9. Realeza y nobleza en placentera unión

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—Así qué—San suena los labios y recuesta la cabeza en la pared—. ¿Todo bien y arreglado? ¿Ya puedo besarte sin que salgas huyendo?

— Pudiste haberme aclarado esto—replica Yeosang con mala cara y las orejas caídas—. No te costaba nada.

—No pensé que tuvieras esa idea tan extraña—admite San—. Nunca he tenido nada serio hasta ahora. Es una cuestión corporal y de sentir más que de estabilidad—explica con brevedad y Yeosang se rasca tras la cabeza—. ¿Y bien?

—No... la verdad preferiría que mantengas la distancia.

San levanta una ceja y lo deja continuar ¿Por qué lo rechaza ahora? Está auténticamente confundido. Yeosang se aleja y da un respiro nervios, frunciendo los labios. No le gusta esa clase de relación. No es cómo Wooyoung que puede saltar de cama en cama y sentirse cómodo. Le aterra la idea de exponerse ante alguien más. De dar demasiado. Sabe que no es el fin del mundo, pero al mismo tiempo, tampoco quiere ser alguien más del montón en la vida de alguien tan libre.

Lo hace sentir bastante poca cosa. El nudo que se forma en su cabeza crece con los segundos. No solo por la impresión que tendrá de sí mismo ¿Qué hay de San? ¿Lo tratará como un amante más? No son criaturas dadas al poliamor precisamente. También está el que debe mantenerse apartado hasta que se decida con quién va a casarse.

Muchas cosas que lo dejan incómodo y con ganas de no salir de su habitación en un buen rato.

~ * * * ~

— ¿Tan rápido ya hay un problema? —dice Seonghwa, sorprendido de ver a Soobin en la entrada de su oficina. El estudiante niega con la cabeza y se acerca a él—. ¿Entonces qué sucede?

—Tan solo quería venir a verlo.

Seonghwa inclina la cabeza. Los delfines viven en manadas. Soobin debe sentirse muy excluido aun, por lo que no opone queja a que se quede hasta que termine el receso de quince minutos. Poco a poco conseguirá compañeros, no tiene dudas al respecto. Hasta entonces, debe ayudarlo a adaptarse. El estudiante se sienta y se recuesta en el escritorio, viendo hacia el consejero.

—Seonghwa ¿Tienes el listado de los estudiantes que no pueden salir? No está en ningún lugar de mi ofici- ¿Qué sucede aquí? ¿Por qué el joven Soobin está aquí? —pregunta cruzándose de brazos y con las plumas ligeramente erizadas.

—Está inquieto. Aun no se acostumbra.

—Es natural. Tiene un día de haber llegado—comenta Hongjoong con una sonrisa amarga—. Ve afuera. En muy pocos instantes sonará la campana—Soobin rueda los ojos, toma su mochila y se retira. Hongjoong le observa irse. Vigilando que no haga nada. Seonghwa da un quejido odioso, volviendo a lo que hace—. Una cosa es ayudar a los estudiantes, otra es mimarlo. Sentirse inquieto no es motivo de encerrarse aquí contigo.

—Fueron solo trece minutos con exactitud—comenta viendo el reloj en su computador—. ¿Te vas a poner celoso de un puberto? ¿De verdad Hongjoong? —replica con agotamiento—. Por favor. Es solo otro crio nuevo. No me interesa nada de un historial y proceso sin sentencia. Inocente hasta probar lo contrario.

—Dictamen del Omega en esta oficina: crédulo hasta probar lo contrario—Seonghwa blanquea los ojos de nuevo—. En fin, tesoro ¿Tienes la lista?

—Hongjoong. —Advierte Seonghwa entre dientes. Hongjoong se ríe encogiendo de hombros.

~ * * * ~

—Mi amor precioso ¿Qué tienes? Andas más decaído que antes ¿Jongho te dijo algo? ¿Lo muerdo por ti? —pregunta Wooyoung, acariciando a Yeosang en la cabeza. Lo nota tan decaído que es insoportable. Le llena de tristeza el pecho. Yeosang da un suspiro pesado, con sus orejas caída y cola quieta.

Eorin Wangja || SanSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora