12. Venidera visita de los emperadores

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— ¿Por qué estas tan nervioso? —pregunta Yunho, notando a Mingi inquieto por la mera fecha y que el tiempo transcurre. El oso sacude la cabeza y esconde parte de su rostro en sus brazos, recostado en la mesa de la cafetería.

—No pasa nada. Solo no quiero ver a mi mamá.

—Entiendo que viniste en circunstancia no tan deseables, pero ¿Qué fue lo que realmente te hizo venir?

Mingi no responde y Yunho queda con la duda. Mingi ha ignorado a propósito el tema todo lo posible. Duda muchísimo que su madre no venga, tiene pinta de que es obligatorio asistir y el colegio hasta envía notificaciones al trabajo de los representantes para excusar la falta. Con lo mucho que se valora la educación en el país es imposible que no acepten el justificativo.

Deberá estar metido en un salón con su mamá y Seonghwa escuchando y dando el recuento de sus meses aquí.

—Hey, hey—Levanta un poco la cabeza—. Es en serio ¿Qué pasa? ¿Tan mala es la razón por la que viniste?

Mingi vuelve a esconderse. Sí, básicamente sí lo es y no quiere hablar de eso.

~ * * * ~

—Tal vez si hablo yo con ellos pueda convencerlos. —propone Taehyung, queriendo arrancarse el cabello. Seonghwa niega con la cabeza.

—Yo debo encargarme de la familia Kang. Si la conversación logra ir hasta allá, haré lo posible-

—No me estás entendiendo: envié la grabación y hay algunos teatros interesados en tenerlo a él y a Yunho como actores. Podría ser una forma espectacular para una carrera teatral—explica Taehyung y Seonghwa exhala, justo lo que le faltaba ¿Por qué parece que los profesores andan en sus propios mundos? —. Yunho no será un problema, pero Yeosang-

—Haré. Lo. Que. Pueda.

El profesor da un resoplido, eso no es suficiente y será muchísimo menos fuerte a lo que él podría argumentar. No tiene más remedio que dejar a Seonghwa. El subdirector se frota las sienes, agotado ¿Por qué todo debe complicarse justo estas semanas? Los representantes causan demasiado caos. Por no mencionar que debe dar un recuento de cada estudiante. Afortunadamente tiene todo anotado y será dividido con los profesores guía.

¿Debería mencionarles a sus padres eso...? San y Wooyoung son un caso en sí mismo. Quizá debería anunciarles a sus padres lo activos que son. Al mismo tiempo, es cosa de la adolescencia andar demasiado hormonal. Avergonzarlos o causar un problema incómodo sería contraproducente.

—De verdad los trato como si fueran mis pichones y debo evitar que los miren mal. —dice a sí mismo con molestia. Revisa su celular y borra el correo que le llega. Anunciando que tiene que asistir al festival de emparejamiento. Va a faltar, dará alguna excusa, solo necesita que—. Ay no ¿¡Por qué justo ahora!?

Necesita un permiso firmado con Hongjoong para no asistir ¡Lo que sea! Un compromiso, una junta, que se enfermó. Cualquier excusa funciona. La redacta de una vez. Esa cita es para un mes, pero mentir con la fecha no hará daño a nadie. Tampoco hay por qué enterarse. Imprime y antes de poderse levantar siquiera a llevarla, tocan la puerta abierta.

—Oh, Choi-Nim—se levanta apurado y nervioso de ver a la mujer ahí. Es baja -como su hijo-, de grandes alas de águila y plumaje recortado de modo elegante y señorial; sus ojos dorados y afilados intimidan a cualquiera. Es un ave de caza, un superdepredador y Seonghwa jamás ha podido sentirse tranquilo o valiente delante de ella. Ni siquiera cuando no se llevaban tan mal. Ha empeorado con los años. —. Un placer verla de-

— ¿Dónde está Hongjoong? —corta, malhumorada. Sus uñas son sus garras cuidadosamente pulidas y rebajadas, pero que perfectamente podrían matar a alguien si se amenazada.

Eorin Wangja || SanSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora