Linaje de PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora