Fria brisa

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Khaos

—Marcos retira todas mis acciones de sus empresas, esos malditos se morirán en la puta miseria—ordene mientras mi sangre hervía

—Si señor

Al llegar a casa el olor a comida era notorio un exquisito aroma estaba disperso por toda la mansión

 —Marta se lucio esta vez—susurre 

Subí a mi oficina donde en mi escritorio reposaba un plato con seis empanadas y una nota 

 Marta se tuvo que ir por unos problemas familiares y pensé que volverías con hambre de la reunión que este enojada no significa que deba matarte de hambre aunque me gustaria 

ATTE: aliii

 —Esta niña 

Sali de la habitación dirigiéndome a la biblioteca al entrar la encontré a ella en la penumbra siendo solamente iluminada por la luz de la luna 

Me recordaba a la primera vez que dormí con ella se veía tan linda tan frágil ahora que la veía su piel era pálida tenia leves ojeras bajos sus ojos sus labios algo agrietados. No cumplí mi promesa de cuidarla solo la destruía la había arrastrado a mi infierno 

—Es muy pervertido de tu parte mirarme dormir—murmuró sacándome del transe 

—Perdón no pude evitarlo, eres muy linda—pronuncie 

—Dime algo que no sepa—alardeo 

Solo podía figar mi mirada en sus ojos celestes tan penetrantes

—Gracias por la comida—dije

—No fue nada 

Se levanto pasando por mi lado seguía enojada. Me fui a la habitación de invitados encerrándome 

Alia

Sali de la habitación cuando el se fue ala de invitados me asome por la puerta de la oficina  y no había tocado lo que le prepare

Suspire 

Entre y empecé a buscar algo en los cajones de su escritorio hasta que di con la cajetilla de cigarrillos y un encendedor

Los tome saliendo al patio adentrándome en el bosque frondoso y oscuro 

La brisa fría pegaban en mi cara y cuerpo que solo era cubierto por un pijama de dos partes de una fían tela de seda. La manta que cubría mi espalda me mantenía caliente me guiaba en aquel bosque por la luz brillante de la luna

Llegue al corazón de todos esos árboles sentándome en el suelo húmedo apoyando mi espalda contra el árbol encendiendo un cigarrillo

Khaos

Marcos vino gritando a la habitación cortándome el sueño

—¡Señor la señora Alia no esta en su recamara y en ninguna parte de la casa!—vociferó con miedo en sus ojos

Mi corazón se paro al escuchar eso no otra vez no podían quitármela 

Me levante de inmediato empujando a Marcos de la puerta para pasar y correr escaleras abajo a buscarla en cada rincón de la biblioteca no estaba

Todos en la casa la andaban buscando hasta debajo de las piedras revise el garaje su moto y mis autos estaban intactos

Saque una remera de el armario y llame a una de mis mascotas

—Max busca— ordene acercándole la prenda a su osico para que siguiera el olor

Inmediatamente corrió hasta el jardín deteniéndose en la entrada del bosque ladrando como loca

The red kingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora