6. El emperador visitando al príncipe

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Se hace atrás un mechón de cabello blanco y bebe un sorbo de su café, esmerado en la petición que escribe. Siendo la que enviará a los representantes para que den su autorización a que los alumnos salgan. No tuvo que decirle nada a Hongjoong. Está con la cabeza metida en mil asuntos más y le pidió hacerse cargo de este asunto. A la larga, sabe que no lo decepcionará la decisión que tomó. Mucho menos si todo el profesorado lo apoya.

—Buenas tardes.

Da un ululeo fuerte y algo asustado, saliendo de la computadora y poniéndose de pie por inercia. Una sonrisa ligeramente incomoda se instala en su rostro por quien está delante suyo. Es un hombre de cuerpo fornido y enorme, cabello liso y naranjo casi rubio; orejas medianas que sobresalen de los costados de su cabeza; ojos depredadores, pero perrunos; un colmillo notable que rompe constantemente su labio inferior. Usa un traje a medida y la cola densa, pero rígida moviéndose a un ritmo leve.

—Un gusto señor Kang. Tiempo sin verlo. —saluda Seonghwa con torpeza.

—Puedo decir lo mismo—Seonghwa se tensa por la cercanía—. Extraño las charlas que manteníamos. Aunque es mucho mejor escucharlo en persona.

Seonghwa se quiere desaparecer, la verdad, el hombre le cae muy mal. Es de esas ocasiones donde la especia habla de cómo es la persona. El señor Kang Jae-Hyuk es una hibridación entre lobo y zorro. Embustero y depredador por excelencia. Resulta irónico que la parte de zorro se note por su actitud, pues nada en su fisiología lo relaciona con ese animal más allá del color de pelaje.

Tan parecido al de su único hijo, tan solo en una coloración sucia y menos llamativa. Seonghwa quiere negar todo lo bueno en él. Como que es guapo y tiene dinero, pero no puede. Lo odia. Tanto como los claros coqueteos del Alpha casado y con gran carrera política.

—Le diré a Yeosang que venga para la reunión que pactó con él—anuncia Seonghwa tomando el teléfono—. Estaba informado, pero usted vino treinta minutos antes. —comenta viendo el reloj en su muñeca.

—Oh, lo hice a propósito. Tenía ganas de saludarlo a usted, el director—aclara con las manos en los bolsillos. Seonghwa asiente. Avisa a Yeosang que su papá llegó y sin nada más que hacer, se siente a la deriva. Quiere irse de aquí—. Vi que están contratando guardias de seguridad.

—Algunos estudiantes logran escaparse. Estamos solucionando el asunto. —responde directo. Quizá eso pueda venir con otra inyección de dinero y ¡Vendría muy bien! Quiere contratar a al menos treinta personas más. Sumando los pagos extra a los profesores, quizá empiece a apretarse el presupuesto.

—Ya veo... ¡Bueno! Son adolescentes, muchos son un desastre. Como culparlos de querer hacer tonterías—Reniega con alza simpatía. Seonghwa asume que va a hablar mal del asunto una vez esté fuera de aquí—. ¿Qué hay de mi hijo? ¿Se ha escapado también?

—En lo absoluto. Se ha mantenido aquí. Sus notas son excelentes como de costumbre. Lo único que considero angustioso es que no tiene muchos amigos—Jaehyuk sonríe ladino, bajando las orejas con un deje travieso y satisfecho—. Apenas tiene a dos que yo sepa.

— ¿Alguno es Alpha?

—No. Son dos omegas. Beastman pantera y beastman ciervo.

—Ya veo.

Jaehyuk se sienta y entrelaza los dedos de sus manos. Seonghwa toma asiento por igual, apartando la pantalla de su computador. Mira constantemente hacia la puerta de Hongjoong, ya debería haber visto su pequeña notificación ¿Por qué no sale?

—Después de hablar con mi hijo tengo algo que discutir con usted y el director. Espero que no signifique problemas, sé que mantener este lugar funcionando amerita muchísimo tiempo. Por algo incluso ustedes viven aquí. —informa Jaehyuk y Seonghwa asiente balanceando la cabeza.

Eorin Wangja || SanSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora