Mi mundo

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El aire era frío y me ponía la piel de gallina

Khaos se retiró su saco y me lo extendió con gusto lo acepte

—Vamos a casa este clima te resfriara humana tonta—refuto

—Los veremos más tarde entonces— habló Drystan

—Si, ese problema tiene que desaparecer hoy—respondió mi esposo

Cada pareja se dirigió a su respectivo auto.

Me puse mi cinturón y me aferre a él

Antes de arrancar Khaos se acercó a mí subiendo la manga del saco mirando la marca roja de los dedos de Liliana

—¿Quién fue?—preguntó furioso

—Nadie

—Quien fue el infeliz que se atrevió a tocarte dime y lo haré pagar—gruño

—La esposa de Clark Peyton—murmure

—Siempre fue un dolor de bolas nunca debí tocarla—dijo

Volvió su vista al volante

—Yo me encargaré no te preocupes

Asentí

—Tan mal manejo?—se hizo el inocente

—Quiero vivir un poco mas ve con cuidado animal —trate de salvarme

No me hizo caso, empezó a conducir como si nos persiguieran.

El resto del camino fue puro silencio entre los dos

Cada tanto giraba mis ojos a verlo no se inmutaba solo conducía verlo causaba una acelerado palpitar en mi pecho de cierta forma había logrado cautivarme por mas que me mostrará fría hacia el no lograba hacer desaparecer mis sentimientos hacia el

Lo amaba necesitaba decírselo quería que lo supiera aunque él no sintiera lo mismo

Quería decirle que amaba que me viera con sus ojos verdes que me encantaba su cara que sus palabras me endulzaban el corazón

Al llegar a casa Marcos me abrió la puerta y le entregue el saco de Khaos

Son mirar atrás subí a mi habitación me despoje mi ropa y me sumergí en el agua caliente de la bañera

Tanto que no conté los minutos que pasé dentro del agua al salir me puse mi pijama

Baje al gimnasio en la casa y suspire atando mi pelo empezando a golpear el saco de boxeo sin ninguna protección en mis manos

Lo golpeaba con fuerza haciendo sonar el cuerpo que rodeaba aquel saco

Unos brazos me tomaron de la cintura jalandome pude sentir ese agarre familiar y supe quien era cuando pego mi espalda a su pecho

—Te vas a lastimar— susurro

—Que te importa si lo hago— me aleje de él

El me miro con enojo mi contestación no había sido la mejor

—Bien golpeame Alia se que has querido hacerlo desde que llegaste

No lo tiene que decir dos veces cuando mi puño se estampa contra su casa el lleva su mano su mejilla

—Me toca

Se quita al camisa revelando su cuerpo trabajado con cicatrices y tatuajes, se quita los zapatos y golpea mi abdomen haciéndome caer de culo al suelo

—Culiado

Gruño y me levanto golpeando su abdomen elevó mi rodilla golpeando sus costillas

El no se queda quieto y lleve su puño a mi estómago baja tomándome del tobillo haciéndome caer su pone sobre mi tomando mis muñecas inmovilizando mis brazos sobre mi cabeza

Lo tengo tan cerca que solo quiero besarlo el suspira y sus ojos brillan

—Te ves tan sexi en pijama cariño

Podía oler el olor a Whisky en su cuerpo

—No digas tonterías— murmure

El se acercó a mí y de un solo movimiento me puso en su regazo a horcadas

Paso sus dedo por mi barbilla

—No lo soporto Alia, joder que me as echo mujer— susurro

—Te amo desde que vi tus malditos ojos tu hermoso pelo castaño tu personalidad te amo eres lo que amo mirar todos los días mi universo mi corazón no funciona cuando no estas cerca siento que si me acerco demasiado a ti soy capaz de romperte y no quiero eso—exclamo

—Te necesito cerca todo el tiempo porque siento que no respiro—dijo—Si es necesario mataré por ti y moriré por ti

—Eres mi mundo Alia

—Y tu el mio—respondí

Me tomo de la cara besándome arrebatadamente me alzo y enrolle mis piernas en su cintura

—Déjame amarte cariño, seré frío con el resto y te tratare como una reina

Sus manos empezaron a subir por mis muslos acariciandolos con delicadeza

Empezó a bajar sus besos por mi cuello succionando mi piel

Sus manos subieron por mi abdomen hasta mis pechos sus dedos jugaron con los tirantes de mi camisón hasta que los bajo

Sus ojos brillantes al ver mis pechos, subió besando mis labios con desespero mientras que sus manos tomaban mis senos pequeños masejandolos

—Khaos..—susurre en desliz

Sus dedos hicieron círculos en mis aureolas, sus besos bajaron y su boca se apodero de mis senos

—Con escucharte gemir mi nombre me es suficiente no necesito a nadie mas—hablo

Estuvimos un rato más besándonos y sintiendo el calor abrazador de nuestros cuerpos

The red kingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora