Difícil de recordar o decir?...

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Alia

Me desperté con un dolor terrible en mi cuello, el reloj en la mesa marcaba las 10:00 am, me senté en la cama notando la ausencia de mi esposo

Debe estar trabajando— pensé

Me levanté y me dirigí al baño

Mis ojos se abrieron de par en par al ver mi cuello con marcas y mordeduras

—Ese pelotudo mira esto—balbuce pasando mi mano por aquellos moretones

Desabotone los tres primeros botones de mi pijama revelando más chupetones

—Cual era la necesidad de ser tan territorial— susurre

Deje de mirar aquellas marcas y me enfoque en hacer mi rutina de aseo personal

Al terminar fui al armario opte por un suéter de color negro con detalles de llamas en color lila y un pantalón negro holgado roto en las rodillas.

Salí de la habitación rumbo a la cocina donde me encontré a rosa

—Noche difícil?— preguntó con una sonrisa señalando mi cuello

—Se nota mucho—dije insegura

—Para nada señorita—Hablo belén

—Tu desayuno está en la mesa—me dijo Marta

—Gracias—agradecí

Me esperaba un te negro unas tostadas con manteca y dulce de leche

—Rosita sabes a qué hora se fue Khaos esta mañana?—le pregunté con tono de preocupación

—Anoche se fue con un grupo de hombres y no a vuelto—me respondió

Termine mi desayuno me dirigí a la biblioteca donde me esperaban Max y Teo acostados en los sillones

Teo se levantó y se acercó en busca de caricias

—Hola lindo—le hable acariciando su cabeza

Se sentó al lado de su hermana y echó su cabeza en mis piernas lo que los diferenciaba era que Max era la mas grande y Teo era apenas un bebe de 10 meses

Fui a por un libro y me volví a tirar sobre uno de los sillones

Opte por a dos metros de ti siempre es mejor el libro que la película

Lo que me encantaban de aquellas hojas de tinta es que te introduce a una realidad alejándote de tus problemas haciendo que perdieran la noción del tiempo entre sus páginas.

Cuando me descuide eran la una de la tarde, sentí la puerta abrirse era Khaos. Baje mi libro le puse el marca páginas y lo deje sobre la mesa

—Hola corazón—lo salude

El solo me miró se sacó su chaqueta que tiró por algún lado, retiró su arma de su cintura y la dejó en la mesa. Se tiró sobre mí pasando sus brazos por mi cintura dejándolos en mi espalda y acostándose en mi pecho

—Difícil?—le pregunté

Suspiro y asintió

Lleve mis dedos a su cabello y empecé a darle mimos, puso su barbilla en medio de mis pechos para mirarme

—Veo que te gustaron mis marcas— mencionó sonriente

—Ni lo sueñes, piensas que me van a robar o que?—le cuestione

—No, pero debes saber que soy muy territorial—viajó sus manos a mis piernas poniéndolas alrededor de su cintura y luego con su brazo izquierdo me sentó en su regazo

The red kingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora