9.3 La defensa del príncipe

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—Tengamos una cita el fin de semana. —propone San directamente a Yeosang, un aborde muy brusco y que lo hace casi soltar el libro que tiene en las manos. Wooyoung se mantiene escuchando. Discretamente aparte. Fingiendo que estudia lo que Yeosang acaba de explicarle.

— ¿Eh?

—Tú, yo, el fin de semana. Tengo todo arreglado. Desde la mañana hasta la noche. —afirma la serpiente con una sonrisa pícara y maliciosa. Yeosang niega levemente con la cabeza.

—No me siento muy de humor para eso. Quisiera estar solo un rato. —admite Yeosang en voz baja, San sacude la cabeza.

— ¡Vamos! Te hace falta salir para pasar el desastre general de tu vida. Será bueno—Insiste San y Yeosang sigue poco convencido—. Además, tómalo como una primera cita juntos.

— ¿Cita-cita? ¿De verdad? —Ahora luce incrédulo. San asiente—. Eh... yo... —Wooyoung se inclina hacia Yeosang para susurrarle a la oreja.

—A mi jamás me pidió tener una cita. Hasta donde sé, nunca pide eso. Tal vez funcionó lo que pediste. —Le comenta y Yeosang enrojece, a pesar del tartamudeo, es imposible no darse cuenta de que ya está ilusionado con un simple detalle. Vuelve hacia San y sonríe torcido.

—E-entonces sí. El sábado ¿No?

—Síp. Sábado. —sisea San complacido. Yeosang recoge lo que tiene en la mesa y se va a toda prisa con la intención de comentarle a Yunho. Wooyoung también guarda sus cosas y antes de que San vaya a seguir con sus asuntos, la pantera lo toma del pescuezo con tal fuerza que San se siente asfixiado. No logra agarrarse a nada o tan siquiera manotear a Wooyoung. Es la primera vez que siente una genuina fuerza de su parte y es escalofriante a su manera.

La pantera lo suelta solo al entrar en una sala de estudio vacía en la biblioteca. Cierra la puerta, deja sus cosas en la mesa y se pasa las manos por la cara, buscando en su mente como iniciar esta conversación. San sorbe aire, frotando la zona y notando que Wooyoung incluso le sacó sangre al clavar las garras.

—Te lo diré de forma sencilla—Inicia Wooyoung cruzando de brazos—. Yeosang es mi mejor amigo, mi pequeño despistado que sabe del mundo lo mismo que tú y yo sabemos de decencia—San balancea la cabeza, es una buena comparativa—. Así que quiero que tengas muy presente que, si juegas con él nada más y haces precisamente lo que él no quiere, te la ves conmigo.

—Eso suena extrañamente sex-

Se corta a sí mismo, encogiéndose un poco de hombros. La mirada que Wooyoung le dirige consigue intimidarlo. Jamás lo ha visto serio o tomándose mal algo. Por lo general es una masa de escándalo, hormonas y alegría. Las preocupaciones le resbalan como el agua. Wooyoung niega con la cabeza, moviendo la mandíbula.

—No te dejaré hacerle daño. Te lo tomas enserio o te vas a la mierda. Es así de sencillo—Advierte la pantera con mal humor—. Si te ayudé en esta ocasión es porque considero que puedes ser bueno para él. Mejor que cualquier otro pretendiente. Así sea para un amor adolescente—aclara su pensar al respecto, causando ligera ternura en San. También alivio—. También debes hablarle claro. Él no entiende de bromas, sarcasmos poco evidentes o señales tan ambiguas como las tuyas. Con él no vale solo meterte entre sus piernas. Tiene un corazoncito pequeño, iluso y romántico.

—Lo sé. Lo he notado.

—Entonces más te vale no romperlo porque tú también acabaras con algo roto. Él y nadie más o todos los demás y no él ¿Quedó claro? Bien, bien.

Toma sus cosas, le da un par de palmadas en la mejilla y se retira sin decir nada más. Wooyoung da un bufido, caminando. San no es de ponerse serio tampoco. Por eso congenian tan bien y por eso le da cierto miedo que esté con Yeosang. Se rinde con la idea de que pueda tener relaciones casuales.

Yeosang simplemente no es así.

San sí.

No piensa esconder o defender ningún acercamiento que haga a otras personas. Ni siquiera que lo intente buscar. Así no sea muy claro que será su relación con Yeosang... Va a cuidar que avance a un buen ritmo y que Yeosang no se sienta mal. El pobre es tan tonto que pensará que es culpa suya. Lo puede ver venir. A veces tiene un pensamiento tan tradicional de como un Omega debe comportarse y como los Alphas se comportan.

Si San llega a estar con alguien más, será su culpa por no haberlo sabido satisfacer. Así de ridículo piensa Yeosang. Wooyoung lo odia, pero no puede hacer más que ayudarlo a que suelte poco a poco ese pensamiento. Con un noviazgo y descubrir cómo funcionan los Alphas en la realidad, tal vez lo consiga.

Solo tal vez.

Reza porque funcione.

~ * * * ~

— ¿Te invitó a salir? WOOOOW. ESO YA ES MUCHO—exclama Yunho con genuina sorpresa—. Yo le pedí a Mingi que saliéramos juntos. Estamos todos teniendo citas. Apuesto lo que sea a que Wooyoung va a estar con Félix todo el día.

—Es lo más probable—asume Yeosang—. Puedo... ¿Preguntarte algo un poco... complicado?

— ¿Algebra?

— ¡No!

—Entonces sí.

— ¿Qué hago si San pretende... eso? —Yunho inclina la cabeza y sus astas raspan accidentalmente con una de las paredes—. Woo me dirá que no me preocupe, pero me preocupa y no... no sé qué haría exactamente ¿Cómo debería reaccionar?

—Vamos por lo básico ¿Te gustaría? —Yeosang asiente con la cara roja—. Entonces no te angusties tanto. No es el fin del mundo. Además, tienes un caso bastante afortunado—El zorro levanta una ceja, sin saber a qué se refiere el venado—. La primera vez que lo hice fue bastante mala. Ninguno sabíamos qué hacer y me dolió bastante—Recuesta la mejilla en sus nudillos—, San lo ha hecho más que cualquiera en este colegio, así que al menos no tendrás problemas si te congelas.

—Ah...

—De todos modos, si no te gusta el rumbo que toma no tienes que continuar. No estás obligado a seguir. Dilo y se detiene todo—afirma Yunho encogiendo de hombros—. Sé que para ti es una gran ciencia porque eres el Omega más tradicional en este colegio, pero créeme, no es tan complicado. Vergonzoso, sí, pero simple.

Yeosang sube el labio inferior. Le han enfatizado tanto que la primera vez no es la gran cosa que empieza a creerlo y ¡Lo alivia! Lo alivia que no sea tan grave como su familia se lo pintó toda la vida. Como un suceso super importante y riguroso que debía guardar como sagrado.

Y bien, su cuerpo es importante, pero no va a dejar de tener valor por haber tenido relaciones.

Con eso en mente y la emoción alborotando hasta la última de sus hormonas espera con ansias el fin de semana. 

Eorin Wangja || SanSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora