Una marea elevada

691 66 6
                                    

Al despertar en aquella cama el pánico se acentuó cuando tenía un pijama de seda puesto y no mi ropa

En la habitación solo sonaba el sonido del agua caer proveniente del baño

Khaos salió del baño semi desnudo con una toalla que lo cubría de la cintura para abajo

Mire para otro lado y le pregunté

— ¿Quién me cambió?

—Yo —respondió frío

— ¡Eres idiota o que nadie te dio el permiso animal! —le grite

— No eres la gran cosa —me dijo para irse al vestidor

Me levanté y lo seguí

— No soy un puto objeto tampoco soy de tu propiedad para que vengas y me cambies sin consentimiento —brame en colera

— Yo me di el permiso, ya cállate o te callo —me amenazó

—Quiero que lo intentes—le hice frente acercándome a él

No lo pensó mucho y me estampó contra la pared sacándome me saco un jadeo de dolor apretó su mano contra mi cuello casi cortándome el oxígeno

Tomo mi cintura acercándome a él mantuve mi vista en su pecho si miraba para abajo podría encontrarme con una vista poco agradable

Trate de luchar golpeando su pecho desnudo pero apenas si podía respirar

El ganó soltó mi cintura agarró mis muñecas colocando mis brazos detrás de su cuello, el me beso de manera arrebatada e incontenible

Mordí con fuerza su labio inferior, pude sentir el sabor metálico de su sangre llenar mi boca

Tome la mano que oprimía mi cuello doblando su brazo, pate su abdomen haciendo que se tambaleara separándolo de mi

El me miraba con una sonrisa ladina mientras la sangre recorría su mentón

— Maldito psicópata —murmure

Me dirigí al baño a asearme viendo en le espejo la marca roja de su mano en mi cuello

Al terminar fui por mi maleta me puse un traje de baño de dos piezas color negro y arriba me puse un top de tirantes celeste un short blanco, unas zapatillas negras

Me dirigí al patio de la casa donde me esperaba el desayuno

La vista que había era preciosa daba a la playa

— Siéntate a desayunar —me ordenó Khaos— Iremos a la playa en un rato

Asentí

Para desayunar me habían puesto una ensalada de frutas con un jugo de naranja

El desayuno transcurrió en silencio cada uno en su teléfono olvidando lo que había pasado hace un rato.

— Iré a hacer unas cosas antes de irnos— se levantó y se fue

Yo me dirigí al frente de donde nos alojábamos empecé a caminar por los alrededores

Me quedé hablando un rato con un guardia que no conocía

Isaac era alto no tan esbelto tenía pelo oscuro y unos ojos verdes esmeralda claros

Me contó que venía de una familia de la realeza era un hijo bastardo de un rey

Unos minutos después apareció Khaos mirando con un semblante frío a Isaac

Subí al auto descapotable de color carmesí y empezó a conducir. Él paisaje era precioso con bastante vegetación le leve brisa pegaba en mi rostro y levantaba mi cabello

The red kingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora