La calma se a ido

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Desperté en una cama, un lugar con un olor putrefacto que era iluminado por un foco colgando del techo

Estaba aturdida por el golpe. Me senté en la cama percatándome de la cámara que me vigilaba. En la escuela nos enseñaron que ante este tipo de situaciones mantengamos la calma y no mostremos miedo al enemigo

Me levanté y de la nada dos hombres interrumpieron en la habitación

—Bienvenida a tu tumba—dijo uno

Me tomaron de los brazos y en mi cabeza pusieron un saco me sacaron a rastras del lugar e

Escuchaba ruidos de cosas moviéndose en autos. Estaba cerca o al frente de una autopista lo que sería peligroso pero no identificaba mi paradero

El olor putrefacto del lugar me revolvía el estómago

Abrieron una puerta y me sentaron a la fuerza en una silla amarrandome de manos y pies

Me sacaron la bolsa

—Bienvenida querida

Dijo una voz me quedé estupefacta al ver a quien tenía delante Sofia

—Que

—Sorpresa, soy tu verdugo nena—trato de tocarme el rostro pero me aparte

—Si así quieres jugar

—Vi tu cuerpo agonizar—susurre

—Y yo vi como me arrebataste en una semana todo por lo que luche por más de cinco años—formuló

—No te hice nada—dije

Ella río mientras tomaba algo de una mesa

Volteo con una toalla en sus manos

—Qué harás bañarme—conteste con gracia

Ella movió su cabeza uno de los hombres se acercó con un cubo y me tiró agua

—Sabes me están pagando muy bien por hacerte esto asique te pido que cooperes

—Khaos te pagará el triple si me dejas en paz

—No necesito su dinero lo necesito a él—dijo entre dientes

—No deberías subestimar ya debe estar buscándome y cuando te encuentre te matará por quitarle su calma y no va a parar hasta tenerme de vuelta—solté sin miedo mirándola

—Me pregunto si me darán alguna clase de poder por matar a la mismísima Perséfone

—Serpiente eso es lo que soy, podre estar sucia destrozada pero tus hombres no dejan de verme con lujuria y detenerse a ver mis ojos agua soy una especie exótica para ellos creen que no tengo veneno pero mientras mas color mas peligrosa soy

Hable con veneno en mi boca viendo la mirada lasciva de los hombres que estaban con ella sus ojos estaban posados en la ropa mojada que se pegaba a mi cuerpo 

No me hacia gracia ser el centro de atención en mi secuestro

—Fuera ropa

Arrancó la camisa de mi pijama dejándome en brasier

Prendió una cámara y cuando se acercó a mí

Voltee mi rostro y cerré mis ojos me negué a gritar mientras los azotes eran proporcionados por mi dorso

Mi piel ardía pero ya me había acostumbrado a este dolor.

Se detuvo

—¡Carajo porque mierda no gritas!— mangoneo

—Crees que esto me duele eres tan estúpida no es ni la mitad de las cosas que e sufrido—articule con furia

—Bien

The red kingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora