Punzada al corazon

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Llegamos al aeropuerto y me llevaron para que me subiera a un avión privado era hermoso y los colores que tenia hacían contraste no lo revise mucho la verdad.

—Señorita trate de dormir—me dijo marcos con tono amable

Le hice caso no me puse a leer un libro que lo había dejado a la mitad. Trataba de hacer que mis nervios se calmaran pero era imposible tenía miedo de lo que pasaría mi pierna temblaba con fervor produciendo que no pudiera concentrarme en el libro

Lo que me llevó a terminar escuchando música

Que cuando me saque los audífonos ya estaba en tierras extranjeras

—Le dijeron que durmiera—me reprocho el orangután

—Que lastima sufro de insomnio vamos—le respondí de forma graciosa mientras bajaba del avión

—No le veo la gracia señorita

—Yo sí sabe ronca mucho debería hacerse ver—le conteste y subí a la camioneta

Quiso responderme pero se aguanto y subió a la camioneta

Me recosté en el lado de la ventana a ver como poco a poco nos alejábamos de la ciudad.

Nos adentramos a un tipo camino entre el bosque hasta llegar a una reja que nos dio paso a una mansión con algunas características parecidas a la arquitectura antigua. Estaba rodeada de guardias

Todo gritaba dinero y lujos que pronto serian mios

Baje de auto y en la entrada vi una fila de mujeres las mucamas de la casa

—Bienvenida señorita soy la señora rosa la jefa de las mucamas a su servicio—enunció una mujer de edad mediana muy simpática

—Hola señora rosa soy Alia un gusto—me presente reverenciándome mostrando respeto

—No, no por favor señorita no se reverencie tendría que hacer eso yo—Mencionó

—Usted es mayor que yo merece mi respeto—le replique tomándole de las manos me hace acordarme a mi abuela

—Eres una niña muy dulce ven te presentaré a las demás—me guío mientras ponía su brazo alrededor del mío y me llevaba hacia las demás

—Lucía
—Belén
—Sofia
—Milagros

Me las señalo a todas mientras las mencionaba

Eran mujeres latinas excepto Rosa que parecía ser Coreana

—Bienvenida señorita—dijeron al uniso

—Muchas gracias por recibirme deben estar muy ocupadas—conteste

—No es molestia señorita nosotras ya habíamos terminado nuestros labores—me informo Belén una rubia

—Como podrá ver somos a las que el señor le tiene mas confianza no le gusta tener mucha gente dentro de su casa nosotras trabajamos hace mucho con él y nos dio la tarea de que la ayudáramos en lo que necesite —me hablo lucia

—Muchas gracias enserio—les dije agachando mi cabeza en forma de respeto

—El señor mandó a preparar una habitación especial para usted por si no quería dormir con él venga la llevare—me dijo Sofia y la seguí

Al entrar mi boca se abrió unas escaleras de mármol blanco con detalles dorados brillante al igual que el piso no había ni una mancha

—Señorita por aquí

Guiándome por las escaleras que dividen en dos pasillos en el pasillo izquierdo que tenía una puerta negra que hacía contraste con el blanco en el medio había una puerta blanco y en el pasillo derecho una puerta roja

—Esa es la oficina del señor no le gusta que andemos merendando por ahí— me advirtió

Señalando la puerta negra

—Esta puerta es la habitación del señor donde si quiere usted puede dormir —refiriéndose a la puerta blanca—Y los pasillos a sus costados llevan a mas habitaciones algunas para invitados y otras son de uso personal del señor— aviso

—Y la puerta roja es su habitación venga—me guío y abrió la puerta

Era hermosa tenía luces Led en los bordes del techo y en las esquinas la cama es gigante tiene un armario gigantesco con miles de tipo de ropa el baño era hermoso

Tenía luces led la habitación un balcón con vista a la entrada y a un bosque frondoso y extenso y lo mejor había una tela colgando del techo donde podía practica

—Podrá agradecer al señor después ahora dese un baño y descanse la vengo a ver en un rato —me ordeno y se fue

Le hice caso el baño me relajo mucho calmo todos mis nervioso sobre el hombre con el que pronto compartiría una cama y lo mas seguro que hasta una familia indeseada

Entre al armario que estaba en mi habitación era bastante grande estaba dividido por colores la parte izquierda estaba la ropa en la derecha zapatos y bolsos y en medio había como una mesa con varios cajones llenos de joyas y al final había como un pasillo que te llevaba a un espejo

Me puse un top blanco un buzo negro suelto arriba y un pantalón gris holgado

Empecé a revisar las prendas casi todo era de tonos oscuros hasta la lencería no iba a mentir el hombre tenia buen  gusto y sentido de la moda

Alguien entró alterado

—Señorita vamos venga el señor ya está afuera , quiere verla—me anuncio milagros agarrándome

Me agarro de la mano arrastrándome a fuera

Llevándome escaleras abajo dejándome en medio de ellas como carne fresca frente al sanguinario mafioso

Y entro

Me miró de arriba a abajo. Sentí como escarbaba dentro de mi alma buscando algo que seguramente no encontraría

El era a todo lo contrario como lo describían

Ojos verdes para ser exactos, Un pelo castaño oscuro corto y con ondas

Una piel pálida, Alto y una mirada sostenible e impenetrable

Lo mire de arriba abajo notando su cuerpo marcado su expresión fría ahora era de el y por mas que no me gustara serie su esposa

Del líder de la mafia del mismo Hades 

KHAOS

Entre y ahí estaba mi prometida la mire sin saltarme ninguna extremidad de aquel cuerpo ajeno

Pelo castaño oscuro largo hasta los hombros, ojos celestes, piel blanca, labios algo agrietados pero carnosos no esperaba demasiado de alguien tan joven

Pero algo en ella me llamaba la atención era una punzada en el pecho no lograba distinguir si era bueno o malo. No le iba a dar rodeos al asunto

Mia era mía ahora dentro de poco llevaría mi apellido 

Y se quemaría conmigo en mi infierno

—Me voy a mi oficina si me necesita estaré allí—le informe y empecé a subir las escaleras.

Ella no hizo nada me vio subir las escaleras

Alia

Subí a mi habitación después de mi primer encuentro con el me puse a leer y perdí la noción del tiempo hasta que milagros me trago la cena

Tocaron a la puerta

—Perdón por la interrupción señorita le traigo la cena—me aviso dejándome una bandeja sobre la cama

—Gracias milagros el señor no va a comer?—le pregunte

—El casi siempre cena en su oficina y hoy no es la excepción—dijo eso y se retiró

Comí un cuarto de la comida no tenia hambre cuando termine me puse a leer y de lo cansada me dormí con la luz prendida

The red kingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora